El Precio por Tenerla (en edición)

Capítulo 6

Alonso.

Suena mi celular y contesto, ya me encuentro en mi habitación del hotel 

—¡Alonso! —escucho al otro lado del aparato.

— ¿Qué sucede tío? —pregunto. 

—El guardaespaldas de tu rubia, acaba de informarme que salió de la gala, hacia el hotel Waldorf Astoria, en compañía de su amiga la pelirroja y que en ese lugar las esperaba un hombre —informa mi tío. 

—Que averigüe ya mismo ¿qué demonios hacen allí? —ordeno molesto.

—Listo, apenas tenga la información te llamo, Alonso. —Me informa. 

«¿Por qué Natasha estará en ese lugar y quién será ese tipo que la esperaba en el hotel?» pienso mientras empiezo a caminar de un lado a otro presa del enojo, unos minutos después vuelve a sonar mi teléfono. 

—Aparentemente, Andrés Azuero está en ese lugar con su amante de turno, el tipo que las esperaba es Víctor Fuentes,  amigo y detective  de tu rubia, él fue quien le informo y parece que Natasha llegó hasta allí, para agarrar a su esposo infraganti. Esa es toda la información, que nuestro hombre logró obtener.  —Escucho decir a mi tío

—Que no la deje sola y que se asegure que ese imbécil, no le toque ni un cabello, porque de lo contrario él me responde con su vida —demando. 

—Como ordenes, Alonso —responde mi tío. 

Cuelgo la llamada, me sirvo un trago y sigo sumergido en mis pensamientos: «¿qué diablos pretende esta mujer? ». 

 

Natasha.

Salimos del elevador y nos dirigimos a la salida del hotel, no llevo ningún tipo de prisa, estoy segura que Andrés no viene siguiéndonos, jamás se expondría a hacer un escándalo.  

—Soraya, necesito que vayas a mi casa y me traigas una maleta con mis artículos personales y un par de mudas de ropa. En el cajón de la mesita de noche en mi habitación encontrarás mi pasaporte, tráelo también, por favor. —Solicito a mi amiga.

—¿Qué planeas,  Naty? —pregunta ella.

—Luego hablamos, amiga. —Le respondo sin dar otros detalles.

—Víctor, me llevas a la casa de Soraya, por favor —Le pido a mi amigo. 

—Por supuesto nena —asiente Víctor.

El camino a la casa de Soraya junto a Víctor es silencioso hasta que mi amigo lo interrumpe. 

—Necesito saber, que estás bien —pregunta rompiendo el silencio.

—Estoy tan bien como lo puede estar una mujer, que acaba de encontrar a su esposo debajo de otra mujer teniendo sexo, pero tranquilo era un mal necesario y un trago amargo que necesito degustar para arrancarme del corazón y de la mente a un infeliz, que no se merece a una mujer como yo —explico calmada. 

—Sabía que te iba a doler, Naty —afirma.

—Sí, pero así tenía que ser, es como cuando te arrancas una curita de un solo tajo, entre más rápido lo haces es mejor, el dolor será intenso pero pasará rápidamente —argumento con tristeza.

—Tú,  tan radical como siempre, Natasha —asegura mi amigo.

—¿Qué prefieres? —pregunto—. Que siga viviendo como la esposa engañada y sufrida, a la que Andrés pisotea y humilla una y otra vez, que solo finge que nada pasa y que es una mujer feliz en un perfecto matrimonio, cuando todos saben que soy la burla de mi marido y sus amantes.

—Por supuesto que no, yo estoy de acuerdo con que lo dejes pero ¿por qué elegir verlo con la otra en plena faena? —Me cuestiona, mi amigo sorprendido.

—Porque si ojos que no ven corazón que no siente, yo si quiero que el mío sienta porque vió y que mi mente no olvide jamás esa escena, para que ni aún en mi más deplorable estado mental o emocional quiera alguna vez volver con Andrés Azuero. —Mis palabras dejan mudo a Víctor, sé que sus cuestionamientos no son mal intencionados, pero necesito que todos respeten mis decisiones.  

Llegamos al apartamento de Soraya, el portero nos deja subir sin problemas ya que visitamos con frecuencia a nuestra amiga.  +Entro al apartamento con la contraseña que la pelirroja me dió. 

—Me daré una ducha, en lo que llega Soraya. —Le digo a mi amigo.

—Te espero aquí, prepararé café, presumo que no dormiremos mucho esta noche. —Escucho decir a Víctor.

El agua tibia, me ayuda a relajarme, mezclada con el agua de la ducha corren unas lágrimas traicioneras. No son por Andrés sino por mí, por la mujer patética en la que permití que este matrimonio me convirtiera. Lloro por haberme permitido ser débil, por darle poder a ese hombre para lastimarme, por no escapar  antes de esta mentira de matrimonio y vivir creyendo que las cosas podrían cambiar para bien. ¡Qué ilusa fui!  

Somos nosotras las que debemos poner un hasta aquí y salir a tiempo de ese círculo vicioso de mentiras y engaños, que nos va destruyendo día a día emocionalmente. 

Salgo de la ducha, cuando escucho a Soraya llamarme.

—Llegué muñeca y traje todo lo que pediste —me informa. 

Me pongo un pantalón de chándal y una blusa de tirantes, antes de bajar junto con Soraya al living donde nos espera Víctor con tres humeantes tazas de café—.  Ahora si vas a decirnos qué planeas Naty —dice Soraya. 

—¿Tienes listos los papeles del divorcio y el poder general que te pedí, Soraya? —cuestiono.

—Por supuesto mi reina, déjame los traigo, voy por ellos al despacho —dice y  la cara de interrogatorio que tiene Víctor es evidente.

—Habla de una vez Natasha, ¿qué planeas?  —No puede evitar preguntar mi amigo. 

Soraya llega con los documentos y se sienta junto a mí.  

—Aquí tienes amiga —dice y  reviso ambos documentos y los firmo.  

—Víctor, necesito un vuelo a cualquier lugar, si es posible para antes de que amanezca. —Le pido decidida.

—Tú no vas a ningún lado sin mí,  Natasha —espeta Soraya.

—Pues sí, me voy y sin tí, porque te tienes que encargar de que me divorcie cuanto antes, además, debes quedarte al frente de todos mis negocios. Ni creas que voy a dejar mis intereses en manos de Andrés —Le explico seria.

—Nastash… —lntenta persuadirme. 

—Natasha nada Soraya, es una decisión tomada —espeto cortando, lo que intentaba decirme. 




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