Volumen 4: Ser temido y amado Acto 1

Erse no fue capaz de moverse ni decir nada al tiempo que el joven Milfiore la aleja delicadamente de su cuerpo, ella no entendía la razón, pero por algún motivo sentía que la persona ante ella, era la muerte misma.

Del mismo modo los Barbaros a su alrededor empezaron a sudar frio sin saber la razón, solamente por estar en su presencia.

—Erse, por favor, cuando llegue el momento cierra los ojos hasta que te lo indique... —Clama el joven con una expresión gentil.

—Si, joven amo... —Responde la joven quien empezó a tener destellos de una mujer con la misma expresión, alguien que al igual que Iván le causaba terror.

Tras esas últimas palabras la joven dríada es arrastrada lejos de Iván quien con una expresión tranquila parecía haber aceptado lo que estaba por pasar.

—¿Algunas últimas palabras? —Pregunta uno de los Drakonskin quien en sus manos empuña una lanza.

Iván solamente se dispuso a sonreír y cerrar los ojos, una escena que no hizo más que enfurecer a los barbaros quienes sin decir nada más lo ejecutan, apuñalando su cuerpo repetidamente con las armas de sus hermanos caídos.

Erse tal y como se le instruyo se limitó a cerrar los ojos hasta que todo pasase, cuando el silencio cayo, la joven con temor trato de disponerse a abrir los ojos, pero esta recordó las palabras de Iván de no hacerlo hasta que él lo indicase.

—Ya se acabó —Espeta Zasara con una expresión de alivio.

La joven sabía que su padre el líder de la tribu solamente le había dado la misión de espiar al joven Milfiore, solo como una forma de mantenerla controlada ya que este no tiene fe en sus habilidades, no obstante, después de hoy Zasara sintió que tenía algo de que sentirse orgullosa.

—Vámonos, hay que informar a la tribu lo que paso —Espeta Zasara.

Muchos habían muerto, no obstante, los Drakonskin viven sin temer a la muerte, lamentablemente, esta victoria había sido orquestada usando a un rehén, una vergüenza que la joven deberá cargar por el resto de su vida.

Solo si es que llega a durar tanto...

—Hermana... —Clama el Drakonskin que ejecutó al joven Milfiore —Algo se siente raro, mi cuerpo me duele... ¿Qué me esta...?

Antes de poder terminar su oración el imponente Drakonskin cae al suelo muerto sin una herida en todo su cuerpo, al tiempo que atrás de él, se podía apreciar al joven Milfiore en pie, con un corazón aun latiendo entre sus manos.

—Shhhh... Shh... ya todo está bien, duerme un poco pequeñín, pronto enviare a más niños a jugar contigo —Susurra Iván al corazón antes de que deje de latir.

—¡Graurion!, ¡Maldito seas muere...! —Exclama uno de los Drakonskin embistiéndolo con un hacha.

Con una mirada aguda, los ojos del joven se cruzan con los del bárbaro, ocasionando que todos sus pensamientos se detengan antes de que la daga de Iván atraviese su garganta.

Los barbaros quedaron atónitos mientras empiezan a notar una punta de cable entre las manos del joven, la cual usa para jalar su arma de regreso, junto con la cabeza del Drakonskin recién asesinado.

—Pequeño cuanto lo siento ¿te asuste?, no quería que murieses con dolor —Espeta el joven a la cabeza de su enemigo asesinado —Es por eso por lo que no me gustan los combates de frente, todo el sufrimiento y la lucha, solo hacen del asesinato algo malo.

Desde su perspectiva los barbaros no fueron capaces de ver nada, sus movimientos ni mucho menos su poder, solo veían a un asesino demente, no obstante, Zasara sin querer empezó a notar algo más, una silueta en un abrigo con una capucha negra y una enorme sonrisa a su espalda.

—Me siento bastante pesado de pronto... —Espeta el joven Milfiore —¿Qué raro?, presiento que tenía un plan, pero de pronto lo olvide. "Ventana de habilidades".

Con esas palabras el joven manifiesta ante sus ojos una ventana de luz violeta, en la cual se evidenciaban todas las habilidades que había adquirido hasta la fecha.

—¿Qué raro?, ¿mis habilidades siempre han sido tan patéticas?, al menos reconozco un par..., un minuto, ¿Qué es esto?, ¿qué clase de habilidad loca es esta?, ¡Cierto! Ya recordé lo que había planeado... —Expone el joven — Si, definitivamente puedo trabajar con esto...

Tras esas palabras el joven Milfiore empuña su daga y toma una postura particular, una nunca vista por ninguno de los presentes, ni siquiera por el joven Milfiore.

—No teman niños, papa Salim los llevara a un lugar divertido... —Espeta el joven Milfiore —¿Salim?, perdón, quise decir Iván... jeje.

Con un rápido movimiento el joven Milfiore salta en la dirección de sus atacantes, una escena que rápidamente los pone en alerta, no obstante, antes de poder confrontarlo, el cuerpo de Iván se divide en un sinnúmero de copias de sí mismo.

—¿Qué está pasando...?

—Este tipo... !Es un Brujo!

—Es una ilusión, uno de ellos debe ser el real —Clama Zasara.

—Correcto... —Clama uno de los clones —Eres una niña muy lista, tus papas deben estar orgullosos de ti.

—La rehén... —Clama la joven notando que Erse ya no estaba en el lugar y quien la custodiaba había sido cortado en pedazos —Maldición, todos en formación.

Con un rápido azote, los Drakonskin empiezan a liberar una imponente presión de Aura con la que son capaces de atravesar a una gran cantidad de clones, definiendo rápidamente quienes son los falsos.

Tras unos segundos de constantes luchas, los barbaros atraviesan el cuerpo del último evidenciando que todos ellos eran falsos...

—Maldición, el real no está aquí...

—Pues claro que no, no deberían de hacerle caso a un desconocido, mis niños, la hora de juegos esta por empezar... —Clama uno de los clones.

—No bajen la guardia, el brujo no debe estar lejos... —Exclama Zasara.

—Es difícil verlo entre todos estos clones haciendo el ridículo — reclama uno de los barbaros.

—Mas respetos a tus mayores —Clama uno de los clones.