El Presagio de las Flores (libro de los tréboles)

Volumen 5: Primeras señales Acto 1

Son muchas las personas, indiferentemente de la era, la nación, la etnia, o el reino, quienes pueden contar la cantidad de libros que han leído en su vida con total seguridad de sus palabras.

Pues la mayoría solo ha leído por coacción o por necesidad, pues el conocimiento es indispensable para la supervivencia incluso si no lo disfrutan realmente.

No obstante, quienes realmente aman la lectura, no podrían ni siquiera imaginarse contestando esa pregunta.

Pues algo hecho por pasión no se puede medir ni cuantificar, debido a que no existe prueba ni necesidad que valide aquella acción, simplemente diversión.

Así mismo hay muchas cosas en la vida que pueden compararse a la lectura, el entrenamiento físico, el arte, la música o cosas banales como la limpieza o simplemente servir una bebida en una taza.

La pasión puede convertir la tarea más monótona en una experiencia tranquilizante y en muchos casos divertida.

Pero... ¿acaso es la pasión la responsable de que el tiempo no pase para aquellos que hacen lo que les apasiona?, ¿o el hecho de perder momentáneamente la percepción del tiempo, es un requisito indispensable para que exista pasión?

En ese sentido, ¿podría una persona incapaz de olvidar o perder la concentración sentir esa felicidad, aunque sea una vez? Es imposible saberlo sin preguntárselo directamente a esa persona...

A esa persona...

¿Quién... es esa persona?

E-es algo... algo que no pertenece...

Trigésimo día, primer mes del calendario de libra...

Desde los cielos una imponente y poderosa lluvia empezó a azotar la tierra con una fuerza abrumadora mientras que, en las cercanías de un pequeño poblado, un poderoso rio se deja ver y junto a este la joven Rosengard.

En una de sus piernas se pudo ver una espada clavada atravesándole de extremo a extremo, mientras que a su lado Sarah, y los caporales Cromwell y Douman con varias heridas intentan desesperadamente decirle algo, pero la joven no es capaz de escucharlos.

De repente una poderosa brisa hace caer algunos de los árboles cercanos a aquel rio que rápidamente empezaba a desbordarse en su dirección, mientras que en la costa contraria se pudo vislumbrar a Zergil observando directamente a la joven...

Rápidamente el caporal Canterbury hace acto de presencia, sosteniendo a la desorientada joven en su espalda, evacuándola rápidamente de la zona antes que el rio finalmente se desborde.

—¿Por qué te tardaste tanto? —Reclama Igor al tiempo que el grupo corre lejos del lugar.

—Estamos rodeados todos mis hombres están muertos —Responde William.

—Maldita sea... se nos han adelantado.

—¿Dónde está el jefe? — Pregunta William.

Al espetar esas palabras Han, Igor y Sarah bajaron la mirada evidenciándose en la última varias lagrimas que decoraban una mirada llena de rabia, al tiempo que la joven sin decir nada solo podría ver inerte una ventana de luz frente a ella.

**

[Aviso: Error fatal...]

[La conexión con el anfitrión ha sido deshabilitada...]

[Todas las funciones del sistema estarán bloqueadas hasta recuperar la conexión...]

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—Eso no importa ahora, debemos salir de aquí antes de que...

Antes de poder terminar sus palabras una flecha atraviesa el hombro de Douman arrancándole un brazo, al tiempo que Igor con su espíritu consagrado manifiesta un muro de roca sólida, lamentablemente eso no les serviría de nada.

A sus alrededores docenas de soldados en armaduras doradas se hacen presentes, todos con el escudo de la iglesia de la diosa, evidencia de que cada uno era un inquisidor sagrado, apuntando flechas de luz en su dirección.

La moral de los presentes toco fondo mientras rápidamente caen presas del dolor, la rabia, el miedo y la profunda desesperación.

—Esta vez... hemos perdido..., joven amo —Espeta la joven Rosengard.

Ciudad de Batista, 2 semanas atrás...

Dentro del imponente templo de Leo un coro de feligreses se podía escuchar haciendo reverencia frente al salón de la espada como es costumbre, al mismo tiempo que y a la vista de todos, la santa lleva a cabo el servicio.

En todos los templos a lo largo del país del son no es extraño ver esta clase de servicios, no obstante, la joven no pudo evitar sentirse incomoda, pues fácilmente esta pudo notar como alrededor de 4 quintas partes de los feligreses regulares no estaban y los que se encontraban presentes eran en su mayoría soldados y nobles.

No obstante, antes de poder seguir pensando en ello un caballo irrumpe entre la multitud, una escena por la que la joven solo puede desviar la mirada con desagrado.

Sobre aquel corcel quien se detiene a pocos metros de la santa, hace acto de presencia un hombre joven quien cubre la ausencia de su brazo derecho.

—Su santidad... —Exclama el joven con un tono agitado.

—Sir Gerald, había recibido el comunicado de que estaba solicitando una audiencia conmigo, pero indudablemente esta no es la manera —Señala la joven —Pero que estes aquí también es bueno.

Con esas palabras la joven levanto una de sus manos y con esa señal varios caballeros empezaron a rodear a Gerald.

—Su santidad ¿Qué significa esto? — pregunta.

—¿Qué significa?, Gerald Agravaine, serás aprehendido por los destrozos a la propiedad Galahad, poner las vidas de varios nobles en peligro, además del uso indebido de una virtud —Señala la santa.

—Espera, por favor, ¿pero con que bases...? —Clama el joven siendo gradualmente acorralado por los caballeros de la santa

—Esperen... —Espeta la joven —¿Crees que no note como tu familia contrato mercenarios para bloquear las entradas de correo dentro y fuera de la ciudad?, ahora mismo su morada esta siendo asediada, realmente me siento muy decepcionada de ti.

—Tu... —Reclama tratando de empuñar su espada, algo que la joven nota, pero rápidamente este pierde las fuerzas.




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