El Presagio de las Flores (libro de los dientes de león)

Volumen 3: Matices Acto único

Varias horas después...

Las noticias de la ciudad volaron con velocidad, alarmando a los ciudadanos de la que hasta no hace mucho era una tierra tranquila para vivir, mientras el temor de que los barbaros Drakonskin siguen en la ciudad los llenan de temor y paranoia.

Dentro de la que hasta no hace mucho era una residencia familiar los barbaros sobrevivientes del ataque se reagrupan, haciendo un esfuerzo por definir su próximo curso de acción.

—¿Acaso somos los únicos que quedan? —pregunta uno de los barbaros —Según los rumores que corren por las calles el resto de nuestros hermanos deberían seguir con vida, pero ya han pasado demasiadas horas y no hemos sabido nada de ellos.

—No podemos esperar más, en este punto debemos considerar la posibilidad de que quizás, aquellos rumores sean para hacernos salir...

—¿Entonces me estas diciendo que crees que los demás están muertos?

—Es lo único que puedo pensar ahora...

—Entonces digo que regresemos a la tribu y reorganicemos un nuevo ataque, el templo no puede quedar impune después de esto —reclama uno de los barbaros —Rokar, ¿Qué opinas tu?

Conforme los Drakonskin continúan su discusión, Rokar no puede evitar rememorar aquello que vio, la extraña pared de luz blanca que lo detuvo, los gritos de sus camaradas tras el velo, aquello solo le hiso sentirse insignificante.

En su interior el Bárbaro quería vengarse con todas sus fuerzas, pero la idea de enfrentar a un enemigo desconocido lo abruma.

—Rokar... ¡Rokar! — Clama uno de los barbaros —¿Qué debemos hacer?

Tras esas palabras el hombre tranquiliza su respiración, y responde acorde a las circunstancias.

—Al caer la noche todos regresaremos a la tribu, si llegamos a organizar otro ataque o no, es algo que definiremos después.

—Pero...

—Eso es todo.

Con esas palabras el Bárbaro sale de la habitación, sin sus escamas rojas este se podía evidenciar como un hombre de cabellos negros y ojos rascados con múltiples tatuajes rojos alrededor del cuerpo.

Este sabía bien que no faltaba mucho para el anochecer, por lo que dentro de muy poco deberían movilizarse, aun y así, el miedo que sintió ante aquel velo desconocido persiste.

Tras despejar su mente, y centrar su mirada en una ventana, el Drakonskin logra visualizar una silueta en los techos a la distancia la cual poseía todas las características de un Drakonskin, aun así, en lugar de acercárseles, este se aleja.

Al ver esta escena Rokar no pudo evitar seguirlo en su forma humana, este sabía que si uno de sus hermanos había logrado sobrevivir podría explicarle lo ocurrido tras el velo de luz, así podrían construir una estrategia y el bárbaro podría perder su miedo a esa fuerza desconocida.

—"Hermano, espera" — Clama en la lengua de los gitanos.

—"¿Hermano...?" — clama el dueño de aquella silueta —"¿Quién es tu hermano...?"

Cuando la mirada del bárbaro se reajusto, este pudo vislumbrar al joven Milfiore quien en su espalda carga un costal.

—"¿Eres un gitano?, no importa, ahora que me has visto no vivirás para contarlo" —Exclama el bárbaro.

—"Ya veo, en ese caso dejare lo que vine a traer" —Espeta lanzando el costal al Bárbaro.

Al abrirlo, el Drakonskin queda horrorizado, viendo en su interior las cabezas apiladas de sus camaradas como si fuesen carne desechada.

—"Es curioso, cuando separé las cabezas de sus cuerpos pensé que no iban a caber, pero luego estas se encogieron, por un minuto había olvidado que ustedes los pieles de dragón, en esencia también son humanos"

—"Maldito, estas muerto..." — Reclama el bárbaro.

—"No me hagas reír..." — espeta el joven Milfiore caminando hasta una de las cornisas de los techos —"Si quieres matarme, deberás de encontrarme primero".

Tras esas palabras el joven Milfiore procede a saltar del techo, no obstante, en cuanto Rokar intenta perseguirlo, este desaparece, aun así, este ya había memorizado su rostro, y por sus hermanos muertos juraría matarlo de la peor forma imaginable.

—Supongo que eso salió bien —espeta el joven Milfiore no muy lejos de la escena quien hasta ahora había estado usando la habilidad el manto de depravación.

Con esa última acción todos los actores ya se estaban encaminando a sus respectivos escenarios...

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[Enhorabuena: has completado la misión "Bendición de Aziria" ...]

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—Vaya, me preguntaba cuando aparecería... —espeta el joven antes de que una segunda ventana de luz roja emerja sobre la primera.

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[Aviso: debido a la conducta y a las acciones del anfitrión las recompensas serán retenidas a partir de ahora...]

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—"La verdad no estoy sorprendido, a cambio de la vida de 8 estudiantes plebeyos masacre a 10 estudiantes nobles y como si no fuese suficiente lo hice usando un tesoro nacional, no se me ocurre mayor blasfemia que esa..."

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[Aviso: La "Diosa del trigo, el oro y el sol" se ríe de ti y dice que te lo mereces...]

[Aviso: La "Diosa del trigo, el oro y el sol" dice que si regresas al templo y suplicas de rodillas liberara las recompensas...]

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—Ya veo, ¿así que fuiste tu? —Clama el joven —supongo que tiene sentido, he pecado demasiado, el poder de la espada de la fe nublo mi mente, aun así, se que si soy capaz de ejercerlo correctamente, podre salvar este mundo, no debo volver a la diosa en mi enemiga, ella es mi más grande aliada...

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[Aviso: La "Diosa del trigo, el oro y el sol" siente alivio de que finalmente lo hayas comprendido...]

**

—¿Realmente lo creíste? — espeta el joven —Lo lamento, pero se exactamente lo que significa llevar el manto del héroe de la fe, aunque el poder sea tentador la verdad no vale la pena, sobreviviré con mis propios medios...

**

[Aviso: La "Diosa del trigo, el oro y el sol" esta roja de la rabia...]



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En el texto hay: villanos, fantasia épica, suspeno

Editado: 24.05.2024

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