El Presagio de las Flores (libro de los Acónitos)

Volumen 6: Ayashimon Acto 3

Varias horas después...

Tras varias horas de esfuerzos incansables, un muro de acero se levantó en la entrada de la ciudad, al tiempo que los últimos remanentes de la invasión demoniaca son contenidos y eliminados.

Los daños en la ciudad fueron considerables, pero gracias a la rápida intervención de los samuráis y los guerreros del clan Ayashimon que las bajas civiles fueron mínimas.

Aquellas serían las palabras que los fieles siervos del rey del país de la luna le informarían a su alteza, algo que le dibujo un efímero rostro de alivio, no obstante, este no podía darse el lujo de estar tranquilo, pues sabía que la ruptura de las puertas no pudo ser orquestada por los demonios.

—¿No han encontrado al responsable del ataque a las puertas? —pregunta el monarca.

—Me temo que no, su alteza, tratamos de contactar con la maestra del clan Ragadomon, pero no hemos recibido respuesta alguna — responde uno de sus siervos.

—¿Qué hay del maestro del clan Ayashimon? — pregunta.

—Su paradero también nos es desconocido, lo único que sabemos es que este recibió una carta de parte del Shoma durante el ataque...

—¿Una carta del Shoma? —Señala el rey.

—Manden un mensajero al palacio Ragadomon, necesito saber lo que está pasando... —Exclama antes de empezar a toser descontroladamente.

—Su majestad...

—No le den importancia, retírense de inmediato —Exclama el monarca al tiempo que sus fieles siervos se retiran.

En su mano el hombre nota como este había expectorado una mancha de sangre, entendiendo que el tiempo que le queda en este mundo se está acabando.

—Su excelencia —Clama uno de sus sirvientes entreabriendo las puertas de la sala real —El primer príncipe y la reina consorte desean verlo.

—Déjalos pasar...

Tras escuchar su autorización, a través de las puertas ingresa la mujer y el hijo mayor del monarca, los cuales no pueden evitar mostrar preocupación por los recientes acontecimientos, aun así, el rey sabía que dicha preocupación era falsa.

Hace poco mas de un año el monarca había caído ante una misteriosa enfermedad, hasta que un día una carta anónima que señalaba como el primer príncipe y la reina consorte lo estaban envenenando.

Una afirmación hacía la que mostro escepticismo, no obstante, igual hizo una investigación.

En un principio este hizo uso del Shoma para investigarlos, no obstante, estos le respondieron negativamente, aun así, tras hacerle la misma solicitud a los sirvientes del palacio, estos lograron ver como la advertencia era correcta.

El monarca sabía que la reina consorte y el primer príncipe lo querían matar, lamentablemente al no tener pruebas y saber que el clan Ragadomon los respalda, tratar de señalarlos o enjuiciarlos el mismo, seria una sentencia de muerte.

—Su alteza, estaba muy preocupada por usted —Clama la reina consorte.

—Padre, espero que este asalto tan espontáneo lo le haya perturbado mas de lo necesario, en especial cuando su condición de salud todavía es precaria —Señala el primer príncipe.

Ante esas palabras el monarca no puede evitar bajar la mirada; Aun pese a cortar el suministro de veneno que la reina consorte y el príncipe habían mezclado con sus alimentos y prendas, la condición de salud del rey no había mejorado.

Por el contrario, el tiempo prolongado que se expuso a los venenos causaron daños permanentes en su cuerpo, por lo que en estos momentos solamente su estrecha relación con la cabeza del clan Ayashimon era lo que impedía que fuese derrocado.

—La ciudad está en caos, en lugar de estar aquí perdiendo el tiempo, deberían ir a apaciguar a nuestros vasallos —Reclama el rey.

—Su alteza, no debe pensar en eso, nosotros nos haremos cargo, pero ahora mismo lo más importante es su bienestar —Clama la reina consorte —El país de la luna necesita a un rey Fuerte.

—Si, tienes razón... —espeta el rey —¿Ha habido alguna noticia reciente del paradero de Ryan?

Al espetar esas palabras las miradas de la reina consorte y el primer príncipe se llenaron de rabia por un segundo...

—El príncipe Ryan todavía está de viaje entre las dos naciones, en lugar de estar aquí cumpliendo sus deberes con el país —Señala la mujer.

—Padre, realmente planeas darle el poder de nuestra nación a Ryan, ¿acaso no he demostrado ser el candidato más apto al trono? — Reclama el primer príncipe.

—Agito, Has demostrado ser fuerte y perseverante más que nadie, posees buenas bases para ser un líder, pero careces de comprensión y clemencia, hay tiempos donde los monarcas como tu destacan, este no es uno de esos —Expone.

—Claramente no hay forma de tratar con usted, bien, si este es el camino que desea tomar yo también tomare el mío...

Tras esas palabras Agito camina fuera del salón principal ante la mirada de decepción de su padre quien no puede creer en el hombre en quien se ha convertido.

El rey sabía que tarde o temprano la paciencia de Agito llegara a su fin y tratara de tomar el trono por la fuerza, siendo también esa la razón por la cual, expulso a Ryan del palacio, pues sabía que su hermano no dudaría en matarlo para convertirse en el único heredero.

A diferencia de Agito Ryan era un alma noble, un pequeño que tuvo que ver como su madre se consumía lentamente ante una enfermedad desconocida, y quien creció con gran empatía siempre deseando lo mejor a los demás ya sean nobles o siervos.

Antes de que el primer príncipe pudiese salir de la habitación las puertas de esta se abren, revelando una imagen que exalta a todos los presentes, los lideres del clan Ayashimon y Ragadomon caminando lado a lado en una misma habitación.

—Saludamos a su excelencia —Claman al unisonó.

Con una expresión de alivio el monarca ve como su espada más fuerte y leal había llegado, y del mismo modo, la reina consorte no podía evitar preguntarse el motivo por el cual la líder del clan Ragadomon había venido junto a líder de los Ayashimon.



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En el texto hay: fantasia, misterio., fantasía drama

Editado: 22.10.2024

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