El Precio Del Poder

el refugio del caos

El viento nocturno golpeaba su rostro mientras Priya caminaba sin rumbo fijo por las calles iluminadas de Mumbai. Sus pasos eran pesados, no por el cansancio físico, sino por el peso de lo que acababa de suceder. Ya no pertenecía a la familia Kapoor. Su padre la había desterrado, arrancándola de la vida que había conocido desde su nacimiento.

Pero en el fondo, supo que este día llegaría.

Su teléfono vibró en su bolsillo. Un mensaje de Aditi: “¿Dónde estás? Ven a mi apartamento.”

Priya tomó un taxi y llegó al pequeño departamento donde su amiga la esperaba con la puerta abierta. Apenas cruzó el umbral, Aditi la abrazó sin decir una palabra. No había necesidad de explicaciones. Todo estaba dicho.

—¿Y ahora qué? —preguntó Aditi cuando finalmente se separaron.

Priya exhaló con fuerza y se dejó caer en el sofá. Sus manos temblaban ligeramente.

—Mi padre me desheredó. Me echó de la casa. No tengo nada.

Aditi frunció el ceño.

—Tienes la verdad. Y tienes aliados. No estás sola en esto.

Priya la miró con una mezcla de gratitud y cansancio.

—Pero no es suficiente. Él todavía tiene poder, recursos, influencia. Puede intentar silenciarnos.

Aditi asintió lentamente.

—Entonces necesitamos más apoyo. Y sé dónde encontrarlo.

A la mañana siguiente, Priya y Aditi se reunieron con un grupo de activistas y periodistas independientes. La información que habían filtrado seguía causando estragos, pero los Kapoor aún tenían aliados poderosos en el gobierno y los medios tradicionales. Necesitaban asegurarse de que el escándalo no fuera enterrado.

Uno de los periodistas, Rajan Desai, observó a Priya con interés.

—Tienes algo que ningún otro denunciante ha tenido contra tu padre: credibilidad desde adentro. Si hablas públicamente, si das una entrevista en vivo, será imposible que lo ignoren.

La idea la inquietó. Había pasado toda su vida en las sombras de su familia, evitando la atención pública. Ahora le pedían que hiciera justo lo contrario.

—Si lo hago, me convertiré en un objetivo aún mayor —dijo en voz baja.

—Pero también en un símbolo —intervino Aditi—. La gente te escuchará. Y si logras que la opinión pública esté de tu lado, ni siquiera tu padre podrá apagar el fuego.

Priya cerró los ojos por un momento. Luego los abrió con una determinación renovada.

—Hagámoslo.

Dos días después, Priya se sentó frente a las cámaras de uno de los canales de noticias más vistos del país. Llevaba un traje sobrio, su rostro sin rastros de miedo. La periodista la miró con interés antes de comenzar.

—Priya Kapoor, usted ha decidido hablar en contra de su propia familia. ¿Por qué dar este paso?

Priya respiró hondo antes de responder.

—Porque la verdad es más importante que la lealtad ciega. Durante años, los Kapoor han construido un imperio basado en el miedo y la corrupción. Yo fui parte de ese mundo, pero ya no más. Es hora de que la gente sepa quiénes son realmente.

La entrevista se transmitió en vivo a millones de espectadores. En cuestión de minutos, su nombre se volvió tendencia. Algunos la llamaban valiente. Otros, traidora. Pero lo más importante era que nadie podía ignorarla.

Esa noche, mientras revisaba los comentarios en redes sociales, recibió un mensaje inesperado.

Número desconocido: “Hiciste bien en hablar. No todos en la familia están en su contra.”

Priya sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Alguien dentro de los Kapoor estaba dispuesto a traicionar a su padre.

Y eso lo cambiaba todo.




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