—Tengo mejores planes para nosotros nena, así que la visita se puede ir o quedar, eso para mi no es relevante.
—La tomo de la mano y la giro de espalda a mí, para empezar a darle pequeños y húmedo besos en el cuello y los hombros— Me gustaría saber, ¿Cuales son esos planes, señor Ferrara? — Hacer el amor es el más importante de ellos— Me encanta la idea— Mi boca sigue dejando besos y caricias húmedas en su cuello y parte de su espalda, mis manos ansiosas van hasta el zipper de su vestido y lo abren dejando al descubierto mucho más de su tersa y hermosa piel, deslizo los tirantes del vestido por sus brazos, logrando que el mismo caiga a sus pies mientras mis manos van al broche de su sostén para deshacerme de el.
La veo dar dos pasos para alejarse de mi y dar media vuelta y pararse de frente, quedando con solo un pequeña braga negra puesta y sus tacones— me paro frente a él semidesnuda y descubro su mirada llena de deseo recorriendo mi cuerpo, tomo el dedo índice de mi mano derecha y lo llevo a mi boca para humedecerlo, para luego pasarlo por mis labios de manera provocativa. ¿Te gusta lo que ves, guapo? — Me encanta, nena.
Camino hacía ella apresuradamente y la levanto para enrollar sus piernas en mi cintura, sacándole un pequeño grito de sorpresa, la llevo en esa posición hasta la cama, donde la coloco suavemente, mi boca se adueña de la suya, mientras mis manos y las suyas empiezan a deshacerse de mi ropa, que nos impide estar piel con piel.
En unos segundos ambos estamos desnudos acariciándonos, besándonos, explorándonos por primera vez, descubriéndonos, sus gemidos y jadeos solo hacen que mi deseo incremente, mi respiración es un caos y siento que estoy en el mejor lugar del mundo, con ella y dentro de ella, siendo solo uno. La habitación se llena de nuestros gemidos, en medio del éxtasis que me produce tenerla entre mia brazos, desnuda y dispuesta llevo mi boca a su oído y con la voz entrecortada le digo “Te amo”
— Mis ojos buscan los suyos, para encontrarse con ese azul hermoso que me encanta, escucharlo decir que me ama, mientras hacemos el amor, hace explotar en mi ser un cúmulo de emociones y sensaciones que me lleva al cielo. Puedo sentir como algo explota, en mi vientre y me lleva al lograr la liberación más exquisita que estoy segura he experimentado jamás, no es solo una reacción física producto del placer, es mi alma que acaba de ligarse por completo a este hombre, que parece haber sido hecho a mi medida. Nuestras respiraciones empiezan normalizarse y siento como mi corazón empieza a latir a au ritmo normal— Disculpa si me salte el preámbulo nena, pero te necesitaba. Solo que ahora tenemos un problema. — Sus palabras me toman por sorpresa y me asustan un poco. ¿Cuál problema? — Necesito mas de ti, todos los días, cada día de mi vida. Ya lo sabía pero acabo de confirmarlo.
— Tonto, me asustaste. Pensé que no te había gustado.
— A decir verdad no me gusto, me fascino esposa mía— Aún no nos casamos Alonso— En mi corazón y en mi cuerpo ya eres mi esposa, Natasha— ¿Porqué eres así? Digo metiendo mi rostro en el hueco de su cuello— Así como nena, digo levantando su rostro por la barbilla para mirarla— Tan detallista, dulce, romántico, atento— Porque así debe ser cuando un hombre se enamora, esa mujer a la que escogió para amar debe convertirse en su reina y ser la dueña de toda su atención— Pues no todos lo hombres son así, eres algo que muchas mujeres llamarían una especie en extinción— Bueno amor, no se si sea todo eso que tu dices, pero lo que si se es que soy todo tuyo. La tomo de la cintura y la atraigo a mi para besarla.
—¿Que te parece una ducha? — Me encanta la idea, digo sentándome sobre el y inclinándome para darle un beso, aunque pudiéramos ducharnos y hacer algo más— ujumm, digo sobre sus labios. La atraigo hacía mi y giro para colocarme sobre ella, aunque pensándolo bien también podríamos continuar aquí, los besos y las caricias, empiezan a subir de intensidad y terminamos haciendo el amor nuevamente, lo que más me gusta es que entre más saboreo de ella más quiero.
—¡Preciosa! Le digo acomodando unos mechones de cabellos detrás de su oreja— Dime, contesto dándole antes un casto beso en los labios— Acabo de percatarme, que hemos tenido uno de los noviazgos mas cortos de la historia— Que yo recuerde, Alonso Ferrara, tu nisiquiera me pediste que fuera tu novia— Tienes razón, déjame resolver eso. Me levanto de la cama, busco mi boxer y me lo coloco, camino hacía un jarrón que hay ubicado sobre una mesa en la habitación, tomo de el una flor de plástico y me volteo a Natasha, lo siento pero es lo que hay preciosa, camino de vuelta a la cama y mientras la veo sentarse en la cama, me hinco sobre mi rodilla izquierda frente a ella y le pregunto: Natasha Rivas, me concederías el privilegio de ser mi novia — Siiiii, encantada respondo.
—Listo problema solucionado amor, no quiero que cuando celebremos nuestras bodas de plata vayas a reclamarme que no te pedí que fueras mi novia y nuestros hijos y nietos, se unan a ti para secundar ese reclamo — Estás loco, Alonso.
—Hay un tema importante que no hemos hablado Natasha— Ay Alonso, yo vivo de susto en susto contigo. ¿Ahora que paso?, me siento en la cama frente a el— Lo sé nena. Es solo que necesito que sepas quien soy y a que me dedico— Se quien eres, tú eres el hombre que amo y mi futuro esposo— Ojalá fuera tan sencillo, Natasha—Alonso me estas asustando por favor habla ya— Yo…, yo soy el jefe de la mafia Italiana, hace 3 años cuando mi papá fue asesinado tuve que asumir su puesto, desde ese entonces me muevo en un mundo peligroso, por lo que tengo muchos enemigos, mi tío Augusto es mi mano derecha y bueno hemos estado intentando ir legalizando paulatinamente los negocios, lo que nos ha sumado enemigos, cuando decidimos venir a Estados Unidos, lo hicimos con la intención de incursionar en negocios legales, porque en un tiempo prudente queremos dejar ese mundo, se que lo que te estoy diciendo no es nada fácil de asimilar pero necesitabas saberlo, antes de casarnos, yo solo espero que esto que acabo de contarte no haga que te quieras apartarte de mí — No estas bromeando. ¿Cierto?— No nena, lamentablemente no— Me pongo de pie y me envuelvo en la sábana, caminando de un lado al otro, ¿Esa es la razón por la que tengo guardaespaldas? — Así es, Soraya y tú tienen guardaespaldas desde hace unos días y Víctor trabaja para mí, coordinando el tema de la seguridad— ¿Mis amigos, lo saben entonces?— Augusto hablo hace unos días con Soraya y ella le informo que Víctor y ella nos habían investigado, así que la respuesta es sí, ellos lo saben— ¿Por qué no me lo dijiste antes?—Iba a hacerlo el día que tuviste que viajar por lo de tu mamá, regresaste de improviso y ya no tuve oportunidad.