El Precio Del Silencio.

Capítulo 4. Regreso a New York

El cielo de roma se extendía despejado y frío este dia en particular, estaba lleno de reuniones y juntas importantes, me recuesto en el espaldar de mi silla suspirando, cuando el intercomunicador suena y mi secretaria Lorenza me informa que mi primo Martín se encuentra en la linea. Le agradecezco y procedo a delcolgar el teléfono.
—Buenos días querido primo, ¿por qué no me llamaste directamente a mi celular?
—Llevo media hora exactamente tratando de llamarte y no contestas—cuando dijo eso verificó mi celular y estaba en silencio.
—Disculpame Martín lo tenia en silencio, pero cuentame ¿para qué me buscas con tanta insistencia? ¿sucedio algo en la empresa?—pregunto con cautela.
—Nada sucede con la empresa, todo va marchando excelente , pero hay una oportunidad que no podemos desaprovechar y es ahora o nunca antes de que la bomba exploté y nuestros competidores principales se enteren. ¿De casualidad te suena Tecnology Corporation?
—La empresa de Richard Coleman, claro que si, que pasa con ello?
—Están buscando Inversionistas y sabes que en estos momentos ellos puntean las ventas en New York, mis asesores dicen que es una empresa con un máximo potencial y quieren expandirse, pero necesitan dinero y que mejor opción que nosotros, quizás esten dispuestos a dar un 20% de las acciones.
—Suena interesante. ¿Qué es lo que piden?
—Te voy a mandar todo por correo, pero es imperativo que vengas a New York, por muy tarde mañana debes estar aquí.
La sola idea de tener que volver a mi ciudad me estremeció, tantos recuerdos y vivencias... pero bueno algún día tendría que pasar y que mejor manera de volver para engrandecer mi imperio.
—Liam ¿Acaso no puedes?—me distrajo mi primo de mis pensamientos.
—Si Martin, estaba pensando...solo eso, mañana a primera hora estaré allí—respondí con seguridad y finalicé la llamada.

Despues de terminar un dia laboral agotante, bajo a la primera planta donde Fabrizio mi chófer me espera, mientras voy camino a casa llamo a Bianca para informarle acerca de mi viaje, este fin de semana quede de alcanzarla en Milán.
—Hola Cariño, ¿cómo estás?

—Hola amor, bien bien, un poco ocupada, me estan ajustando unos trajes para el desfile.

–Entiendo, no te quito tiempo, llamé para informarte que debo viajar a New York, hay un negocio importante que debo tratar, no podré acompañarte a tu evento.
—Entiendo amor, esta bien, no te preocupes, aprovecharé entonces para ver algunas cositas para la boda, ¿cuánto tiempo estaras en New york?
—Quizás dos días o tal vez 4 mientras dejo todo organizado.
—Nos vemos el sábado entonces cariño.
—Si, cuídate, exitos en tu pasarela.
—Gracias, te mando un abrazo Adios.

Eso me gustaba de Bianca, era una chica muy comprensiva con mis deberes y ocupaciones. Supongo que se debia a que ella también tenia una agenda ocupada y yo era igual de comprensivo.

Una vez llego al apartamento me desvisto y tomo una ducha caliente, me recuesto en el sofa y envio unos correos que tenía pendiente.

Me visto con un chandal gris y organizo una pequeña maleta, me dirijo al aeropuerto. Una vez allí subo las escalerillas de mi jet privado.

No podía negar que Nueva York me traía recuerdos. La ciudad fue testigo de mis victorias y de mis derrotas, la que me arrebató la inocencia junto con el amor que una vez creí eterno, con ese pensamiento me acomodé en el asiento de cuero, pedí un whisky sin hielo y cerré los ojos. Durante las casi 7 horas de vuelo, repasé cifras, escenarios y estrategias… pero también luché contra la memoria. ¿Era posible que volver a Nueva York no removiera el pasado? Me lo repetía como una mantra, aunque sabía en mi interior que el pasado nunca duerme.

Llegué a eso de las 7 de la mañana, un coche negro me esperaba en el aeropuerto. Media hora después, cruzaba las rejas de hierro forjado que custodiaban la mansión Lancaster, una imponente residencia en el corazón de Manhattan, entre muros de mármol y jardines perfectamente diseñados.

Mi madre, Susan Lancaster, me recibió en el vestíbulo con la misma calidez de siempre.
—Hijo mío… nuestro hogar vuelve a tenerte—dijo esto abrazandome fuertemente, bese su frente y le dije con cariño.
—He vuelto, mamá. Esta ciudad aún guarda oportunidades que no puedo dejar pasar y esta vez se me ha presentado una muy tentadora.

El mayordomo recibió mi pequeño equipaje y abrazado a mi madre me dirijo al salón principal, mi padre, Lucius Lancaster, me esperaba frente a la chimenea, con copa en mano.

—Liam… bienvenido hijo.
—¿No cree usted que es muy temprano para tomar?—dije eso con una sonrisa.
—Ya estoy jubilado, puedo tomar a la hora que quiera—ambos reimos con complicidad.
—Regresé por negocios. Tecnology Corporation está en expansión. Si logro comprar sus acciones mayoritarias, aseguraremos presencia en un sector que será el futuro—dije mientras buscaba asiento al frente de mis padres.

—Todo eso suena magnífico, hijo. Pero dime… ¿cuánto tiempo estaras con nosotros?—preguntó mi madre sin importarle el negocio.

—Unos tres días, tal vez cuatro.

—Tan poco tiempo hijo—dijo ella con tristeza.

—Mujer no presiones a tu hijo, el tiene su vida allá. Su prometida y empresa principal estan en Roma, cuando quieras verlo solo coge el jet y lo vas a ver—dijo mi padre con reproche.

—Después de cerrar el trato me quedaré dos días más y haremos lo que gustes madre—dije esto para complacerla y ella gritó de emoción acercándose a mi y repartiendo besos por todo mi rostro.

—Gracias mi amor.

Subí a mi antigua habitación a darme una ducha y mientras la tomaba sentí esa vieja presión, como si mi corazón supiera algo que mi mente se negaba a aceptar.

Me pongo un traje azul oscuro, corbata negra, pongo sobre mi muñeca mi Patek Philippe y me perfumo sutilmente. Deciendo por las escaleras y me enfundo en mi Rolls-Royce negro y voy directo a mi empresa, al llegar veo en letras grandes el nombre que me costo trabajo y tiempo crear de la nada: Novacore Solutions. Una vez ya en la plata superior los empleados me saludan con respeto y amabilidad reconociendome de inmediato, presiono el último botón del ascensor que lleva directo a la presidencia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.