El Presagio de las Flores (libro de los tréboles)

Volumen 5: La profundidad acto único

Al mismo tiempo...

Ante los expectantes ojos de Erse e Iván un trio de largos tentáculos se extienden por varios metros, atrapando arboles y animales en su piel pegajosa que los digiere al contacto.

No obstante, todo lo anterior quedaba eclipsado ante la imagen del brazo del gigante de fuego siendo digerido entre los tentáculos de Sei.

—Joven amo, usted está realmente enfermo... —Espeta Erse con una sonrisa entre labios.

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[Aviso: el nivel de simpatía ha bajado...]

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—La verdad estoy tan confundido como tú en este momento —Clama el joven.

—Parecen ser tentáculos de medusa —Señala la joven.

—¿Medusa?

—Es una peste marina con la que lidiamos mucho en Almah, no solo son venenosas y se reproducen ridículamente rápido, también se comen a todos los peces a sus alrededores y el agua donde nadan no es potable, hace algunos años hubo una hambruna general por culpa de estas pestes —Expone la joven —No puedo creer que usted tenga a su servicio a un espíritu tan desagradable...

Al espetar esas palabras durante una fracción de segundo Iván pudo ver como los tentáculos de Sei empezaban a rodear a la joven con intención de atacar.

—No, a decir verdad, un espíritu así va perfecto con alguien asquerosamente codicioso como usted. Los dos son tal para cual —Señala ocasionando que los tentáculos se replieguen.

—Antes de robarle la invocación parcial a Lion, ninguna piedra de invocación podía tolerar el poder de Sei por lo que inequívocamente se volvían inutilizables después de un solo uso, pero ahora...

Con esas palabras Iván retrae los tentáculos de la medusa de regreso a la piedra de invocación, la cual aún era perfectamente utilizable.

—Que bien que haya obtenido lo que quería joven amo —Espeta la joven con su característica sonrisa falsa —Es una pena que no pueda actuar así en el imperio, supongo que puede darse el lujo ya que a sus ojos estas personas no son reales, o al menos eso es lo que Míster Grayman le dijo.

—¿Míster?

—Como es el jefe de mi joven amo, es lo normal que me refiera a esta existencia con una etiqueta acorde a su posición —Señala.

—Grayman no es mi jefe...—Reclama Iván con una expresión hostil.

—Joven amo, usted es una persona regida por la lógica ¿acaso su relación se puede interpretar de otra forma? —Clama la joven.

Iván indudablemente tenía la intención de responder, no obstante, este supo que no podía hacerlo, pues Erse no estaba totalmente equivocada con su afirmación, salvo por un detalle, a los ojos de Grayman Iván no era su empleado, sino su herramienta para lograr su cometido.

—Puede que tengas la razón... —Señala Iván dibujando una expresión de asombro en la joven.

—¿La tengo?, quiero decir, sé que la tengo, pero, no creí que lo admitiese solo así.

—Yo te necesito a mi lado, por lo que no obtengo nada con mentirte —Clama sonrojando ligeramente a la joven —Es bastante frustrante.

—¿Frustrante?

—El hecho de que no pueda mentirte en esta condición, y que yo sea incapaz de saber si lo que dices y lo que eliges mostrar es real o parte de un vil engaño...

—¿Qué quiere decir con condición?

—¿Qué más?, eres una elfa, literalmente puedes sentir mis mentiras...

En ese momento Erse se da cuenta que lo que Iván quiso decir con anterioridad no era que no quisiese mentirle, sino que literalmente no podía mentirle, algo que solo la desilusiono, llevándola a liberar un suspiro y desviar la mirada.

—"Espera, ¿Por qué me siento decepcionada?" —Se señala internamente —Por cierto, todavía no me ha dicho ¿que hemos venido ha hacer aquí, joven amo?

Al escuchar esas palabras Iván rápidamente cambia su expresión a una más seria y sombría, llevando a que Erse inmediatamente se pusiese en alerta.

—El curso de la historia que conocía ha empezado a cambiar, y ahora un enemigo que no conozco está tratando de hundirme —Exclama el joven —Y, a decir verdad, no creo ser capaz de ganar en esta ocasión.

Paralelamente...

En un prado abierto rodeado de una gran cantidad de bosques y montañas, un carruaje se hace presente del cual salen Alex y Note, quienes no pierden un segundo e inmediatamente se arrodillan ante la presencia de Zergil.

—Su excelencia, hemos logrado lo que nos solicitó, la operación de Falena, los cuerpos de poder dentro de la ciudad de Bastos, así como la influencia del usuario de brujería dentro de la región, toda la información coincide con la del informante —Expone Alex.

—También parece que sus cabecillas actualmente se están recuperando de una batalla intensa, si reciben un ataque a gran escala, no podrán defenderse apropiadamente —Señala Note.

—No será necesario —Clama Zergil —Nuestro objetivo no es dañar a los habitantes de la región, nuestro único objetivo es acabar con el demonio oculto entre ellos, y con todo lo que ha creado, sus armas son excepcionales, pero también su monopolio, en algunos meses podrían convertirse en una fuerza que traiga caos a la nación y a su gente, es por eso por lo que hay que eliminarlas junto a toda su organización a como dé lugar.

—Si su excelencia... —Responden al unisonó.

—Los dos hicieron un excelente trabajo, los contactare cuando se decrete su próxima misión —Espeta el elfo.

—Si su excelencia... —Responden al unisonó.

Tras esas palabras el elfo se retira mientras que con una mirada tranquila los dos jóvenes proceden a regresar al carruaje, sin ningún atisbo de duda o arrepentimiento.

Al mismo tiempo en el bosque de la región Erse e Iván se adentran en las profundidades de una cueva, en un principio desde el exterior daba la apariencia de ser ordinaria, no obstante, tras varios metros de caminata empiezan a notarse varias cajas de pólvora apiladas al igual que mechas conectadas a las paredes.

Tras seguir caminando los muros húmedos y deformes de la cueva empiezan a adoptar la forma de paredes lisas con antorchas...




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