Volumen 4: Una balada de lobos y aves carmesíes Acto 2

Paralelamente...

Al mismo tiempo que el joven sale de las instalaciones de su organización, en un punto remoto de la región, una enorme torre con una campana destaca en medio de los árboles del bosque, y a sus pies con una lanza entre sus manos, Basara espera al joven Milfiore.

—"Entre los Drakonskin existe una anécdota que ha pasado de generación en generación de abuelos a nietos" —Medita Basara conforme espera —"Cientos de miles de lunas atrás, existió un reino prospero, el cual un día empezó a colapsar, en el pánico muchos murieron, aquellos que gobernaban y aquellos con riquezas huyeron, aquellos que podían irse pero no deseaban hacerlo murieron, y los esclavos y aquellos quienes deseaban irse y no podían, quedaron atrapados en las ruinas; en aquel hostil entorno solo existía la supervivencia del más apto, durante décadas los últimos vestigios de aquel reino lucharon entre si por la sobras de lo que había, hasta que solamente quedo uno quien al ser testigo de todo lo que había pasado, supo que la humanidad incluyéndose a si mismo estaba corrupta, al punto de sentir nauseas de su misma existencia".

Conforme rememora la historia algunas gotas de lluvia empiezan a caer sobre él, las cuales no tardaron en convertirse en una fuerte lluvia.

—"Un día, el sobreviviente, se encontró con una serpiente que le hablo y le dijo 'He visto a muchos humanos algunos que odian la idea de la muerte y otros que se obsesionan con ella, pero eres el primero que veo que odia la vida', el sobreviviente le dijo 'Vivir como un demonio sin moral ni honor no es mejor que estar muerto', la serpiente pregunto '¿eres un demonio sin moral ni honor?, no eres lo mejor que he visto, pero tampoco lo peor, no puedo darte el alivio de la muerte pero lo que sí puedo hacer es convertirte en un demonio de verdad, a tus ojos no podría ser peor de lo que eres ahora', con una mordida de la serpiente, el cuerpo del superviniente cambio, su piel se llenó de escamas duras como el acero, cuernos emergieron sobre su cabeza y una fuerza ajena a todo lo que este mundo ha visto lo inundo, entonces el..."

Antes de poder culminar la historia el tenue sonido de ramas rompiéndose llama su atención, pues sabia que no faltaba mucho para que el joven Milfiore apareciese.

Basara recoge su arma y da unos pasos hacia adelante, notando que nadie se encontraba en los alrededores, este baja la guardia un segundo, antes de ver como una sombra negra atraviesa su pecho.

Sin tiempo para pensarlo Basara corta con su lanza la punta de la sombra y rápidamente toma distancia notando tras de el a una persona extraña, un hombre de tez mestiza y cabellos grisáceos, Wilhelm Helmgrove había llegado.

—No eres la persona que esperaba encontrar aquí —Clama Wilhelm.

—Soy yo quien debería decir eso —Señala Basara —¿También trabajas para ese brujo?

—Soy yo quien debería decir eso... —Espeta Wilhelm —"Este tipo es fuerte, mucho más fuerte que los héroes del templo de tauro juntos, se las arregló para evitar que atravesase un órgano vital en el último segundo, va a ser divertido..."

—Si acaso vienes a matarlo, entonces no es necesario que peleemos, de cualquier forma, planeaba terminar con todo aquí.

—Tienes un buen punto, pero, la cuestión es que soy un hombre bastante caprichoso, espero entiendas, pero si el vive o muere es algo que solo yo puedo decidir...

Al terminar esa oración las fauces de un lobo negro se cierran alrededor del cuerpo de Basara, las cuales son despedazadas con relativa facilidad, dejándole en claro a Wilhelm la naturaleza de su enemigo.

—No lo repetiré, retírate mientras te lo permito... —Exclama el Drakonskin.

—¿O qué...?

Antes de poder concretar una oración Basara salta frente a Wilhelm y lo atraviesa con su lanza, al tiempo que imbuye aura directamente en el interior del cuerpo del hombre, ocasionado que sus órganos exploten y sangre brote de cada orificio de su cuerpo.

Cuando Basara conecta este ataque, incluso los inquisidores sagrados caen muertos instantáneamente, no obstante, Wilhelm solo sonrió mientras toda la sangre que había salido de sus orificios era reabsorbida por su piel.

—Vaya que eres torpe —Señala Wilhelm al tiempo que Basara toma distancia viendo como el agujero en el estómago de aquel hombre se cerraba antes de que el pudiese completar 3 pasos.

Con una sonrisa en boca Wilhelm arranca su brazo izquierdo, el cual vuelve a regenerarse de inmediato, una acción que dibujo confusión en Basara, pero antes de poder meditar su siguiente movimiento Wilhelm le arroja su extremidad amputada.

Sin pensarlo el Drakonskin trata de apartar la extremidad pensando que se trataba de una distracción, no obstante, a pocos centímetros de él, el brazo amputado de Wilhelm atrapa su muñeca y empieza a emanar un fuerte brillo.

Al mismo tiempo no muy lejos de ahí, el joven Milfiore avanza sobre su caballo a la ubicación predestinada, cuando una poderosa explosión se deja escuchar en el horizonte.

—Ya ha empezado...

Aquel escenario no era desconocido para el joven Milfiore, puesto a que él había sido en encargado de orquestarlo.

Aquello ocurrió varias semanas atrás, pocos días después de recibir la misión principal del sistema, en un día ordinario y para nada destacable fue cuando lo vio.

Un hombre de tez mestiza, largos cabellos grisáceos, ojos dorados y una túnica negra similar a la de un mendigo, no obstante, con el léxico y comportamiento de un aristócrata, aquel sería el primer encuentro entre Iván y Wilhelm, y la fuente de su profunda paranoia.

Fue por causa suya, el que Iván no pudiese dormir bien durante las últimas semanas y el que tuviese la necesidad de mantenerse en movimiento constante en todo momento, pues sabía que Wilhelm estaba buscando al líder de falena, y aunque no sabía en motivo, sabía que no quería averiguarlo.