15 meses atrás...
Tras descubrir las verdaderas intenciones del primer príncipe y la reina consorte, el rey Eren no tuvo otra opción más que alejar al príncipe Ryan de la capital real, bajo el pretexto de un viaje de estudios.
En ese tiempo el joven príncipe vago a lo largo del país de la luna y del sol, experimentando lo que dichas tierras le podían ofrecer, experimento la vida, vio lugares únicos y degusto comida deliciosa.
Del mismo modo, vio de primera mano, la hambruna, la violencia, las desgracias y las enfermedades...
Eventualmente la curiosidad llevaría al joven príncipe a hacer preguntas sobre su nación, su hogar y su origen, dichas preguntas serían las que llevarían al joven a la aldea Yuki, aldea originaria de su madre la antigua reina.
En su infancia Ryan había escuchado de su madre las historias de la aldea Yuki mientras era consumida por su enfermedad...
Una aldea de gitanos en medio de un amplio pastizal, un lugar frio pero donde los niños podían reír tranquilamente al igual que los adultos, aquella era la escena que el joven esperaba encontrar, lamentablemente, el destino le jugaría una cruel pasada.
Tal y como lo había dicho su madre, los niños jugaban y los adultos reían mientras que un aire frio inundaba las praderas, no obstante, en la aldea cada hombre mujer y niño, tenía manchas blancas en el cuerpo, manchas que también se presentaron en el cuerpo de su madre antes de morir.
Dentro de la historia original del héroe de la fe, la aldea Yuki fue uno de los pocos lugares que fueron destruidos desde antes de la invasión demoniaca, a causa de una misteriosa enfermedad sin cura "La muerte blanca"
Una enfermedad que generaba llagas de materia blanca en la piel de sus huéspedes, seguido de urticaria, fiebre alta, diarrea, deshidratación extrema y finalmente la muerte.
Al final de su historia samuel Mystletainn uno de los compañeros del protagonista adquiriría esta enfermedad sufriendo una muerte dolorosa debido a la negligencia del héroe de la fe hacia sus aliados, pero antes de eso, este ya había perdido a su hermana a causa de este mal.
—Oye, ¿eres de afuera? —Pregunta una voz que llama la atención de Ryan
—Por tu propia seguridad de recomiendo irte de aquí cuanto antes.
Al desviar la mirada esta nota una imagen que lo inunda de melancolía, una joven de su misma edad, de cabellos y ojos blancos, quien a diferencia de los demás, evidenciaba varios cortes, parches y números escritos en sus brazos y abdomen.
—¿Madre...? —Murmura el joven secándose algunas lágrimas que le habían brotado —Así es soy de afuera, perdón si soy algo inoportuno.
—¿Acabas de llamarme madre? —Pregunta la joven.
—¡No lo hice!
—Como sea, si llegaste a tocar algo con las manos, procura lavártelas rápido, pero no lo hagas con el agua del rio o si no la infección se te contagiará —Señala la joven.
—¿Te refieres al rio que esta a 50 metros al este? — pregunta el joven con una expresión pálida, rememorando como este ya se había lavado las manos ahí y había llenado su cantimplora.
—Creo que lo mejor será llevarte con el doctor, tal vez pueda hacer algo —espeta la joven —Sígueme...
Tras escuchar esas palabras el joven sin pensarlo mucho la sigue, notando como en la aldea todos los habitantes poseían la enfermedad, aun así, a diferencia de su madre, estos no parecían estar postrados en cama...
Tras caminar unos minutos ambos jóvenes llegan a una carpa de un color rojo intenso, la cual emana un aroma en extremo desagradable.
—Espera aquí... —Clama la joven quien se adentra dentro de la carpa.
Tras el paso de unos minutos, el joven espera, al principio este pudo ser paciente, pero eventualmente le invadió la curiosidad, dando así un vistazo dentro de la carpa, notando una imagen que lo hizo saltar hacia atrás.
Desconcertado e incapaz de creer lo que vio, elige dar un segundo vistazo, notando así una escena aterradora, docenas de cadáveres abiertos del pecho puestos en fila, todos ellos con palabras y números escritos en sus cuerpos.
Ante esta escena el joven no pudo evitar vomitar, una escena que la joven llega a notar saliendo de la carpa con un plato de madera.
—¿Oye estas bien? — pregunta acercando su mano, tocando la cabeza del joven —No tienes fiebre, tampoco tienes llagas, parece que estas bien...
Ante esa bochornosa escena Ryan no puede evitar bajar la mirada, notando, así como en el vientre de la joven había sido escrito una nueva línea de números.
—El doctor dice que te laves las manos y la cara con esto —señala la joven extendiéndole el plato.
—Ese doctor, ¿es alguien de por aquí? — pregunta.
—No... —responde sin profundizar tanto —¿Vas a quitarme el plato de las manos o no?, tengo trabajo por hacer.
—Claro, disculpa... —Espeta retirando el plato, al tiempo que la joven solo se va corriendo.
Ante esta escena el joven no pudo evitar liberar un suspiro, mientras analiza la sustancia que le habían dado, dándose cuenta de inmediato por el olor que era veneno, por lo que inmediatamente este arroja el plato al suelo y se limpia las manos en sus ropajes...
Una decisión que lamentaría en un futuro cercano...
No muchos días después este llegaría a una ciudad del país del sol, camuflándose como u mercader, lamentablemente, en ese mismo lugar, empezaría a mostrar síntomas de la muerte blanca.
—¡¿Qué demonios creen que hacen?! —Reclama Ryan al tiempo que es empujado a una jaula por unos palos.
Editado: 22.10.2024