El Presagio de las Flores (libro de los dientes de león)

Volumen 3: El vacío Acto 3

Simultáneamente...

En otra sección de la academia se pueden apreciar un tipo distinto de dormitorios, unos que a diferencia de los anteriores se ven en muy mal estado, donde los aprendices se ven obligados a dormir en barracas, además de comer y asearse en áreas de uso común.

Es en este lugar donde el joven Milfiore ingresa...

—"Un aire lúgubre y húmedo, la peste del sudor de 30 personas en una misma habitación, y las miradas de duda y recelo que los aprendices se dirigen los unos a los otros" —Medita el joven Milfiore —"Aquellas fueron las palabras con las que el narrador describió este lugar, lo cual describe a rasgos generales la primera impresión de un nuevo aprendiz, salvo por un detalle."

A diferencia de la descripción de la novela todas las miradas estaban siendo dirigidas al joven Milfiore, las cuales estaban llenas de clara hostilidad y desdén.

—"Tuve que preguntar como a 30 personas donde se encontraban los dormitorios de los plebeyos de primer año, aunque más de la mitad me escupió en la cara en cuanto traté de hablarles" —reclama Iván internamente —"Si ibas a meterme en esta obra, ¿Por qué demonios tuvo que ser como un gitano?, Grayman."

Con un suspiro el joven se adentra dentro de las barracas, lugar donde se supone que se encontraba su litera, en estos momentos el joven solo quería organizar sus ideas y cambiarse la ropa, lamentablemente ese deseo no sería tan fácil de cumplir.

Entre las camas, una destaca sobre las demás, las sábanas estaban mojadas de agua sucia y un balde con un par de mopas fueron puestas sobre esta.

A su alrededor los aprendices empezaron a murmurar y a reír, al tiempo que el joven simplemente los ignora y se recuesta en la litera de al lado.

Con una mirada de aparente ingenuidad, Iván cierra los ojos al tiempo que uno de los aprendices hace acto de presencia...

—Oye, que haces sobre mi cama —reclama el aprendiz.

—¿Esta es tu cama?

—Si...

—¿Entonces aquella cama mojada es la mía?

—Por supuesto...

—Ya veo... en ese caso, muchas gracias por cederme tu cama por hoy —Aclama el joven con una ligera sonrisa y una expresión de inocencia —Genuinamente eres un buen samaritano...

Antes de poder terminar aquellas palabras el joven aprendiz toma las sábanas de la cama y avienta al joven Milfiore contra el suelo, ocasionando las burlas de los presentes.

—No trates de hacerte el listo gitano —reclama el aprendiz.

—Sinceramente me estoy cansando de escuchar esa palabra —espeta el joven levantándose del suelo.

—No puedo usar mi cama, y necesito un cambio de ropa, pareces un tipo listo, ¿se te ocurre alguna solución?

—¿Solución?, esta es mi solución...—Exclama lanzando un golpe contra Iván.

Con una mirada aburrida el joven atrapa su golpe con extrema facilidad, al fin y al cabo, los dos estaban en ligas diferentes...

**

[Nombre: Iván Milfiore Lvl. 24]

[Fuerza: 50]

**

[Nombre: Gordon Keene Lvl.10]

[Fuerza: 9]

**

Incluso si todos los jóvenes dentro de la habitación tratasen de atacarlo a la vez, no tendrían oportunidad alguna de vencerlo, después de todo, todos ellos eran aprendices a diáconos, no se espera que sean particularmente fuertes.

—Detengamos esto, ¿quieres?, no es mi intención lastimarte, así como no es tu intención salir lastimado —Clama el joven Milfiore soltando su mano.

—Tu, ¿desde cuando eres tan fuerte?, ¿esto es algún truco gitano?

—En lo absoluto, es mi fuerza natural, simplemente no había querido mostrarla hasta ahora, pero veras, hoy he tenido un día muy difícil y largo; pero descuida, todavía no he llegado al punto de lastimar a otros sin razón, esas no son las enseñanzas de las escrituras sagradas.

—¿Que vas a saber tú de las escrituras sagradas?

—Puedo responderte un examen si quieres, tengo una copia aquí mismo...

Con esas palabras el Joven en un rápido juego de manos extrae la copia de los textos sagrados del inventario, asombrando a los presentes.

—Y para tu información, eso sí fue un truco gitano, somos muy buenos ocultando cosas —Espeta el joven entregándole el libro.

—Acabemos con esto de una vez —reclama Gordon tomando el libro.

Con una mirada llena de malicia el aprendiz abre los textos sagrados, dando así la apariencia de estar buscando un pasaje al azar, cuando en realidad buscaba de forma deliberada uno de los libros menos conocidos y más difíciles, solamente para humillarlo.

—Bien entonces, quiero que me digas como continua esta frase del libro de Virgo, capitulo 58 —espeta el joven.

Al escuchar esas palabras los aprendices presentes no fueron capaces de evitar mofarse, mientras su compañero procede a leer...

—Santificados sean aquellos que encaran al mal, santificables aquellas víctimas de su ignorancia, la palabra de la diosa vive en los corazones de todos los seres, ya sean de 4 patas, alas, cola o escamas...

Tras esas palabras el joven se detiene, esperando la respuesta de Iván quien solo procede a cerrar los ojos durante unos segundos; incluso para el joven los textos sagrados resultaron ser un libro bastante difícil y muy complejo, aun así, con la habilidad erudito, solo basta con leerlo una vez.

—...Hijos de la tierra caminen hacia la luz, bestias de los cielos, tracen el camino, hermanos de los mares dennos fuerza y sustento, todos nacimos del seno de nuestra diosa y a él volveremos eventualmente —responde asombrando al joven aprendiz pues Iván había citado las palabras al pie de la letra —¿Estuvo bien?

—Eso... eso no cuenta...

Con esas palabras una expresión más tensa se dejó ver de aquel aprendiz quien rápidamente busca otro versículo de los textos sagrados.

—Quiero que me digas lo que dice el Libro de cáncer, capitulo 60, versículo 11 —Aclama el joven.



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En el texto hay: villanos, fantasia épica, suspeno

Editado: 24.05.2024

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