—Dije, que los atesorare mucho, aunque como se aproxima el verano tal vez no pueda usarlos tanto como quisiera.
Al escuchar esas palabras la risa de la joven se detiene, viendo la atención que el joven le dirige a la pieza que ella confecciono; en un principio esta lo hizo por la simple razón de que le habían ordenado darle un regalo a Iván para su cumpleaños.
No obstante, con todo el tiempo que esta consumió limpiando la casa de las flores, entrenando con el joven Milfiore y aprendiendo todo lo necesario para actuar y verse como una verdadera sirvienta personal, esta no tuvo tiempo de ir al pueblo a comprar algo.
Es por ello que la joven simplemente decidió confeccionarle rápidamente unos guantes de pésima calidad con piezas de cuero y tela que le habían quedado.
Curiosamente conforme los días pasaban, la joven no dejo de trabajar en los guantes, no por el joven Milfiore, sino por el hecho de que la joven guardaba una gran pasión por la elaboración de ropa y accesorios, e internamente no podía permitirse dejar una prenda en mal estado.
Por lo que conforme los días pasan y la fecha prometida se acercaba, ella trabajo sobre los guantes una y otra vez hasta alcanzar el estándar de calidad de un maestro costurero.
Erse no pudo evitar sentirse incomoda al ver el fruto de su trabajo, por un lado, se sentía bien por los halagos del joven a su creación, pero por el otro, no dejaba de preguntarse «¿porque siquiera hizo los guantes?, ¿Por qué simplemente no desobedeció a Enrique Milfiore?»
Dichos pensamientos rebotarían en la mente de la joven hasta que finalmente y tras un breve trayecto que pareció interminable, la aeronave finalmente toco tierra.
1 hora más tarde...
Tras aterrizar, el oficial Grossman se vio en la necesidad de aguardar a que los pasajeros regulares desembarcasen para así poder llevar al sospechoso que resguardaba a la comisaria.
Y del mismo modo vigilar a la joven maestra Willburg quien aún no había recuperado la compostura.
Contrariadamente y a razón de la firme insistencia de Erse, el joven Milfiore sería uno de los primeros en desembarcar, dibujando en la joven criada un rostro de suma euforia.
—"Finalmente acabo, el lugar de todos los seres vivos es la tierra firme, no entiendo porque los humanos tienen el deseo de alejarse de ella" —Exclama internamente, no obstante, por su expresión el joven Milfiore sabía exactamente lo que pensaba.
—Ni siquiera son las 8 de la noche, y el cochero que contrate quedo en recibirnos a las 10, así que diría que la noche todavía es joven —Aclama el joven Milfiore —Y, ¿A dónde vamos ahora?
Al espetar aquellas palabras el joven Milfiore dirige su mirada a Erse, quien tras recomponerse totalmente empieza a analizar sus opciones.
—Joven amo, por favor sígame...
Con esas palabras y sin darse cuenta de su acción la joven toma la mano de Iván y lo lleva hacia la estación de tranvías hasta su siguiente destino.
Desde que Iván tiene sentido de la razón siempre ha sido una persona metódica, quien no hace nada sin una razón justificada.
Por este motivo, el joven Milfiore quien había viajado prácticamente por todo el imperio, nunca se había tomado la libertad de explorar o hacer turismo como una persona ordinaria.
Por lo que con el fin de sacarlo de su zona de confort Erse empezó a arrastrarlo por todos los lugares icónicos de la ciudad de Orville, tanto los culturalmente ricos y exóticos como lo pueden ser teatros, bibliotecas y museos, así como otros más ambiguos como estatuas y cruces famosos.
Erse quien ya era una extranjera de una tierra distante, no pudo evitar ser atrapada por aquellas estructuras y edificios exóticos que nunca vería en el continente de Almah.
Por el contrario, Iván quien había sido desconectado de sus planes, y fue forzado a caminar sin rumbo, solo se limitó a mostrar una expresión de agrado, aunque en el fondo estuviese bastante frustrado.
—"Maldita sea, no me digas que tengo síntomas de un TOC (trastorno obsesivo compulsivo)" —Reclama internamente tras analizar sus emociones sobre esta situación, una acción que también puede adjudicársele a un TOC.
Tras caminar durante una cantidad considerable de tiempo y tras largos trayectos, las 2 horas pasaron, pero para ambos jóvenes parecía haber pasado mucho más tiempo que eso, aunque por distintas razones.
—Faltan 30 minutos para las diez de la noche, joven amo —Señala la joven al tiempo que cruzan a través de un bazar.
—Descuida, estamos cerca del punto de reunión que acordamos — señala el joven quien leía un libro de psicología en un puesto de librería cercano —Caminado tranquilamente llegaremos al punto de reunión en 15 minutos.
—Ya veo...
Tras terminar el libro con su habilidad de "lectura rápida" y regresarlo a su lugar, el joven Milfiore no puede evitar liberar un suspiro; incluso con todo lo que paso, el nivel de simpatía de Erse no subió más de lo esperado, aun así, esta parecía estar feliz, como una chica ordinaria.
Iván por unos instantes se quedó perdido en esta, notando que esta estaba sonriendo, de una forma en la que nunca lo había hecho en su presencia, «¿Quizás esta era su sonrisa real?» medito, al tiempo que reflexionaba al respecto.
Por su lado, Erse no pudo evitar notar uno de los puestos del bazar, el cual exhibía una venta de gemas preciosas...
—Tiene muy buen gusto señorita, ¿hay algo de nuestra selección que le interese? —Aclama la vendedora de este puesto —tal vez un rubí que combine con sus ojos, o un topacio que resalte su cabello.
—No es necesario... —espeta la joven.
—¿Por qué no? —Aclama Iván llegando al lugar —Elije algo, yo invito...
—Joven amo, esto, realmente no es necesario...
—Tú me diste un regalo, yo también quiero darte uno; míralo como si fuese tu regalo de cumpleaños atrasado.
Editado: 24.05.2024