Apocalipsis, a lo largo de las obras, historias y mitologías existentes en el vacío es un término que sé a acuñado a muchas formas, a veces a la destrucción total de un reino, o al reinicio de la vida dentro del mismo.
Muchos apocalipsis son la antesala de un nuevo comienzo, y por lo mismo el principio de una nueva historia, a estos reinos se les conoce como reinos torre.
Mientras que por el contrario muchas otras veces, un apocalipsis es verdaderamente el final de un reino en su totalidad, en su mayoría causado por la superposición de un reino torre, y toda historia que pudiese llegar a nacer de esta se pierde en el vacío, a estos reinos se les conocen como reinos nutrientes...
Naturalmente cada reino en el vacío ha pasado por uno o más apocalipsis, y cada apocalipsis es una oportunidad para que un reino y las existencias que en el habitan evolucionen...
No obstante, hay casos raros donde estos se vuelven recurrentes, forzando el nacimiento de un reino torre, al punto en que la historia acuñada a un mismo reino cambia más de una vez en un mismo ciclo y la cantidad de nutrientes asimilados por este incrementa exponencialmente.
A diferencia de los dos casos antes mencionados, estos últimos no ocurren de forma natural y muchas veces la presencia de deidades y adaptadores se vuelve evidente en estos casos, lamentablemente, solo tras el colapso de tal aberración a la naturaleza.
Esta última clase es llamada, reinos depredadores...
Ciudad de Heredia, 8vo día del segundo mes del calendario de Libra...
Dentro de la obra original, presuntamente una de las primeras ciudades en caer tras la invasión demoniaca, fue la ciudad matriz del templo de Libra, la ciudad de Heredia...
La caída de esta ciudad se debió a muchos factores, la alta presencia de cardenales, héroes y paladines corrompidos por los adoradores demoniacos, la santa privada de su voluntad a manos del elfo Zergil, así como la proximidad de la ciudad al desierto y a la horda.
Desde un principio los adoradores demoniacos habían elegido a esta ciudad para convertirse en su cede principal, y ahora, tras la muerte de la santa de libra, los cardenales y sus devotos podían brindar con dicha, al tiempo que en las puertas de la ciudad los gusanos demoniacos empiezan a devorar el cuerpo de la joven.
Cerca del cuerpo de la joven se encontraba su asesino, un hombre de capucha negra quien sujeta un rifle, el cual observa momentáneamente el cuerpo de la santa, asegurándose de que realmente esta hubiese perecido tras el disparo.
Tras liberarse de toda duda, este procede a retirarse antes de que los héroes consagrados por la santa apareciesen dentro de la ciudad, no obstante, antes de poder alejarse, el asesino escucha pasos detrás de él.
Al voltear la mirada nota como la santa se había puesto en pie nuevamente, no obstante, esta actualmente se encontraba bajo la posesión de un gusano demoniaco.
Al ver esta escena el asesino libera un suspiro, al tiempo que apunta su arma en su contra nuevamente, con el fin de no dejar cabos sueltos, no obstante, al disparar su arma, la pólvora detona, pero ningún proyectil sale del cañón.
Ante esta escena el asesino procede a ver el contenedor de la bala notando como esta había desaparecido...
—Sabía que no pasaría mucho antes de que otros hiciesen ingeniería inversa con las armas de fuego, no pensé que ustedes serían los primeros —Clama el joven Milfiore con una bala en sus manos, mientras tiene la otra metida en el pecho del asesino con el desfase —Tu corazón es muy grande no me sirve, pero igualmente podría meter esta bala en tu cavidad torácica y ver como colapsas.
—No gastes saliva sin razón —Clama el asesino —No temo a la tortura ni a la muerte, prefiero eso a volverme un triste peón de la diosa como tú.
—¿Un peón...? —espeta el joven Milfiore —"Pero que situación tan curiosa tenemos aquí..."
Durante los primeros capítulos de la segunda mitad de la obra original, se relatan los primeros encuentros del protagonista con los adoradores demoniacos, siendo ellos al principio narrados como ocultistas locos quienes ven a los demonios como sus ángeles salvadores.
Promulgaron como la diosa del sol era una mentirosa y toda su fe estaba cimentada en mentiras, palabras que afectaron especialmente a aquellos plebeyos, caballeros y paladines que habían sido dejados de lado por la iglesia, ya sea por temas de salud física o psicológica.
Dentro de los adoradores demoniacos solamente los cardenales y los obispos de alto rango conocían la verdad tras tantas mentiras.
—¿Por qué crees que soy un peón?, ¿acaso he dicho en algún momento que soy un seguidor de la diosa? — pregunta el joven.
—No es necesario, siempre que alguien se ponga en medio de nuestra sagrada misión, será visto como un enemigo —Exclama el asesino.
—Y ¿cuál es esa sagrada misión?
—Acabar con la iglesia de la diosa y sus mentiras, masacrar a los elfos y recuperar el control sobre esta nación —Expone.
—Ya veo..., me parece que es una buena misión... —Clama el joven Milfiore retirando su mano del pecho del asesino —Veo que eres un devoto de verdad.
—Tu, ¿Qué quieres decir con eso...?
Antes de poder reaccionar a las espaldas del joven 3 demonios hacen acto de presencia, no obstante, ante los ojos del asesino una escena peculiar se deja ver, pues los demonios en lugar de atacar al joven se habían arrodillado bajo su sombra.
—Como es esto... posible... —Clama el adorador demoniaco —He visto a los talismanes de sangre detener a los demonios, pero... esto... es...
Antes de poder controlar su oración el joven Milfiore nota el talismán de sangre en el cuello del asesino, el cual procede a tomar entre sus manos...
—"Así que esto es un talismán..." —Medita el joven Milfiore —"Dentro de la obra original estos podían evitar que los demonios atacasen a los adoradores demoniacos, no obstante, dicho poder venia con un precio, pues para crear tan solo uno de estos talismanes había que sacrificar a docenas de personas, simplemente asqueroso..."
Editado: 22.10.2024