El Presagio de las Flores (libro de los tréboles)

Volumen 5: Adaptador acto 1

De regreso en el presente...

—Ahora lo entiendo Míster William... —Murmura Erse.

A ambos lados de la joven dos ataques imbuidos en aura arremeten en su contra, no obstante, comparados con William estos fueron repelidos y lanzados lejos como si fuesen guijarros.

La joven extiende su mano hacia adelante, usando su aura de atracción para lanzarse en contra de uno de los caballeros el cual no duda en partir por la mitad, mientras que como si de una fiera desbocada se tratase, empieza a despedazar a los guardias uno por uno.

Dentro del corazón de la joven ya no había rabia ni tampoco placer, simplemente una intensa sed de sangre que requería ser saciada, cortando un cuerpo tras otro, tras otro, tras otro, tras otro, tras otro hasta que finalmente.

—Este, se siente algo diferente... —Clama la joven quien todavía era incapaz de ver —no parece tener muchos músculos ni tampoco se defendió usando aura, y su piel se corta como mantequilla, me atrevería a preguntar, ¿Señorita santa de capricornio, es usted?

A las espaldas de Erse se encontraba la santa, quien actualmente tenía una cuchilla perforándole el vientre, la cual Erse agita de un lado al otro tratando de hacerle Gritar.

—Que mal, debe tratase de alguna mucama o algo así, como sea, nadie la extrañara... —Señala Erse desviando la mirada hacia atrás con una sonrisa desquiciada.

—¿No te parece que es de mal gusto jugar con la vida de tu presa antes de comértela? — pregunta una voz familiar a las espaldas de Erse.

De un momento al otro una garra atraviesa el pecho de la santa arrancándole el corazón de un solo movimiento, ocasionando que una ventana de luz emerja delante de la joven.

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[Enhorabuena, has completado una misión secreta...]

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Aun así, Erse hace caso omiso a la notificación, mientras que el cuerpo de la mujer cae al suelo y caminando sobre su sangre se pudo vislumbrar a la santa de Géminis la cual no aparentaba tener ninguna herida grave en el cuerpo.

—Oye, ¿no se supone que estabas muerta? —Pregunta la joven empuñando firmemente su espada.

Algún tiempo después...

A las afueras del templo el caos empezó a propagarse por la ciudad, mientras que los caballeros y héroes consagrados de ambas santas barrían la zona en búsqueda de los dos atacantes del templo.

Al mismo tiempo a varios distritos de distancia el joven Milfiore no pudo evitar sentirse inquieto, gracias a los rumores que corrían por la ciudad este supo que los asesinatos de las dos santas fueron exitosos y que la responsable no había sido atrapada.

No obstante, por mas que el tiempo pasase, Erse no aparecía ante el...

En su mente Iván no podía evitar preguntarse si algo había salido mal, al tiempo que se reclamaba a si mismo por no haberle puesto un marcador de seguimiento, aun así, Erse había puesto uno sobre el joven por lo que debería de poder conocer su ubicación, pero incluso así esta no aparece.

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[Maese...]

[Está aquí...]

**

Tras escuchar esa notificación el joven no puede evitar desviar la mirada a su alrededor notando así a la joven Rosengard, no obstante, esta estaba apoyada sobre el hombro de una persona encapuchada de blanco, algo que puso a Iván en alerta.

—Temía que te hubiesen capturado... —Señala Iván.

—No trate de engañarme joven amo, el Golem me dijo lo preocupado que en realidad estabas. —Responde la joven.

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[Lo lamento mucho Maese...]

**

—No importa, aun mas importante ¿Quién es la persona a tu lado? —Pregunta Iván.

—Joven amo, usted siempre me ha demostrado ser alguien que mantienen la calma sin importar cuanto cambie la situación, confió en que en esta ocasión también...

Antes de poder terminar su oración la persona encapuchara rápidamente se acerca al joven Milfiore, hasta quedar cara a cara con este, para posteriormente tomar su rostro con sus manos y empezar a olerlo.

En ese momento el joven Milfiore no entendía lo que estaba pasando, y todo se volvería mucho más confuso cuando la encapuchada trato de besarlo, algo que obligo al joven a empujarla lejos.

—¿Pero qué demonios? — reclama Iván antes de hacer uso de los ojos de Ereshkigal.

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[Nombre: Karma Sócrates Lvl. 299]

[Trabajo: Santa de Géminis (mítico)]

[Fuerza: 31]

[Agilidad: 22]

[Intelecto: 2100]

[Vigor: 3000]

[Aura: +9999]

[Plausibilidad x0.908]

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—Ese aroma, no hay dudas —Clama la joven retirándose la capucha evidenciándose como la santa de géminis —Es el aroma de la monarca del delirio.

—¿Karma Sócrates?, un momento, ¿acabas de decir "monarca del delirio"? —Clama el joven con una mirada exaltada.

—Joven amo, creo que debería escuchar su historia —Señala Erse quien todavía no se recuperaba por completo de la virtud de los ojos blancos —Pero primero, hay que irnos de este lugar...

Tras esas palabras los 3 jóvenes trazaron su rumbo hacia las afueras de la ciudad; Evitar a los guardias no fue muy difícil para Iván quien ya había preparado un plan en caso de que un escenario como ese se desarrollase.

No obstante, con cada segundo que pasaba las interrogantes en la mente del joven incrementaban, no podría entender los motivos tras las acciones de la santa de géminis, ni mucho menos del porque ella estaba huyendo junto a ellos.

Pero sea cual sea el motivo, algo Iván tenía claro y es que el momento para hacer esas preguntas no era ese...

Así las horas pasaron y con la caída de la noche un toque de queda fue instaurado en la ciudad, mientras que a muchos kilómetros de ahí a un lado del camino se podía visualizar un carruaje con algunos caballos amarrados a los árboles y dentro de este una pequeña luz.

Dentro del vehículo se pudo visualizar al joven Milfiore apuntando un arma en contra de la santa, quien no pudo evitar mirarlo fijamente, algo que realmente incomoda a Erse quien estaba presente.




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