Caminando junto con Erse el joven avanza en una dirección dentro de la feria, hasta finalmente llegar a una enorme carpa la cual permitía el acceso del público, pero a diferencia de las otras esta era custodiada por dos hombres armados.
Conforme el joven empezó a acercarse guiado por aquel dulce aroma, el sonido de la música de un violín se hizo escuchar, al tiempo que el aroma que el joven había percibido llegaba a Erse, dibujándole una mirada de preocupación.
—Caballero, perdón, pero necesita un boleto para ingresar a esta exhibición —Señala uno de los hombres armados.
—Permítale el acceso... —Aclama la voz del vendedor de hace rato —El caballero aquí presente es el joven maestro Iván Milfiore, alguien como el bien sería capaz de apreciar la calidad de esta exhibición.
—Entendido —Espeta el hombre permitiéndoles el paso.
Conforme ingresaban una expresión de inquietud empezó a formarse en la sirvienta, la cual es vista por el vendedor.
Dentro de la exhibición el joven Milfiore encontró algo particular, una habitación circular llena de plataformas, con marcos alrededor tratando de asemejar pinturas, pero lo más curioso es que sobre las plataformas se encontraban Dríadas.
Ya sea vistiendo un atuendo elegante de la vieja nobleza, o una armadura de caballero imperial, dríadas y druidas por igual posaban en sus plataformas como pinturas vivientes, y entre ellas una llamaba la atención de Iván más que las otras.
Una joven Dríada de cabellos negros y pétalos azules sobre su cabeza quien tocaba una pieza musical clásica en Violín, la cual Iván reconoció por su complejidad, evidenciando el esfuerzo y la devoción de la joven hacia su instrumento.
Cuando la pieza termino el joven no pudo evitar formular un ligero aplauso con sus manos...
—Fue una pieza Bellísima, "Los vestigios de Char 4to movimiento" ¿verdad? —Espeta el joven.
—Es un derivado del 4to movimiento, le añadí algunas modificaciones, pero agradezco que lo reconozca mi señor —Aclama la dríada —Desea que toque alguna pieza para ustedes.
—¿Conoces "El regreso a casa" de Valve? —Pregunta.
—Como usted lo ordene mi señor...
Con esas palabras la joven Dríada vuelve a tomar su instrumento y toca la tonada elegida por el joven, quien momentáneamente disfruta la melodía, no obstante, dicha tranquilidad no dura mucho.
Tras observar a su alrededor, y de forma más detenida Iván pudo notar un grillete amarrado en el tobillo de la joven, era obvio desde el principio pero claramente estas dríadas no estaban aquí voluntariamente.
Así el joven solo se limita a observar, hasta que finalmente la canción culmina, posteriormente este procede a expresar nuevamente un aplauso.
—¿Desea alguna otra canción...? — pregunta.
—No... así está bien —Espeta el joven —De hecho, me gustaría preguntar si acaso sus condiciones son buenas.
Ante esa pregunta las Dríadas del lugar no pueden evitar dirigir la mirada al joven Milfiore.
—Si, son bastante buenas, la gente de aquí es bastante amable... —Aclama la joven, pero las dríadas de alrededor desvían la mirada.
—El atuendo que usas es muy bello, pero no es apto para este clima, ¿al menos tienen acceso a abrigo cuando no haya visitantes?
—Si así fuese ¿porque le interesa? —Reclama otra de las Dríadas presente en el lugar —No malinterprete esto mi señor, pero preguntar por nuestro estado solo lo hará sentirse mal, mejor debería salir y disfrutar de la feria.
Aquella Dríada que aparentaba unos 20 años, cabello rojizo y pétalos amarillos, quien vestía un traje de cacería similar al que muchos nobles ostentan, no obstante, esta poseía una bufanda y múltiples capas de guantes de seda que no forman parte del conjunto.
—¿Se encuentra bien señorita? —Pregunta el joven Milfiore.
Al acercársele Iván pudo notar que la respiración de aquella Dríada era más pesada, además de algunas marcas de lo que presumiblemente era mucosidad en los muros de su plataforma.
La ropa que esta Dríada usaba no era de su talla, por lo que era fácil suponer que su salud declino y en un intento por ayudarla sus compañeros la pusieron en la exhibición con la ropa más gruesa, pero al no ser esto suficiente trataron de compartir sus prendas.
—Los gerentes de la feria están conscientes que ha pescado un resfriado señorita — Señala el joven.
—Mi señor por favor, no especule cosas que arruine la imagen de nuestro grupo.
Iván por un segundo se detuvo a ver a aquella dríada, observándola directamente hasta que finalmente esta no pudo contener la necesidad de toser frente a él.
—Tal como temía —Señala el joven — ¿Erse tomaste mi monedero de nuevo?
—Si, joven amo —Responde la joven desviando levemente la mirada.
—Necesito que vayas a la plaza y compres algunas cosas —Aclama el joven al tiempo que la joven se retira —Quisiera pedir permiso para poder tocar tu cuerpo, solamente tu cuello, si no es molestia.
—Lo que sea que estes pensando, no lo permitiré...
—Alda... —Aclama uno de los Druidas presentes —Deja que te revise, no tienes nada que perder.
Con esas palabras y a regañadientes la Dríada se arrodilla en su plataforma, exhibiendo su cuello al joven Milfiore, el cual presentaba múltiples hematomas y ennegrecimientos.
Iván momentáneamente decide ignorarlos y centrarse en lo principal; el joven posiciona sus dedos en la garganta de la Dríada y le pide que tosa.
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[La habilidad "Medicina" ha sido activada...]
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Tras toser un par de veces el joven logra sentir el cómo los músculos de su garganta aún se encontraban saludables, aunque sobre forzados, además un tanto desgastados.
Por lo que rápidamente pudo intuir que había estado lidiando con esta tos alrededor de una semana, además de eso tenía una fiebre alta.
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[Enhorabuena, has desbloqueado una nueva misión secundaria...]