Mikhael Brown sabe que la venganza es un plato que se come frío y no dudará en reprimir sus impulsos a cambio del sufrimiento de quiénes le quitaron todo lo que más amaba en el mundo, incluso si el precio es el destrozo irremisible de una castaña de mirada inocente.
Grave error.
El precio fue más alto de lo que creyó.
Una venganza, un amor...una tragedia.