El Presagio de las Flores (libro de los tréboles)

Volumen 5: El poder del miedo Acto 4

Tras su reclusión y la noticia de la muerte de la santa de géminis una gran cantidad de paladines fueron desplegados en toda la nación para llevar a cabo la ley marcial.

Pero debido a que la región a cargo de la familia Galahad es controlada por Falena, los paladines sin el consentimiento del señor regional procedieron a derribar los muros de las fraguas y los negocios controlados por falena, así como matar a sus artesanos y guardianes.

Por lo que durante los últimos 4 días la ciudad había entrado en estado de guerra civil, en consecuencia, tanto Ash como los cabecillas estaban heridos y agotados necesitando la guía urgente del joven Milfiore.

Al escuchar estas noticias Iván no pudo evitar sentirse culpable, pero del mismo modo, enojado, incluso ahora que había reconocido la valía de las vidas de las personas de este mundo, no podía perdonar a aquellos que atacaran a sus subordinados.

—Comprendo la situación —Espeta Iván —Selma te encargo a Karma y a los heridos de este ataque, llévalos al primer escondite intacto que encuentres y trata sus heridas, si en el proceso encuentras médicos o sanadores ordena a los hombres priorizar su seguridad...

—Como usted lo ordene —Clama la mujer.

—William, Ash y los que puedan ponerse de pie vengan conmigo...

Tras esas palabras los subordinados de Iván obedecieron y empezaron a moverse tras de él, no obstante, antes de poder seguirlos, Erse es frenada por Wilhelm.

—Alto ahí, tu no te vas a ningún lado —Clama el hombre.

—¿Qué pretendes? — Pregunta Iván.

—Nada raro, solo pido poder cumplir mi promesa, esta niña posee demasiada energía, si no la regula correctamente podría acabar haciéndose daño —Espeta el hombre —Solo pido terminar lo que empecé...

—Joven amo... estaré bien, ellos lo necesitan en este momento —Clama la joven.

—Esta bien, pero si pasa algo contáctame a través del Golem y vendré lo más rápido que pueda —Espeta Iván evidenciando preocupación y un rostro ligeramente sonrojado —Y..., por favor busca algo para cubrirte, no me gusta que otros te vean con ropa tan expuesta.

—Comprendo joven amo...

Tras esas palabras Iván se retira junto a sus hombres dejando a Erse sola junto a Wilhelm...

Erse estaba decidida y su mentalidad no había cambiado en estos 4 días, da igual lo que pase o lo que sufra, ella estaba decidida a dominar el poder del terror, da igual lo que venga.

Así Wilhelm mete sus manos dentro de su inventario extrayendo de este una jarra de alcohol y un par de copas de cristal.

—¿Quieres beber...?

Algún tiempo después...

Tras unos minutos de la despedida de Iván Erse se dispuso a apropiarse de algunas prendas de lana que los caballeros muertos usaban bajo la armadura, al tiempo que Wilhelm ordena a sus lobos recoger algunas ramas para posteriormente escupir fuego sobre estas creando una fogata.

—Te estabas tardando, siéntate conmigo —Clama el hombre sentándose frente a las llamas.

Siguiendo su instrucción la joven se sienta frente al fuego, al tiempo que Wilhelm empieza a servirse cerveza en un cuerno, la cual bebe rápidamente como si se tratase de agua.

—Maldita sea, porque no hago esto más seguido —Clama con una expresión eufórica —Oye, ¿también quieres beber?

—Preferiría no hacerlo, he tenido malas experiencias bebiendo con el estómago vacío —Responde.

—Es verdad, ustedes dos no han dormido ni comido nada en 4 días, pero eso está bien, la energía del terror de mejor calidad se muestra cuando se está cansado, hambriento o herido, pero igualmente deberías beber ¿o no quieres que te enseñe mi poder?

Al escuchar esas palabras Erse supo que Wilhelm la estaba extorsionando, aun así, ella lo dejaría pasar, pues realmente deseaba aprender de su técnica; por lo que sin mas que decir esta acepta la bebida, la cual no tarda en escupir para posteriormente vomitar.

—No puedo creerlo, en realidad bebiste, supongo que eres demasiado joven para este nivel de alcohol —Señala el hombre quien ríe descontroladamente.

—Esta cerveza es alcohol puro, esto siquiera es consumible —Reclama la joven.

—No lo sé, para empezar, no es licor de humanos —Clama bebiendo una segunda copa para posteriormente servirle una a Erse —Te sugiero que bebas tanto como puedas.

—¿Acaso quieres envenenarme?

—Este nivel de alcohol no te matara, ¿o acaso no quieres aprender mi poder? —Señala el hombre obligando a la joven a beber y no vomitar en esta ocasión —Eso es, ya lo estas entendiendo.

Tras decir esas palabras Wilhelm procede a rellenar la copa de la joven obligándole a beber nuevamente, una y otra vez al punto en que Erse no pudo contener el vómito.

—Esta vez aguantaste 6 rondas, aplaudo tu fuerza de voluntad —Señala el hombre sirviéndole otra copa —Pareces estar algo aturdida ahora mismo, ¿Qué te parece si te cuento una historia para pasar el tiempo?

—¿tengo opción?

—¿Qué crees tu? —Espeta Wilhelm incitando a la joven a beber —esta es una historia de hace mucho... mucho tiempo, en una tierra muy lejana, un lugar llamado Londres, una tierra donde los carruajes se mueven si caballos y una nube gris cubre los cielos, lleno de gente acaudalada y pobres que se matan por migajas, ¿puedes imaginarlo...?

—Yo...

Ante esa descripción, la joven empieza a visualizar la imagen en su cabeza, ya sea a causa de una habilidad o por la gran cantidad de alcohol que ha digerido y no le permite enfocar sus ideas.

«Durante el día, esa tierra era dominada por los hombres y su dominio sobre el fuego y el acero, pero al caer la noche, las cosas cambiaban, las calles de la ciudad de Londres se convertían en un campo de cacería, donde cualquier alma lo suficientemente despistada o desafortunada se convertía en el bocadillo de los depredadores»

«Ciertamente había muchas ciudades similares en el continente europeo, pero Londres era especial pues ahí residían los señores de sangre. Maestros de la energía del terror capaces de arrasar con naciones enteras.»




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