Luis Mejia
pero lo que ellos no sabían era que Ringo ya había abandonado esa ciudad, no
sabía ni el mismo donde estaba después de salir de su casa perdió la noción del
tiempo, vago sin rumbo por ciudades, caminos despejados solitarios sin rastro de
vida a su paso, solo animales de las llanuras que este recorría, incluso llego a
cruzar el basto mar como un esclavo en un barco de carga y sin darse cuenta que
todo a su paso estaba cambiando la modernidad de los años, décadas, siglos que
habían transcurrido era lo que el más ansiaba mirar con sus ojos y no podía
hacerlo por su estado actual, cuando por fin reaccionó y se dio cuenta que todo
había cambiado no sabía dónde estaba ni el día, mes y año pensaba que estaba a
las afueras de la ciudad pero todo era extraño, no reconocía el lugar, para él, todo
era nuevo ya habían edificios altos, carosas que no eran tiradas por animales ,
pantallas gigantes que reflejaban personas como un espejo en pocas palabras
Lanco estaba desconcertado, al tratar de pedir ayuda nadie lo ayudaba por su
aspecto físico pensaban que era un habitante de la calle por su forma de vestir
estaba descalzo su pantalón estaba todo desgarrado y su chaqueta rota, sucia mal
olorosa, el pelo largo al igual que las uñas, la barba le arrastraba al suelo, Lanco
en medio de su impresión dijo, ¡qué está pasando aquí! y trato de pedir ayuda, lo
que consiguió fue rechazo he insulto de las demás personas. pero no todo estaba
perdido para él, durante los últimos 20 años lanco no ce movió de una plaza de
mercado donde trabajaba una mujer a la cual él le causo curiosidad, ya que nunca
lo había visto comer ni un solo bocado de comida ni beber una gota de agua esta
mujer, estuvo al pendiente de él durante este tiempo le ofrecía comida, pero no la
recibía, sin embargo los años transcurrieron y ella fue envejeciendo sin saber nada
de esta persona que tanta curiosidad le causo desde el primer día en que lo vio en
ese lugar, con el pasar de los años la hija que tenía al crecer la acompañaba a
trabajar. La cual desde que tenía 12 todos los días veía cómo su madre se le
acercaba al hombre en la calle para darle algo de comer y este no recibía, cuando
su mama volvía al puesto, la regaño diciendo ¿Por qué te acercas a él mama
puede ser peligroso te lo he dicho muchas veces? La madre al escuchar los
reproches de su hija, contesto ¡hija no te has dado cuenta! ¡este hombre lleva ahí