El precio de un deseo

Cap 8

Luis Mejia  
encuentro con su creador, era consiente que ya había perdido parte de su 
humanidad, tenía la esperanza de reanudar la vida que había perdido en su 
pueblo natal en su nuevo hogar, pero lo que no sabía era que se dirigía hacia su 
perdición, su vida estaba marcada por la tragedia y sufrimiento lo cual apenas 
estaba comenzando, lo que hasta el momento había vivido no era nada 
comparado con lo que le esperaba en esta ciudad ya que su destino daría un 
cambio radical basándose en lo que Malaquías le había dicho, al amanecer todos 
fueron despertados por el megáfono del tren que les decía buenos días a todos les 
habla el conductor les informo que en unos momentos pasaran por sus puestos 
una camarera para darles algo de comer esperen tranquilos su turno en sus 
puesto, sé que ha sido un viaje muy pesado y que algunos no han comido nada 
desde ayer pero tengan paciencia que esto apenas está empezando todavía 
queda un largo camino por recorrer muchas gracias por su atención. 
Después fueron pasando puesto por puesto ofreciendo comida y agua a los 
pasajeros el segundo día después de comer todo transcurrió con mucha 
tranquilidad ringo perdido en sus pensamientos miraba el tren pasar por las 
montañas, el bosque y un lago que sobre el pasaba las vías del tren en un puente 
largo que le hacía ver que se encontraban muy lejos de casa y miraba a su madre 
mientras hablaba con la abuela y a su hermana quien hablaba con Lina, por la 
tarde el tren se detuvo y dijo esta noche descansaremos en esta estación llamada 
Frigo, los que quiera buscar un lugar para dormir cómodamente pueden hacerlo 
pero recuerden el tren partirá a las 6:00 am empunto no lleguen tarde o se 
quedaran; los que se quedan en esta estación venga por sus maletas mañana 
pasara el tren que los llevara hacia la ciudad de Taráis, estará arribando a las 8:30 
am espérenlo en la estación del frente no lleguen tarde o se quedaran, el próximo 
pasara el mes siguiente en ese momento las puertas se abrieron y los pasajeros 
descendieron unos para comer otros para buscar un lugar donde dormir, Loris 
pregunto a su hermano, ¿qué hacemos ahora?; él respondió ¡busquemos un lugar 
para dormir!, su madre respondió ¡no! ¡Hijo mejor quedémonos aquí para estar 
seguros y no nos vallamos aquedar del tren! en ese momento la abuela y su



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En el texto hay: tristeza dolor aleligria y sufrimiento

Editado: 22.02.2022

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