El Presagio de las Flores (libro de los dientes de león)

Volumen 3: Ala de la espada Acto 1

Al día siguiente...

Con la llegada del nuevo día una atmosfera optimista inunda a la ciudad de Battista, el sol brilla en el sur y una fuerte briza trae el fresco aroma de las montañas al interior de la ciudad.

Tras despertar y prepararse para partir, los aprendices de la academia Lumiere son transportados dentro de la caravana a un nuevo destino, siendo este el sitio mas importante de su visita, el templo de Leo.

Tras un breve viaje, una imponente estatua se pudo vislumbrar, un león de marfil tan grande como los dormitorios de los nobles dentro de la academia.

Conformes seguían adelante la imagen de otras 4 estatuas similares se pudieron ver, y en el centro de todas estas, un templo blanco se erige, siendo este su destino principal.

Al bajar de la caravana los aprendices apenas fueron capaces de moverse, puesto a la gran cantidad de personas provenientes de todo el país, muchos de ellos buscando recibir la gracia de la diosa, mientras que otros directamente buscan probarse frente a la espada del primer papa.

—Por su seguridad procuren mantenerse cerca de sus grupos en todo momento, tampoco pierdan de vista a los instructores, si tienen imprevistos y no hay nadie cerca comuníquenlo a los caballeros del templo —Exclama uno de los instructores.

Al escuchar dicha advertencia el joven Milfiore no puede evitar desviar la mirada, al fin y al cabo, en este día en específico, es imposible que algo no salga mal.

— "12... 15... 19 y 20..." —Espeta el joven Milfiore de forma interna —"Como lo sospechaba ellos ya están aquí."

Entre la multitud el joven Milfiore logra vislumbrar a un grupo disperso de personas, envueltos en capuchas harapientas de cuerpo completo, todos ellos con una constitución antinatural.

—"Si todo ocurre de acuerdo a la obra original, el ataque debería empezar en cualquier momento; sé que el riesgo que tomo es grande, pero es necesario..."

Con esos pensamientos el joven Milfiore no puede evitar rememorara una conversación que sostuvo con el decano poco antes de partir.

—Durante la visita de nuestro grupo al templo de Leo, va a haber un ataque terrorista —Espeta el joven.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?, debo detener el viaje y avisar al templo...

—No lo hagas —Clama el joven interrumpiéndolo —este ataque terrorista es necesario, durante el ataque la sala y el pedestal de la espada de la fe serán destruidos, por lo que durante ese tiempo la espada será trasladada aquí a la academia donde estará segura, es absolutamente necesario que las cosas procedan como deben.

—Incluso si proceden como deben hacerlo, ¿no te preocupan las vidas afectadas por ese ataque?, gente puede morir...

—Lo sé, pero me asegurare de que no sea así; lo he pensado por demasiado tiempo, y si me llego a equivocar puedes encerrarme y tirar la llave.

—Lo dices como si fuese un chiste, pero ambos sabemos, que te has abusado demasiado de mi paciencia, si determino, aunque sea por un momento que eres un peligro, yo mismo te ejecutare.

—¿Y cargaras con las consecuencias de eso?

—Hare todo lo que este en mi poder por esta nación.

Tras esas palabras el decano y el joven Milfiore cruzan una mirada sombría, evidenciando la seriedad de sus palabras.

De regreso en el presente...

Conforme los aprendices rodean la plaza para adentrarse en el templo, el joven Milfiore deja caer al suelo esferas negras que a la vista de todas las personas de este mundo parecen simples piedras.

Tras unos minutos el joven Milfiore fue capaz de posar un pie en el primer escalón del templo; con esa simple acción su cuerpo fue inundado en un profundo alivio, como si todos sus problemas desapareciesen.

Tal sensación de calma empezó a inundar su mente conforme poco a poco empieza a adentrarse dentro del templo.

Por fuera el templo de Leo poseía un aspecto similar al de un patíbulo o un palacio, no obstante, en su interior se podían apreciar un sinfín de pinturas, así como esqueletos fosilizados de monstruos de gran tamaño.

Dentro de la obra del héroe de la fe, cada uno de los 12 templos del país del sol posee un tema, el templo de capricornio aprecia la pureza y la rectitud, el templo de virgo la belleza y el perfeccionismo, el templo de libra el equilibrio y la entropía.

En el caso del templo de leo, aquello que lo caracteriza es el valor y la justicia, siendo evidenciado en las pinturas heroicas o los monstruos cazados en sus pasillos.

Conforme mas se adentran en sus pasillos el joven Milfiore empieza a ser dominado por una profunda admiración y deseo servil, una sensación extraña para él.

**

[Alerta: el anfitrión está siendo afectado por una corriente de poder divino...]

**

—"¿Poder divino?, es verdad... ¿Cómo pude haberlo olvidado?" —se reclama internamente, mientras recupera la compostura...

Iván no pudo evitar sentirse abrumado, a causa del poder divino que emana el templo por unos minutos incluso se olvido del ataque que se llevara a cabo dentro de poco, aun y ahora debía evitar relajar su mente para no ser dominado por este.

Tras ese Breve desliz el joven procede a lanzar más de aquellas esferas negras en el interior del templo, haciendo uso de sus habilidades de "Tirador prodigio" para que las esferas caigan en lugares donde no serán notadas ni recogidas.

Así los minutos siguieron adelante permitiendo a los aprendices llegar a su destino, un patíbulo blanco inundado en una luz dorada y sobre el techo de este la prestigiosa espada de la fe, sujetada por una docena de cadenas doradas.

Al verla un extraño escalofrió empezó a azotar al joven acompañados de extraños susurros que generan un leve hormigueo en sus oídos; sin pensarlo mucho el joven pasa sus manos por su rostro y se tranquiliza, sabiendo que solo es un efecto generado por su exposición al poder divino.



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En el texto hay: villanos, fantasia épica, suspeno

Editado: 24.05.2024

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