El Presagio de las Flores (libro de los dientes de león)

Volumen 3: Vuelo nocturno Acto 2

Con esas palabras Erse había obtenido su consentimiento para su propio plan, embriagar a su joven amo al punto en que le confiese cuanto y como sabe lo que sabe.

Por un lado, Iván no pretendía beber de la champaña, pues planeaba poner como excusa el hecho de que la edad mínima para beber en el imperio son los 16 años, por el otro Erse quien ya había hecho esto muchas veces sabía que Iván una persona que nunca ha bebido no tardaría nada en emborracharse.

El joven Milfiore estaba en total desventaja, pero Erse no había considerado un factor de gran importancia...

En un momento, el intenso sonido de un motor se hizo presente, ensordeciendo a los jóvenes, aquellos eran los motores de la aeronave, al tiempo que un mensaje se escucha por los altoparlantes...

—"Queridos pasajeros estamos próximos a iniciar el despegue, se les pide a todos los tripulantes que se pongan en sus ubicaciones designadas hasta alcanzar la velocidad de crucero..."

—¿Como llego esa voz aquí? — pregunta la joven.

—Debe ser por los altoparlantes, probablemente es la primera vez que la vez ya que la casa de las flores es vieja y no tiene ni siquiera líneas de teléfono... — responde Iván —Sera mejor hacerle caso y sentarnos.

Con esas palabras ambos jóvenes proceden a sentarse en los sillones y asegurar sus cinturones de seguridad como se los indicaba el locutor.

—"...Sin más preámbulos la aeronave "SS st Louis", les invita a disfrutar este vuelo, esta noche 29 de febrero desde las 6 de la noche, hasta las 7 30 de la noche; en segundos procederemos con el ascenso inicial de 80 pies de altura, si presentan mareos hay bolsas de vomito bajo las mesas y asientos"

Al escuchar las palabras del locutor, las miradas de ambos jóvenes palidecieron intensamente, evidenciando un profundo pavor...

—"¿Acaso dijo que nos elevaremos a más de 80 pies?, ¿eso es más que el teleférico...?" —Exclama Erse internamente.

—"¿Ese hombre acaba de decir que hoy es 29 de febrero?, no, imposible no debía venir este año..." —Espeta internamente.

Un océano de densos pensamientos empezó azotar a los jóvenes, quienes al unísono tuvieron el mismo pensamiento acallado.

—"¡ME QUIERO BAJAR!"

Y así antes de que nada fuese dicho o hecho, el imponente cuerpo de la aeronave empezó a separarse del suelo, elevándose a una gran altura, hasta que, tras el paso de unos minutos, las luces de la ciudad se hicieron notar en todo su esplendor.

Aunque lamentablemente ninguno de los jóvenes las estaba viendo.

Por un lado, Erse estaba aferrada con uñas y dientes a sillón, negándose rotundamente a mirar la mortal caída bajo sus pies, mientras que por su lado el joven Milfiore quedo inundado en sus propios pensamientos, cayendo en un frio silencio.

Durante unos minutos el silencio cayo dentro de la habitación, posteriormente el joven Milfiore recupero la compostura, extrajo un pañuelo de su bolsillo y seco su sudor, para posteriormente ver el estado de la joven.

—Erse, ¿estas bien? —Pregunta, pero ella se niega a contestar.

Con un suspiro el joven Milfiore retrocede, al tiempo que en su mente la joven se insiste a sí misma en no abrir los ojos hasta que estén a una altura decente, pero cuando un inquietante y estruendoso sonido se hace presente en la habitación, esta salta del sillón exaltada.

—¿¡Que fue eso!? — pregunta.

—Solo destape la champaña, la verdad es que tu posición actual da vergüenza a ajena, ¿Todas las dríadas padecen de vértigo o es solo cosa tuya?

— Yo no padezco de vértigo —Espeta de rodillas con el rostro sobre el asiento del sillón.

—Puede que lo creas si te pones de pie. —Aclama sirviendo un par de copas de champaña —Toma, puede que esto calme tus nervios...

En un momento la joven toma una de las copas de champaña de las manos del joven, bebiéndola en un instante, para posteriormente quitarle la otra y hacer lo mismo.

—Parece que tienes una buena tolerancia al alcohol.

—Para bien o para mal así es...

—Ahora que te has calmado, sería bueno si das un vistazo al exterior, puede que incluso lo disfrutes.

—¿Es una orden?

—¿Si así es como quieres verlo?

Con esas palabras la joven libera un fuerte suspiro, logrando ponerse de pie finalmente, no obstante, aun y ahora sus piernas temblaban y se resignaba a observar hacia abajo.

—A este paso nos tardaremos toda la noche.

Tras espetar esas palabras Iván se para junto a la joven y rodea su cintura con su brazo, al tiempo que toma su mano con fuerza tratando de afianzar un punto de apoyo.

—Oye, solo respira y baja la mirada, te estas perdiendo del espectáculo...

Con el joven Milfiore a un lado la joven empezó a tranquilizarse, al tiempo que lentamente baja la mirada, notando así un destello dorado brillar entre las sombras de las mesas y sillones de la sala.

Cuando la joven finalmente bajo la mirada, aquel intenso destello dorado se reflejó en sus ojos carmesíes, viendo desde una gran altura las luces de la ciudad de Orville.

Dentro del continente de Almah la tecnología para poder iluminar una ciudad así no existía, incluso si se le prendiese totalmente en llamas no se compararía al brillo de aquellas luces doradas.

—Verdad que es impresionante, ¿no? — señala el joven.

—Si... así es...

—Sabes que esto te vuelve la primera dríada en volar en un dirigible —señala el joven.

—Se sentiría mejor... si no me estuviera rodeando entre sus brazos, a veces siento que no conoce lo mínimo respecto al espacio personal.

—Eso crees...

En un rápido movimiento el joven Milfiore suelta la mano de Erse, e inmediatamente atrapa sus brazos y cintura en su abrazo.

—Pues como yo lo veo todo tu espacio personal me pertenece a mí también, y dentro de esta habitación, podemos hacer lo que queramos...



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En el texto hay: villanos, fantasia épica, suspeno

Editado: 24.05.2024

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