El Presagio de las Flores (libro de los tulipanes)

Volumen 4: Ser temido y amado Acto 3

Gunder no podía creer tales palabras, pues para empezar en el templo no había señales de haberse llevado a cabo alguna batalla ni mucho menos la presencia de un monstruo, aun así, las heridas de aquellos caballeros no se podían pasar por alto.

Pero por sobre todas las cosas, aquella era una buena oportunidad para poder destacar dentro del templo, desde la perspectiva de Gunder, aquella sería una oportunidad ideal para consolar a la vulnerable santa y protegerla, siendo que actualmente él es el único héroe presente.

—Entonces, ¿Cómo es el monstruo que ataco el templo? — pregunta Gunder tratando de aparentar una expresión seria —Si sabemos a lo que nos enfrentamos, tendremos una oportunidad de matar a ese maldito.

—No puedes... —Clama uno de los caballeros con un tono alterado —Cortarlo, apuñalarlo, ensartarlo o quemarlo, nada sirve, esa cosa simplemente no muere por más que lo intentes.

Al escuchar esas palabras la expresión de los caballeros empezó a palidecer al igual que la santa quien empezó a mostrar indicios de miedo, conforme las preguntas de Gunder continúan incomodando a los presentes.

—Un lobo... —Espeta la santa —aquel monstruo era un lobo negro gigante...

—¿Un lobo?, ¿ya veo? — señala el hombre —"Tantos problemas por un lobo, claramente la seguridad del templo de tauro ha perdido su antigua gloria, pero yo no le tengo miedo a ningún perro Callejero."

Con una expresión embriagada por el poder y el orgullo, Gunder toma un martillo de oro entre los tesoros de la bóveda y evidencia una pose similar a la del cuadro de un héroe tras él.

—Compatriotas, hermanos, ya no es necesario que sientan miedo por ese monstruo —Exclama el hombre, al tiempo que la mancha de sangre que había pisado con anterioridad empieza a moverse —Mientras yo Gunder Alebraseis Gilgamesh Belstram este aquí, les prometo que ninguno de ustedes tendrá nada que temer...

Ante ese discurso las expresiones de miedo de los caballeros poco a poco empezaron a disiparse, mientras levantan la mirada, solo para contemplar con horror algo que les hizo sentir la absoluta desesperación.

A las espaldas de Gunder, una silueta de sangre y huesos empieza a levantarse de forma imponente, al tiempo que el hombre ignorante de la situación, continua su discurso.

—...Yo les juro y les prometo, en nombre de su santidad que no permitiré que nada vuelva a perturbar sus corazones, no, es más, me gustaría ver a ese estúpido perro callejero intentar hacerles daño conmigo presente...

—Si tú lo dices... —Clama una voz monstruosa tras el hombre.

En un rápido movimiento aquella criatura levanta a Gunder de su tobillo colgándolo de cabeza ante todos mientras este todavía sujeta su martillo.

—Perdón por interrumpirte, originalmente tenía la intención de matarte a mitad de tu discurso, pero me gusto tanto la forma en como poco a poco hacías el ridículo, en especial la parte donde dijiste que me invitabas a matar a todos los aquí presentes mientras miras —Clama la criatura con una leve risa en la boca —Eres una persona muy graciosa gordito, ¿has considerado ser un bufón?, te quedaría muy bien...

Al presenciar aquella demoniaca figura, tanto los caballeros como la santa palidecieron, pues estos ya eran plenamente conscientes de las habilidades de este monstruo, no obstante, lo mismo no aplicaba para Gunder quien en su precaria posición formula una sonrisa.

—No te atrevas a subestimarme maldito monstruo...

Con esas palabras el martillo dorado en sus manos empieza a ser recubierto en aura, para posteriormente golpear a aquel monstruo, lanzándolo contra las puertas de la bóveda.

A pesar de su tamaño y robusta figura, Gunder, se acercó al monstro con gran velocidad, golpeándolo repetidas veces causándole así mucho daño.

No obstante, aquel hombre no era tan ingenuo por lo que, sin pensarlo, saca una piedra de invocación de entre sus pertenencias y la posiciona en la cabeza del martillo, logrando así invocar a su espíritu armado.

Alrededor de aquel monstruo una monumental sombra se hace presente, al tiempo que este es aplastado por un martillo gigante de oro, el cual se levanta y arremete en su contra docenas de veces, no dejando más que una mancha de sangre en su lugar.

Al ver esta Escena Gunder no pudo evitar formular una sonrisa, pues ante los ojos de la santa este había acabado con aquel horrendo monstruo, no obstante, al darse la vuelta, los ojos de todos los presentes estaban llenos de terror.

—¿Eso es todo lo que tienes? — Clama la voz de un hombre a las espaldas del héroe.

Ante los ojos de todos los presentes una persona hizo acto de presencia, un hombre alto y fornido, de tez mestiza, ojos dorados y una larga cabellera gris a su espalda.

Gunder no pudo evitar sorprenderse de lo que estaba viendo, por lo que sin pensarlo mucho, este vuelte a levantar su martillo y con fuerza embiste a aquel hombre, no obstante, en esta ocasión las cosas serian distintas.

—Dime la verdad, ¿con un poder tan insignificante exactamente que pretendías hacer? —Pregunta el hombre al tiempo que frena el ataque de su oponente con la coronilla de su cabeza.

—No le hizo nada...

El cuerpo de Gunder empezó a temblar de miedo, ocasionando que las piezas de su armadura empezasen a sonar notablemente, lo que a su vez hizo que su miedo se convirtiese en vergüenza y posteriormente en ira.

—Como te atreves a humillarme —Reclama el hombre al tiempo que extrae el vial de Völunder de entre sus pertenencias, algo que su oponente no puede evitar notar.

Tras el paso de unos segundos aquel hombre empezó a sentir algo extraño, la fuerza del martillo de Gunder había aumentado empujándolo hacia abajo.

—Oye, ¿esto es enserio?

Al centrar su mirada en el héroe, aquel hombre noto como un aura blanca empezó a inundar el cuerpo de Gunder, quien en cuestión de un parpadeo desaparece de vista.



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En el texto hay: fantasia, mafia, suspenso

Editado: 05.06.2024

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