El Presagio de las Flores (libro de los tréboles)

Volumen 5: El poder del miedo Acto 2

De regreso en el presente...

—Eso debería ser suficiente... —Clama Iván terminando.

—Gracias a la diosa —señala Karma —Pero ¿puedo saber lo que me puso en la espalda?

—Es un sello de sumisión, piensa en ello como un arnés de esclavo con el que una persona denominada como amo, puede darte ordenes —Espeta el joven — Normalmente estos están diseñados para acatar ordenes de forma oral, pero el sello que te impuse está diseñado para seguir solo una instrucción.

Tras esas palabras Iván extrae el corazón de Karma mientras que Erse extrae de su inventario el de la santa de capricornio, dibujando exaltación en Wilhelm, para posteriormente solicitarle a la joven almacenarlos en su inventario.

—¿Qué planeas muchacho? —Pregunta Wilhelm.

—Karma ¿Qué pasa con los objetos del inventario de un adaptador cuando este muere? — pegunta Iván.

—Estos quedan temporalmente bloqueados y solo es posible acceder a ellos cuando alguien posee un atributo de saqueador, si no es así tras un tiempo estos desaparecen. —Responde la joven mientras Erse asiente indicando que dijo la verdad.

—Wilhelm, ¿tu posees dicho atributo?

—Apuesto que te alegrarías si digo que no lo tengo —Responde, evidenciando para Erse que no lo tiene.

Tras esas palabras Iván extrae de su abrigo una llave de plata, y ante las expectantes miradas del mismo hombre y la antigua santa, rompe el sello con el cual habían inmovilizado a Wilhelm, permitiéndole salir.

—Muchacho, ¿tienes idea de lo que hiciste? —Clama el hombre quien no tarda un segundo en dibujar una sonrisa macabra y arremeter contra ellos.

Rápidamente el Cuerpo de Wilhelm se transforma en un imponente lobo de dos cabezas, con las cuales planeaba despedazar tanto a Iván como a Erse, no obstante, antes de que pudiese abrir sus mandíbulas los ojos de Karma empiezan a lagrimear sangre, obligando a la bestia detenerse.

—Imagino que lo siguiente cruzo por tu mente —Expone Iván — "Ya veo lo que planea, matara a la mujer en cuanto muestre algún signo de rebeldía, pero, soy más rápido y sé que bajara la guardia, después puedo torturar a la mujer para que me de los corazones" ¿o me equivoco?

—No fue con esas palabras, pero aproximadamente si, aquel seria mi plan —Responde regresando a su forma humana —Supongo que esto fue obra tuya.

—Ciertamente, Para ponerlo simple, el sello que impuse está diseñado para que en el remoto caso en que intentes dañarme a mí, a Erse o a cualquier persona bajo mi mando, el cuerpo de Karma estalle —Exclama Iván haciendo palidecer a los dos adaptadores —Y si saquear el inventario de un adaptador ya es difícil, asumo que será peor cuando este hecho pedazos.

—¿Te has vuelto loco? —Reclama Wilhelm.

—Pero que demonios me hiciste, ¿por qué?, creí que estábamos del mismo lado —Aclama la joven consumida por el pánico.

—Así es, gracias a mí, ahora eres la única persona a quien Wilhelm no puede matar —Señala Iván dibujando una risa en el hombre.

—Lo admito muchacho, metí la pata en grande al involucrarme contigo...

—A decir verdad, cometiste un total de 3 errores, desde el principio expresaste tu deseo por los corazones de las santas y tras tu previa explicación está claro que los necesitas todos... —Clama el joven —Tu segundo error fue suponer que no había preparado un plan en cuanto abrí la jaula, saltaste a mí de frente confiando solo en tu velocidad, si no te hubieses contenido a tiempo lo hubieses perdido todo en un instante.

—Si no me hubiese contenido a tiempo ustedes dos estarían muertos —Clama el hombre.

—Yo soy de los que solo apuestan en grande.

—Ya veo, y dime ¿Cuál fue el tercer error que cometí? —Pregunta el hombre.

—¿Qué no es obvio?, caíste ante mis provocaciones he hiciste un trato conmigo —Responde Iván —Ahora espero que cumplas con tu parte.

Al ver esta postura Wilhelm no puede evitar rememorar lo que previamente le habían dicho tras la ventana del sistema...

«Aquello que quieres 'el' no puede dártelo... Pero 'Iván Milfiore' ...Puede...»

—Supongo que no tengo otra opción —Clama el hombre extendiendo su mano, la cual Iván estrecha, dándole la oportunidad a Wilhelm de arrastrarlo y susurrar algo a su oído —Pero no me vayas a culpar luego cuando me ruegues que me detenga.

Iván había logrado lo que quería, no obstante, este no podía evitar sentir la inquietante sensación de que Wilhelm lo estaba evaluando.

Algún tiempo después...

Tras el paso de una hora un grupo de hombres de la organización aparecieron para escoltar a Karma a una ubicación segura, afortunadamente como los rostros de las santas no son conocidos por entes ajenos a la iglesia, esta pudo pasar desapercibido.

Así, dentro de la cueva Iván, Erse y Wilhem se quedaron totalmente solos...

—Tienes agallas para confiar así en una súcubo, ¿Qué te garantiza que ella no usara sus habilidades para deshacerse de tus guardias? —Pregunta el hombre.

—¿Qué te hizo pensar que confió en ella?, si te preocupa te diré que deje a su cuidado a una persona que no caerá tan fácilmente en sus encantos, y si eso no es suficiente siempre puedo reescribir su sello para dejarla parapléjica y ella lo sabe —Expone el joven.

—De cualquier forma, ninguna de esas medidas será necesaria, mi joven amo ya ha enjaulado totalmente el corazón de esa mujer —Señala Erse exaltando ligeramente a Iván.

—Si..., ahora que lo pienso ella dijo que eras un apadrinado de la monarca del delirio, te envidio, dicen que aquellos agraciados por la monarca reciben la obediencia absoluta de su gente, son como...

—Como abejas a una reina, eso ya lo se... —Reclama Iván —¿Podemos pasar a lo importante?

—Está bien, pero antes de empezar hay algo que quiero aclarar —Clama el hombre cortándose uno de sus brazos el cual se regenera en cosa de segundos —¿Es esta la habilidad que quieres muchacho?




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