Natasha
Luego de 7 horas de viaje, arribamos a New York. Soraya y Víctor regresaron conmigo, si hay amigos incondicionales definitivamente que son los míos.
Un par de camionetas negras de estacionan frente a nosotros de ellas se bajan 4 hombres corpulentos, veo a Víctor acercarse a los hombres y darles algún tipo de instrucción, luego se gira a nosotras y nos dice—A partir de hoy contarán con guardaespaldas, las camionetas son para su uso y a donde vayan se moverán con 2 escoltas— ¿Sucede algo Víctor? — Nada Natasha, solo ordenes de los Ferrara. A partir de ahora soy parte de su servicio de seguridad jefas— ¿Pero cual es el motivo? pregunto nuevamente— Ese es un tema que debes hablar con tu bombón de chocolate, Naty, me contesta Soraya, pero tranquila amiga solo desean cuidarnos—
— ¿Debo preocuparme, Soraya? — No Naty, pero si debes tener una mente abierta. — Ok, luego hablaré con Alonso. Ahora mi prioridad es la salud de mi madre.
Salimos los tres del aeropuerto directo al hospital, al llegar me encuentro con mi padre sentado en la sala de espera. Su mirada de reproche me recorre de arriba abajo— Hasta que te dignas en aparecer, Natasha— Hola papá, me acerco a el a darle un beso ¿ Que sabes de la condición de mamá? — Parece que tomo mal una dosis de un medicamento para dormir, lo que hizo que su presión arterial se fuera al piso, altero los niveles de potasio en el cuerpo, en fin la descompenso. Están realizándole algunos análisis e hidratándola, parece que ya lograron estabilizar sus sistema. Aún no he podido verla, así que me alegra que hayas llegado para que entremos juntos.
—Buenas tardes señor Rivas saludamos Víctor y yo juntos— Vaya, vaya debí suponer que los tres mosqueteros estaban juntos. Ya supe de tu última hazaña Soraya, la palabra eficiencia se queda corta frente a ti.
— Gracias por las flores don Abdiel, pero como ya sabe cuando se trata de Naty mis cualidades y mañas como abogada son potencializadas al mil por ciento, no hay nada que yo no haría por Naty.
— Igual yo señor Abdiel, digamos que le cuido las espaldas a mis nenas— Si, Víctor me imagino que fuiste parte importante en la emboscada que le montaron a Andrés— Bueno Señor Rivas, no recuerdo haber visto a Andrés, entrar encañonado o bajo coacción a ese hotel, por el contrario se veía muy animado.
— Sí sabes con quien estas hablando, Víctor Fuentes—
Por supuesto señor, con el padre de una de mis mejores amigas, que asumo debe sentirse aún más indignado de lo que me siento yo, por las múltiples humillaciones que Andrés Azuero le ha hecho pasar a su hija, públicamente.
— Veo a papá, ponerse de pie y con los puños cerrados, caminar hacia Víctor, quien solo lo mira con una sonrisa burlona. Por favor basta, no quiero discusiones papá, mis amigos solo hicieron lo que yo les pedí, además no es el lugar ni el momento para hablar de ese tema.
—Tienes razón, Natasha no es el lugar ni el momento. Pero puedes estar segura de que este tema tú y yo lo hablaremos y lo resolveremos—.
—Pues lo hablaremos si quieres, pero desde ya te informo que no hay nada por resolver, padre—
—Eso ya lo veremos hija.
—Un par de minutos después una enfermera se acerca hasta donde estamos, para informarnos que mi madre despertó y que podemos verla—
—¡Hola mamá!, ¿Como te sientes?, me asuste mucho cuando papá me llamo— Hola, mi niña. Perdona no quise asustarte y hacerte regresar tan intempestivamente, no se que me paso hija pero ya me siento mejor.
— me acerco a mi madre y le doy un abrazo, siento como mi corazón se llena de paz, gracias a Dios que no fue nada serio mamá— ¿Cómo te sientes, querida? Me asuste al ver que estabas pálida y sudorosa, te llame y no despertabas, llame la ambulancia y te traje aquí—Gracias, querido si no hubiese sido por ti tal vez no estuviera aquí— No te preocupes mi amor, para eso estamos los esposos, para cuidar a su mujer—
—yo me quedaré cuidando a mi madre, papá. Víctor, Soraya deben ir a descansar. Mañana nos vemos — Esta bien Naty, recuerda llamar al bombón me dice Soraya al oído al despedirse— Tus escoltas quedan afuera Naty— Gracias Victor— ¿ Escoltas? Desde cuando tienes escoltas Natasha— Desde hoy señor, contesta Víctor—
— Entonces nos retiramos nena, salúdame a tu mamá. Me dice Víctor dándome un beso en la mejilla. — Gracias por todo a ambos, son los mejores amigos.
—Mañana temprano, mandare a la chica que acompaña a tu mamá, para que venga a cuidarla, así podrás descansar y luego en la tarde tú y yo hablaremos hija— De acuerdo papá.
—Aprovecho que mi madre duerme y que todos se han ido para escribirle a Alonso. Tal vez no vea mi mensaje ahora sino en la mañana. Por la diferencia de horario deben ser la más o menos las cuatro de la mañana en Italia.
Yo: ¡Hola amor!. Disculpa la hora, se que debes estar descansando, afortunadamente mi mamá esta bien, aún en el hospital pero bien. Necesito un abrazo tuyo, bueno necesito mas que eso pero prefiero no darte más detalles. Mi papá me recibió con los guantes puestos, me dijo que necesitamos hablar y resolver un asunto. Supongo que se refiere a lo de mi divorcio de Andrés. Conozco a mi padre y se que esta planeando algo ¡Te amo!. Ah necesito que me expliques ¿porque tengo guardaespaldas?.
P.D: te extraño.
El sonido de mi celular me hace despertar, me dormí esperando que Natasha me llamara o escribiera. Obviamente que Soraya y Víctor ya nos pusieron al tanto de la situación de la mamá de Natasha pero quería saberlo por ella misma.
—Un mensaje de Whathsapp, me alerta. Y efectivamente en ella. Aquí son las 4 de la mañana. Leo su mensaje y decido llamarla. Al primer timbrazo contesta.