Al espetar esas palabras un brillo azul emerge de la piedra de invocación, cegando levemente a la santa quien, tras recuperar la visión, nota como el joven Milfiore ha desaparecido.
A pocos metros de la elfa, una densa niebla empieza a rodear al decano obstruyendo su visibilidad, pero inmediatamente con un movimiento de su brazo, la niebla se disipa en su totalidad, notando como la Elfa ha desaparecido.
—A esto te has reducido —Clama el joven Milfiore oculto en los alrededores —Estas tan cegado por la rabia que olvidaste el poder de mi espíritu consagrado.
Ante esas palabras la niebla que el decano había dispersado empieza a aglomerarse con el doble de densidad, ocasionando que el anciano empiece a desesperarse.
—"Realmente esta cegado por la rabia, literalmente le mostré el poco valor con el que los elfos ven a los humanos y las deficiencias ocultas a simple vista de la fe por la que ha entregado 100 años de su vida" —Medita el joven Milfiore —"En su lugar probablemente estaría igual..."
Tras un intenso forcejeo la niebla que rodea al anciano se vuelve cientos de veces más densa de lo que fue en un principio, impidiendo así que el anciano siquiera pueda mantener el equilibrio...
—¡Mocoso desgraciado!, ¡lo supiste todo el tiempo, ¿no es así?! — reclama el anciano.
—Veo que ahora estas dispuesto a hablar...
—¿Crees que tu insignificante espíritu podrá detenerme?, si no puedo encontrarlos, ¡voy a echar este castillo abajo! —Clama imbuyendo su aura sobre una piedra de invocación.
—¡Vanya ahora!
Al espetar esas palabras a las afueras de la niebla la santa extiende sus manos hacia el anciano, inmovilizándolo durante unos segundos, el tiempo suficiente para que el joven Milfiore le robe su piedra de invocación.
—Mocoso, ¿¡acaso crees que con eso podrás detenerme!? —Clama el anciano tratando de desplegar su aura, pero esto le es imposible.
—De verdad eres un estúpido cuando pierdes los estribos, tú mismo me enseñaste paso a paso como invocar a un espíritu consagrado, imbuyes tu aura en una piedra de invocación, y posteriormente lo liberas declarando el nombre del espíritu, mientras más poderoso sea el espíritu, mayor será la cantidad de aura consumida. —Expone el joven sujetando la piedra cargada de energía —Mientras yo que sostengo la piedra no declare el nombre del espíritu, no podrá recuperar su aura.
—Maldito niño, ¿tú no lo entiendes o si...?, incluso con una centésima parte de mi aura, soy más que suficiente para acabar contigo y recuperar la piedra...
—Nuevamente comete un error decano —Espeta el joven —Un invocador sin aura no es diferente a un ave que no puede volar.
Con una mirada llena de hostilidad el joven Milfiore arremete en contra del anciano, Ejerciendo toda su fuerza intenta golpear su rostro, pero antes de poder hacerlo, un muro invisible se interpone.
Del mismo modo como ocurrió el día en que Iván descubrió como convertir su mana en aura, la fuerza de atracción y repulsión del aura se hizo presente, no obstante Iván ya estaba preparado para esto.
Con un segundo golpe el joven Milfiore impacta el rostro del anciano repitiéndose el mismo resultado, posteriormente efectuaría la misma acción una tercera, cuarta y quinta vez sin resultado alguno.
—Cuando entenderás que todo lo que hacen es inútil —Clama el anciano quien intenta conectarle un golpe al joven Milfiore, el cual logra esquivarlo y golpea nuevamente su rostro —¿Porque la defiendes?, hasta no hace mucho mostrabas abiertamente falta de respeto hacia los elfos.
—Puede ser..., y no diré que no todos los elfos son los malos, pues Oran también carga con un largo repertorio de pecados..., entiendo que este molesto, pero si la mata entonces echara todo a perder —Responde el joven.
—Tú no tienes la menor idea de lo que es estar molesto —Reclama el anciano —¿Crees que no sé qué los humanos servimos a seres arrogantes que solo recuerdan ocasionalmente nuestra existencia?, ¿crees que soy tan ingenuo?
Al escuchar esas palabras el joven Milfiore se percató, dentro de la obra del héroe de la fe, el primer encuentro con los elfos ocurre dentro de 3 años a partir de ahora, en ese entonces, aunque Merlín no mostraba hostilidad a los elfos tampoco les mostraba tanto respeto como ahora.
Incluso sin la intervención de Iván el anciano ya tenía dudas de sus benefactores, dudas que gradualmente fueron erosionando su fe, ahora, dicha fe estaba totalmente rota, y es por ello que el anciano ha perdido el control.
—He visto y criado a más de 10 mil jóvenes que vivieron, pelearon y murieron por estos malagradecidos, que solo nos ven como sus sirvientes o juguetes, y lo único que hice fue desviar la mirada, y acalle cualquier palabra o gesto que se les opusiese, porque desde el fondo de mi ser, estaba convencido de que ellos son un mal necesario para este mundo, pero ahora, después de esto, ¡ya no lo consentiré más!
Con un imponente grito tanto el joven Milfiore como la santa son arrastrados hacia atrás, ante la imponente fuerza del aura del anciano, quien no puede evitar caer arrodillado al suelo.
Con una sonrisa sombría en sus labios el joven Milfiore se impulsa hacia atrás, al tiempo que ve al decano en la posición que tanto estaba esperando.
Debajo de la tierra una piedra esférica color azul marino se hace presente, y cual proyectil esta golpea al anciano en el mentón.
Dentro del cráneo humano existe una configuración bastante curiosa la cual permite que sin importar en que punto una persona reciba un impacto, el cerebro siempre este protegido, no obstante, dicha configuración posee una falla.
Y esa es cuando una fuerza externa golpea los huesos aledaños del cráneo, más concretamente el maxilar inferior, ocasionado un efecto de palanca que agita el cerebro de sobremanera.
—"En resumidas cuentas, debiste proteger mejor tu mentón" —Exclama el joven internamente, al tiempo que ve al anciano caer inconsciente —Maldita sea, esta vez tuve suerte...
Editado: 24.05.2024