El Precio por Tenerla (en edición)

Capítulo 8

Soraya.

Ahora mismo vas a explicarme ¿qué demonios significa esto? —grita Andrés tirando al piso la carpetilla que contiene los papeles del divorcio.

—¡Ay Andrés! no te pases de idiota, ya te expliqué lo que es —contesto irónicamente.

—Y por qué que tu amiguita te manda a tí y no me da la cara, Soraya. —cuestiona con desesperación. 

—Obvio, porque soy su abogada, me paga para tratar con sucios, digo perdón, para hacer el trabajo sucio —indico sonreída.

—No sigas haciéndote la graciosa porque no te va. ¿Dónde diablos está Natasha? —Me siento en una de las sillas de la sala de conferencia, mientras lo veo marcar en su teléfono un número, puedo suponer que el de Natasha, lo miro hacerlo varias veces seguidas y nada, no recibe respuesta—. ¿Por qué no contesta? —pregunta, Andrés, furioso.

—Será porque no le interesa hablar contigo  —respondo.

—Pues está muy equivocada si cree que voy a firmar esos papeles, eso nunca pasará. Además tú y yo sabemos que ella me ama y que no puede vivir sin mí, eso sin mencionar que su familia no la apoyara jamás en esta locura del divorcio. Esto no es más que un berrinche de tu amiga para según ella  hacerme entrar en razón —dice Andrés atropellando las palabras.

—De verdad Andrés, existen hombres imbéciles y luego estás tú, ¿nunca te pasó por la mente que  Naty se podía cansar de tus traiciones y de tus humillaciones públicas, luciéndote aquí y allá con una mujer diferente? —Le enumero molesta.

—Pues por lo mismo,  ya a estas alturas del partido, ella debiera estar acostumbrada,  —responde irónico.

—Pues parece que no, querido. Así que te doy la consulta legal gratis, firma, termina esto por las buenas, y cada cual se queda con lo suyo ya que existe un acuerdo prematrimonial y listo aquí no ha pasado nada. —Le doy la opción.

—Sabes muy bien, que un divorcio sería mal visto ante nuestros socios y clientes —alega Andrés.

—Pues no más mal visto, que los cuernos públicos que tú le has puesto a Natasha. —Le aclaro.

—Ya te dije que no firmaré nada y dile a tu amiga que ya se deje de berrinches y que  la quiero aquí en mi oficina en una hora. —Demanda, Andres furioso. 

—Mira Azuero, en primer lugar  me vas bajando el tonito que yo no soy tu chacha, en segundo lugar si gustas podemos negociar para que firmes el divorcio y en tercer lugar Naty no vendrá y punto. —Le enumero las opciones. 

—¿De qué hablas Soraya, cómo que tengo que negociar? —farfulla expectante.

—Ya sabía yo que te iba a interesar Andrés.  —Tomo mi celular, entro en la aplicación de cámara y me acerco para mostrarle un video—. Si persistes en negarte a firmar, este video podría estar pronto circulando en las redes sociales y noticieros, también un par de fotos que tengo por allí, la iluminación no es la mejor, pero estoy segura que se aprecia claramente quienes son los protagonistas de esta candente escena sexual. Hasta de repente esto podría dar lugar a especulaciones  de personas mal intencionadas que insinúen  que el CEO  de Azuero&RivasCorp, cobra con favores sexuales a las modelos de su empresa, cuando les consigue las contrataciones. Digo, con eso de que anoche presentaste a la chica del video, como la nueva cara de las campañas de  tecnologías de Azuero&RivasCorp. —Le argumento triunfal.

—Tú no te atreverías, Soraya —balbucea incrédulo.

—Me canso Andrés. Estoy harta de ver a mi amiga sufrir por un patán como tú, de verla dormirse llorando desconsoladamente porque tú no la has sabido valorar, de verla bajar la cara cuando en nuestro círculo social es objeto de burlas y comidillas, así que no dudes que haré lo que sea, por verla librada de este absurdo matrimonio y de un imbécil como tú. Si hasta aquí no había hecho nada es porque había respetado la voluntad de Naty de permanecer a tu lado a pesar de tus sinverguenzuras , pero ahora que ella reaccionó y decidió divorciarse de ti, no voy a quitar el dedo del renglón hasta que eso sea un hecho —refiero convencida. 

—Sabes bien, que regresará a mi lado suplicándome amor, Soraya. 

—Pues mira que prefiero recluirla en un sanatorio mental, antes de verla de vuelta contigo. Has destruido a Naty, su aura no es la misma, su sonrisa es una mueca fingida, ya ni siquiera hay brillo en sus ojos y me canse Andrés, me canse de ver cómo apagas esa luz que siempre admiré en mi amiga —protesto ante sus palabras—. Así que a ver dime como hacemos lo del divorcio a las buenas o a las malas, pide que hoy amanecí generosa.  —Su mirada de odio se posa sobre mí y lo veo tomar la carpetilla que contiene los papeles del divorcio, se sienta en una de las sillas, toma el bolígrafo y estampa su firma

—Te juro que esta, Natasha y tú, me la pagan, Soraya Russo —amenaza.

—Cuándo quieras, querido, incluso súmale los intereses, no es mi deseo deberte nada. —Tomo la carpetilla y salgo de la sala de juntas con el corazón en la boca y con una alegría inmensa, porque pronto Naty estará libre de ese estúpido, patán, malnacido e hijo de la mala madre que lo parió.

 

Andrés.

Veo salir a Soraya de la sala de juntas, esa maldita me tiene en sus manos. Siempre supe que no era bueno tenerla como enemiga y acabo de comprobarlo

Dónde demonios estará metida Natasha, estoy seguro que con un par de palabritas melosas, caerá redondita y se olvidara de esa tontería  del divorcio. Natasha es la esposa ideal, de buena familia, educada, hermosa, elegante e inteligente, pero un hombre como yo necesita más, necesita otras mujeres capaces de satisfacer mis más oscuras fantasías y deseos 

A estas alturas ya Natasha debiera haber entendido eso, ella es la mujer decente la dama que vive en mi casa y las otras son pues, como decirlo sin que suene machista, las mujerzuelas con las que paso un buen rato en la cama. Agradecida debiera estar, porque ni loco la reemplazaría por ninguna de ellas, solo son un pasatiempo, nada serio.




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