Al ser calificado como un genio Alex empezaría a ser visitado por cardenales y obispos de un sinnúmero de templos repartidos por todas partes del país del sol, una situación similar a lo ocurrido dentro del libro del héroe de la fe.
Aquellos hombres lo único que querían era a alguien fuerte y prominente que los represente, y se convierta en un símbolo de poder entre los otros templos, por lo que estos no escatimarían en métodos para conseguir su objetivo.
Dentro de la historia original, el humilde protagonista no caería ante las tentaciones de los representantes, no obstante, Alex no poseía dicha humildad.
Aunque deshacerse de Alex influiría enormemente para completar la misión principal, también podría revelar la existencia del fármaco y si se descubría que este estaba hecho de veneno de escorpión Rurrú, la cabeza de Iván rodaría.
El joven Milfiore tuvo que ejercer un esfuerzo titánico para evitar que Alex abandonase la academia y cayese ante la tentación, siendo que en muchos casos Iván tuvo que ahuyentar a los representantes, y la personalidad arrogante del joven Pendragon no ayudaba.
El primer mes fue difícil, pero el siguiente sería aún peor; las tácticas cada vez más agresivas de los templos, debilitaban poco a poco la estrecha relación que el joven Milfiore había erigido con Pendragon.
No obstante, ya sea para bien o para mal, el día esperado estaba próximo a llegar...
Dia 27, del doceavo mes del calendario del león...
Dentro de algunos días se cumpliría el tercer mes del joven Milfiore dentro de la academia, al tiempo que el año del león estaba próximo a terminar.
Durante el trascurso de esos días, Iván pudo ver algunas similitudes con su mundo, por ejemplo, la existencia de festividades con temas religiosos presentes durante la última semana del año.
Durante ese tiempo las clases en la academia se suspendieron y muchos de los aprendices se fueron a casa, no obstante, muchos otros en lugar de eso, optaron por quedarse en la academia, ya sea porque viven demasiado lejos, o como en el caso del joven Milfiore no tienen otro lugar a donde ir.
No obstante, cualquiera sea el caso Iván sabe que una semana tras la reanudación de las clases, será cuando ocurra aquel fatídico incidente.
Durante ese tiempo el joven Milfiore no pudo evitar sentirse ansioso, pues durante esos días no podría mantener al joven Pendragon bajo vigilancia; por nada del mundo podría permitir que un templo lo acogiese, al menos no antes de la llegada de Lion a la academia.
—Te veo algo ansioso, joven... —Aclama una voz conocida que saca al joven Milfiore de sus pensamientos.
—Maestro Merlín no percibí en momento en que llegó...
—Se nota, tu mente está muy agitada y el aura que liberas esta erosionado el suelo que estas pisando —señala el anciano.
—Hace tiempo que no hablamos, ¿ha habido algún problema con la operación?
—En lo absoluto, todo ha ido sobre ruedas —Clama el anciano con una mirada sombría —no obstante, lo que hacemos es...
—¿Estas dudando?
—No es eso, simplemente es que ha sido demasiado fácil, tanto que no puedo creerlo.
—Ha sido fácil únicamente porque nos estamos preparando con antelación para enfrentar a aun enemigo que no nos supera en inteligencia, si todo sigue igual para cuando la invasión empiece, no debería ser diferente a una cacería a gran escala. —Expone el joven —"O por lo menos al principio, los demonios de la primera oleada poseen un intelecto bajo, compensado con su número y fuerzas abrumadoras, la segunda oleada en cambio será un tema totalmente distinto, pero preferiría no tener que cruzar ese puente, pues en mi posición actual incluso con la ayuda del decano, carezco de lo necesario para evitar las demás oleadas, es por eso que mi principal objetivo debe ser dejar este condenado mundo lo antes posible."
—Ya veo, joven, ¿tiene planes para este fin de año?
—¿Me estas proponiendo algo?
—¿Conoces la ciudad de Ruranthel?
—Si, la conozco...
La ciudad de Ruranthel, probablemente la ciudad más importante del país del sol incluso más que la capital real, pues es en esa ciudad donde habitan los legendarios elfos de sol.
—Se nota que no eres de este mundo, nadie sería tan indiferente con una invitación a Ruranthel...
—No estará tratando de usar la oportunidad para presentarme con los elfos ¿o sí?
—Me descubriste..., siendo francos con el poder de los elfos sé que seremos capaces de asegurar esta batalla con un número menor de bajas.
—Yo no confiaría en eso, ¿Cuándo ha visto a los elfos intervenir cuando sus propios intereses no están de por medio? — reclama el joven.
—Joven, solo lo dejare pasar esta vez, pero absténgase de insultar a la raza bendecida por la diosa.
Ante esas palabras el joven no pudo evitar desviar la mirada y quedarse en silencio...
Dentro de la historia del héroe de la fe los elfos fueron una de las razas menos proactivas durante la invasión demoniaca; estos se negaron a ayudar a los humanos aun cuando docenas de miles morían diariamente.
Al final estos sufrieron el destino más miserable, cuando la situación ya se les había ido de las manos.
Ciertamente el joven Milfiore considero un sinfín de métodos para convencer a los Elfos de ayudar, pero mientras más leía la historia de los países del sol y la luna más supo que esto no pasaría.
Ya sea hambruna, guerra o una plaga los elfos nunca han intervenido en los problemas de los humanos, y los humanos simplemente lo aceptan con una sonrisa.
Iván nunca podría colaborar con seres tan engreídos e ingratos que olvidan que todos los lujos que tienen vienen del sudor y sangre de los humanos que los veneran, en ese sentido, entiende las acciones de "Esa persona" durante el trascurso de la historia.
—Lamento mi ofensa, no obstante, no puedo entregar ciegamente mi confianza a los elfos, no juzgo a aquellos que tienen fe en la raza bendecida por la diosa, pero yo prefiero tenerla en lo que puedo tomar con mis manos...
Editado: 24.05.2024