De regreso en el presente...
Tras ese día el joven Milfiore siguió experimentando sobre esa teoría, notando así que podía seguir aprendiendo la magia natural sin complicaciones casi como si fuese un druida...
Y del mismo modo Erse dio indicios de poder usar magia de runas, pero como la teoría detrás de esta magia es mucho más compleja que la magia natural, todavía no la podía poner en práctica.
Aun así, el entender esto, le dio un cambio de perspectiva respecto a la propia naturaleza del sistema, alejándola de aquella fuerza invisible y omnipotente que fue una vez a sus ojos.
Y del mismo Modo Erse empezó a desvelar el secreto tras la magia rara de los Milfiore, así como múltiples métodos para poder contrarrestarla.
Aunque ninguna de estas cosas importaba en esta noche, pues los jóvenes solo se limitaron a divertirse por una vez.
—Esta vista es increíble joven amo, primero había un montón de luces, pero ahora solo hay oscuridad —Exclama Erse quien ya casi había terminado con la botella de champaña.
—Actualmente estamos fuera de los límites de la ciudad de Orville a más de 700 pies de altura, las pocas luces de los pueblos cercanos a la capital no serán visibles a causa de las nubes —Señala el joven Milfiore quien apenas había llegado a la mitad de su primera copa.
—Ya se acabó —señala Erse.
—Es un alivio, no pensé que te aferrases con tanta fuerza a la bebida.
—No me malentienda joven amo, una botella como esta solo incrementa ligeramente mi humor, pero se necesita mucho más para embriagarme. Aun así, si no es molestia me gustaría pedir otra.
—Por supuesto, bebe cuanto gustes, solo ten cuidado cuando salgas...
—Descuide, no he bebido lo suficiente para no saber mantener la compostura ante otros nobles.
—Eso espero...
Con esas palabras la joven sale de la habitación privada, viendo así desde una gran altura a todos los pasajeros de la aeronave, algunos riendo, otros charlando y muchos de ellos relajados observando el paisaje.
En su mente la joven sintió que no había prisas por regresar y podía echarle un vistazo a la aeronave, por lo que con una ligera sonrisa en sus labios procede a bajar las escaleras, al tiempo que a su lado una persona sube las escaleras, algo a lo que Erse no le dio importancia.
Conforme la joven avanza entre los presentes, no puede evitar sentirse incomoda en un principio, pues nunca antes en su vida había estado rodeada de tantos humanos, quienes no la estuviesen viendo con burla o desprecio.
A diferencia de la gente que caminaba en el parque, los pasajeros del dirigible eran en su mayoría aristócratas, muchos de ellos pedantes y arrogantes, una escena que genero desagrado en la joven.
A sus ojos una de las cosas que los continentes de Almah y animus indiscutiblemente tienen en común, es la naturaleza de la sangre azul; personas que nacieron con una cuchara de plata en la boca y quienes creen desde lo más profundo de su ser que el mundo les debe algo.
Por un lado, la joven pensó que sería divertido sacar su espada de su inventario y provocar una masacre entre los pasajeros, simplemente para obligarlos a aterrizar en la realidad.
A diferencia de los civiles ordinarios, no sería raro que más de uno de los aristócratas presentes en la sala, posean razones válidas para ser asesinados.
Lamentablemente Erse no podía arriesgarse a que su joven amo sea lastimado y esta sea echada de la casa de las flores.
Al meditar sobre el tema, La joven no puede evitar rememorar el momento en que Iván la atrapa entre sus brazos; en ese momento pudo sentir una resistencia firme del joven.
Tal vez se deba al hecho de que ella se ha vuelto más débil desde que llego a la casa de las flores, pero ahora mismo, podía notar con total claridad como Iván al igual que ella se estaba fortaleciendo.
En comparación con Erse quien mejora tras el entrenamiento constante y sus conocimientos del crisol, Iván mejoraba a pasos agigantados gracias a su talento y destreza natural; nuevamente se estaba repitiendo lo que paso con sus antiguas compañeras.
La joven no puede evitar bajar la mirada pues sin meditarlo mucho supo que en cuanto el joven supere su fuerza, este también la abandonaría.
—Al final, no puedes confiar en nadie... —Susurra en voz baja para sí misma.
Con esas palabras la joven se posa junto a la baranda de uno de los cristales de la aeronave, viendo el paisaje nocturno del ducado de Willburg, notando así un pequeño cumulo de luces brillantes en el horizonte, identificándolas rápidamente como la ciudad de Greenless.
En su mente la joven se preguntó ¿cuánto faltaría para que aquella semilla que planto en la casa germine?, ¿cuánto tiempo tendrá que seguir con la farsa de la sirvienta personal?
¿Por cuánto tiempo tendrá que esperar para poder vengarse?, ¿y cuanto tendrá que seguir esperando para que el incansable dolor en su pecho finalmente cese?, y si algún día este cesara.
—Es una pena, esta vista es mucho mejor durante el día —Aclama la voz de un hombre joven junto a Erse —¿es tu primera vez en uno de estos vehículos?
—"¿Este tipo está tratando de cortejarme?, ¿Quién se ha creído?" —Reclama internamente.
—Te veo algo estresada —señala extrayendo de un abrigo una pipa larga—¿Fumas?
—Si, muchas gracias caballero —espeta —"Bueno, se ganó 5 minutos de mi tiempo, ¿Veamos que tan bien puede utilizarlos?"
Posando la punta de la pila en sus labios, aquel joven caballero procede a calentar el tabaco con su encendedor.
Con una ligera inhalación Erse fue capaz de percibir la calidad del producto entre sus manos.
Ya había pasado casi un año desde la última vez que fumo tabaco, e incluso en ese entonces las hojas que podía permitirse eran de pésima calidad y de un lote muy pobre.
Editado: 24.05.2024