Tras esas palabras la joven extiende su mano hacia adelante y hace un esfuerzo por alcanzar la ventana del inventario, no obstante, la santa logra atrapar su mano.
—Su santidad... —espeta Erse.
—Por favor, dime la verdad, ¿sabes dónde está él en estos momentos? — pregunta la santa sujetando sus manos.
Ante esa pregunta la joven intento responder, no obstante, en el último segundo esta se muerte el labio, en un intento de resistir, una escena que hace enojar a Electra.
—¿Te has lastimado?, déjame ayudarte... —Clama la santa manifestando un brillo en sus manos.
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[¡No dejes que te toque...!]
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—"¿Oz...?"
Tras esa notificación la joven cae de espaldas antes de que la santa pudiese curar su herida con su poder divino.
—Lúa... —Reclama Electra.
—Está bien... —Clama la santa con un tono tranquilo —Se que quizás te parezco intimidante, pero, quiero que sepas que no soy tu enemiga, no es mi intención hacerle daño alguno ni a Iván ni a ti.
—¿No es tu intención? —Señala Erse notando como sus palabras son sinceras.
—Para serte sincera, la diosa desea que Iván se convierte en el héroe de la fe... —Espeta la joven asombrando a Erse, al igual que a todos los elfos quienes le escuchaban.
—Pero..., si actualmente ya tienen un héroe de la fe, ¿Qué sentido tiene cambiarlo a estas alturas?
—¿hablas de Lion?, él es un chico bastante simpático... pero, no tiene lo necesario para ser el héroe de la fe, o por lo menos, no el héroe que la diosa quiere —Expone la santa con una sonrisa gentil —Lúa... ¿o prefieres que te llame Erse?, te llamare Erse porque me parece un nombre más lindo, ¿sabes... lo que es un apocalipsis?
—Apocalipsis, ¿cómo el fin del mundo?
—Ese es un término bastante contrastado de lo que el apocalipsis significa —espeta la santa —Un apocalipsis es un mecanismo de evolución, así como los antiguos reinos, o la civilización dragón, algo tiene que perecer para que algo nuevo pueda nacer; pero no es nuestra intención matar indiscriminadamente a todas las personas, lo que la diosa y yo queremos es un apocalipsis controlado, algo de lo que estamos seguras de que Iván es capaz
—¿Mi joven amo...? —Murmura —eso, de hecho, es posible.
—Incluso ahora mientras se resiste a la iglesia parece tener todas las oportunidades de salir vencedor, no solamente domino las mentes de los adoradores demoniacos, también del país de la luna y de algún modo se hizo con poder divino...
—Espera, como....
En ese momento Erse no lograba darse cuenta, pero, según en la obra original los ojos de la santa se describían de color plateado, no obstante, en estos momentos sus ojos poseían un tono color topacio, al igual que los ojos omniscientes del maestro Merlín.
—Todavía soy algo inexperta, pero la diosa me ha brindado el poder de ver más allá de lo que los ojos humanos pueden ver, así es como se de primera mano todo lo que han estado haciendo, así como el hecho de que, en estos momentos, él se dirige a la torre de los elfos —Expone la joven —Muy seguramente trataran de asediarla mientras la flama blanca está reabasteciendo su energía.
Ante esas palabras una expresión pálida se dibuja en el rostro de la joven, evidenciando como sus planes se habían revelado una vez más.
—Pero no te preocupes, mi intención no es dañarlo, quiero que él entre a la torre y encararlo directamente —espeta la santa arrodillándose a la altura de la joven —Quiero que me ayudes a convencerlo de cuál es el lado correcto, sé que si eres tú él te escuchara, y a cambio te daré lo que quieras, poder, inmortalidad, la diosa te lo concederá.
Ante esa propuesta la joven no supo que responder, pues incluso si aceptaba, sabía que no había garantía de que el joven Milfiore aceptase sus términos, y aunque Iván decidiese convertirse en el nuevo héroe de la fe, ¿realmente podrían darle lo que quiere?, la respuesta era clara...
—Tienes razón —Clama la joven —Mi joven amo, es una persona capaz de controlar incluso el mismísimo apocalipsis, se bien que, si la situación fuese diferente y lo hubiesen abordado de esta forma desde el principio, él los hubiese ayudado sin ningún problema. Pero, esto no se trata sobre él, se trata de lo que ustedes pueden hacer por mí, es eso por lo que mi respuesta... es que no...
—Bien entonces, espero tu ayuda pronto... —Clama la santa con una sonrisa que pasa a volverse sombría —Dijiste... que no... ¿no es así?
—No dudo del poder de tu diosa, pero, por lo que veo no es lo suficientemente poderosa para obligar a mi joven amo a cooperar con ella, o desatar este apocalipsis por sí misma —Señala la joven —Con un poder tan insignificante, nunca podrá darme lo que en realidad deseo...
Erse sabía bien que incluso si la diosa en persona hiciese acto de presencia, esta acabaría siendo diezmada por el poder de los Milfiore, por lo que su decisión había sido clara desde el principio, aun así, el simple hecho de llevarle la contraria a la santa, fue una labor titánica.
—Entonces, ¿no estas dispuesta a cambiar tu postura? —pregunta la santa.
—Lo diré del modo más claro que me sea posible...
Ante esas palabras la joven extrae una espada del inventario cortando la cabeza de la santa Amelia ante todos los presentes, una escena que dibuja una sonrisa en el rostro de Erse quien sabía que el momento de cumplir con su rol había llegado, aun así, algo no se sentía bien.
El poder divino que emanaba la santa no había desaparecido, y aunque la joven ya se había acostumbrado ligeramente a este, todavía se encontraba bastante impedida en sus movimientos.
—Vaya... ¿Qué es esto?
Al escuchar esa voz la joven palidece, notando como a un lado del salón la cabeza de la santa Amelia le estaba observando directamente
—El poder divino... no tuvo efecto en ti... —Clama la santa con una sonrisa tranquila.
De un momento al otro la cabeza cercenada de la joven se convierte en un cumulo de plumas blancas, al tiempo que, sobre el cuello del cuerpo de la santa, plumas blancas le manifiestan una nueva cabeza, acompañada de una aureola dorada atrás de esta.
Editado: 22.10.2024