—Hay unos clientes allá abajo que desean reunirse contigo Alonso, ya mande a preparar tu reservado en el VIP, imagine que no querrías traer gente de esa calaña a tu oficina— Gracias, Augusto — ¿Sabes que quieren? — No, pero seguramente no es nada bueno — Bueno vamos, digo dejando el vaso que tenía mi trago de vodka, sobre la mesa que esta junto a mí.
—Me levanto de mi lugar y me dirijo a mi escritorio, abro la gaveta del centro para sacar mi arma una Glock 19, de 9 milímetros, saco la funda que es una especie de tirantes que se cruzan por mi espalda, y que contiene una especie de bolsillo para el arma, el cual queda ubicado a mi costado izquierdo ya que soy diestro, pongo el arma en su lugar y me vuelvo a poner la chaqueta a fin de que el arma no sea visible, esta noche uso un atuendo algo informal, unos pantalones de tela casuales, una camisa manga larga de color negro y sobre ella una chaqueta de cuero de color café, que hace juego con el tono de mi pantalón, mi tío y yo bajamos las escaleras para llegar a la primera planta, específicamente al área donde esta el VIP.
Hay buen ambiente, no solo por la música sino, también por las luces, los presentes parecen estar disfrutando, dos de nuestros hombres nos escoltan al VIP. Por lo que se me informo los tres hombres que solicitaron vernos, ya se encuentran allí.
—El espacio es bastante acogedor, las paredes están pintadas de negro y los asientos de cuerina blancos y rojos, contrastan a la perfección, una de las chicas que atienden las mesas se encuentran ya en el lugar, esperando mis órdenes para empezar a servir los tragos.
—Repaso la mirada por los presentes, son unos tipos relativamente jóvenes, pero lo que llama poderosamente mi atención es ver a Nora junto a ellos.
—Buenas noches, digo con un tono algo altanero. ¿Pidieron verme?. Augusto esta de pie justo detrás de mí y detrás de él, dos de nuestros hombres.
—Cuatro pares de ojos se fijan sobre nosotros, sin embargo la única que habla es Nora. Francamente no esperaba su presencia en esta reunión — Sí, cariño mis amigos quieren hablar contigo de negocios, dice mientras se acerca a mí moviendo sus caderas de manera provocadora y se cuelga de mi brazo, para luego girarse de frente hacía los hombres. Alonso Ferrara quiero presentarte a Luciano, Piero e Ignacio Tamburelli, ellos son amigos de mi familia y además son hombres de negocios interesados en transar con la organización, chicos como ya les comenté Alonso es un hombre muy ocupado y solo ha tenido con ustedes la deferencia de recibirlos sin haberse anunciado previamente, por mi presencia aquí.
—Miro a Nora con extrañeza pero Justo en el momento que voy a contestar, para sacarla de su error y bajarla de la nube frente a sus supuestos amigos, escucho una voz inconfundible a mis espaldas.
—Buenas noches, espero no interrumpir — Los ojos de los tres hombres ya no esta en mi sino en la recién llegada y las miradas de descaradas con la que la observan, hace que me voltee inmediatamente, para encontrarme con “mi mujer” enfundada en un ceñido vestido que le queda espectacular y que se pega a su cuerpo como una segunda piel, no solo luce hermosa, Natasha se ve sencillamente deslumbrante.
—No creo que la llegada de una mujer tan hermosa, se considere jamás una interrupción; dice el mayor de los hermanos Tamburelli — Muchas gracias, caballero. Contesta Natasha, con una deslumbrante sonrisa— Por supuesto que interrumpe, señorita, esta es una reunión privada y solo para personas importantes, además este es un VIP reservado, no se le permite la entrada a cualquiera, dice Nora reparando en Natasha con una expresión en sus ojos cargada de desprecio — La sonrisa no ha desaparecido en ningún momento del rostro de mi mujer — Me acerco a ella y me paro justo enfrente, estoy tentado a quitarme la chaqueta y colocársela sobre los hombros, para ocultar todo lo que revela ese vestido, pero decido aguantarme porque ya he ido conociendo los alcances de Natasha y no quiero, tentar al diablo o mejor dicho a la diabla— ¿Y usted que opina de lo que acaba de decir la señorita, señor Ferrara? — Estoy completamente de acuerdo con la señorita Nora. Una sonrisa de triunfo, curva los labios de Nora Moretti, antes de escucharme decir. De hecho aprovecho para solicitarle que abandone mi reservado señorita Moretti, no recuerdo haberla invitado o autorizado a entrar — ¿De que estas hablando Alonso? Es a esta aparecida a la que debes echar, no a mí — Perdón, señorita Moretti pero yo jamás echaría a mi bella esposa, de este ni de ningún otro lugar, digo luego de plantarle un beso en la boca a Natasha y llevar mis manos a su cintura, para acercarla a mí — Así que esta es la mujerzuela por la que me cambiaste— mujerzuela yo, disculpe señorita, pero la que acaba de encontrarla a usted colgada del brazo de mi marido soy yo, así que ese adjetivo de mujerzuela es más apropiado para usted, que para mí— Nora intenta venir hacía Natasha para agredirla, pero reacciono a tiempo y me paro justo en medio de las dos para impedirlo — Sácala ahora mismo, Augusto— Como ordenes Alonso, contesta mi tío — En ese momento veo a Damián avanzar hasta Nora y sujetarla del brazo para llevarla a la salida, mientras ella va gritando insulto e improperios en nuestra contra.
—Me disculpo con ustedes señores por el incómodo momento— Descuide, señor Ferrara, ya conocemos los alcances de Nora Moretti — En cuanto a los negocios ya deben saber en que línea me muevo — Pues quizás, nuestra propuesta lo haga reconsiderar su línea, Alonso. Dice Piero Tamburelli— Estoy seguro que eso no pasará, señor — Es una verdadera lástima, le aseguro que las ganancias serán monumentales para ambas partes, espeta Luciano, evidentemente molesto — Afortunadamente, el dinero no es un problema para mí. Como ya deben haber escuchado, no muevo drogas y no trafico personas. Si su solicitud esta fuera de esos parámetros no hay nada de que hablar.