Hace muchos años...
Entre los pasillos de una mansión blanca como la nieve, iluminada por el reflejo de innumerables fractales con colores representativos del invierno, dos hombres se hacen presentes.
—Perdón, quizás no te escuche bien, pero... ¿Acabas de pedirme que te enseñe a cortejar? —Pregunta Enrique con una pronunciada sonrisa —Podrías repetirlo quiero recordar vívidamente este momento memorable.
A un lado de Enrique Manteniendo una mirada fría y férrea se podía vislumbrar a un hombre alto y Erguido, de cabellos oscuros con un mate azulado, barba y una pronunciada cicatriz que cruza por el centro de su rostro.
—No me hagas perder el tiempo Enrique — Reclama el hombre.
—Ese es el Diavolo que conozco —Aclama retomando la compostura —Y dime, ¿Quién es la doncella afortunada?
—Deberías conocerla bien, escuche que desde hace un año que te robo el puesto y se ha mantenido como el espadachín mago más fuerte del imperio...
Los espadachines magos, dentro del imperio son aquellos magos capaces de manifestar su poder mágico en forma de armas o por consiguiente poder imbuir un arma con su mana, liberando un nuevo universo de posibilidades.
A diferencia de los magos militares los espadachines magos son mucho más escasos y más difíciles de entrenar, no obstante, esto es compensado con su increíble fuerza y sentido para la batalla, volviéndolos ejércitos completos de una sola persona.
—¿Espera un momento acaso deseas Cortejar a Violetta Macchiavelli?, Desde tu ceremonia de mayoría de edad has rechazado cruelmente a toda mujer que tratase de cortejarte, ahora vas tras la cuñada del próximo Emperador, los Milfiore y la familia imperial ya tenemos una relación bastante estrecha —Expone con un rostro de burla —¿o será que realmente te has enamorado de ella?
—El motivo no necesitas saberlo —Espeta con un tono frio.
—Bien te ayudare, al fin y al cabo somos familia, es lo menos que puedo hacer...
Enrique aclamo esas palabras con la mejor intención, inconsciente de las genuinas motivaciones de su hermano.
Dos años después de esa charla, Diavolo Milfiore y Violetta Macchiavelli se unirían en santo matrimonio bajo la bendición de la iglesia como la del recién coronado emperador.
Enrique como muchos otros estuvo presente ese día, incapaz de desviar la mirada de los ojos de su hermano, los cuales aún y ahora en este día especial permanecen fríos, totalmente ajenos a la celebración.
Nuevamente Enrique no le dio mucha importancia, pues siempre había tenido en cuenta la personalidad de su hermano, quien siempre oculta sus emociones tras una expresión férrea, el trato de convencerse de eso, pero ese día una inquietante duda nacería.
1 año después de su boda Violetta empezaría a dar signos de embarazo, y 9 meses después el primer hijo de Diavolo vería la luz del día, pero ni siquiera eso pudo dibujarle un gesto de alegría.
Tras 8 años Diavolo y Violetta, establecerían una familia, engendrando a 3 hermosos niños y uno más en camino, Curiosamente nada de eso hizo flaquear su personalidad.
Ciertamente Diavolo nunca hizo daño a su familia y fue un proveedor excelente durante esos años, Pero Enrique no pudo evitar notar como sus hijos trataban desesperadamente de llamar la atención de su padre por cualquier medio, al punto de incluso llegar a lastimarse entre ellos.
Enrique ciertamente deseo reclamarle a su hermano, pero este acalló, pues sabía que no era un asunto que lo concerniese.
Tiempo después las tragedias iniciarían...
Como si de una maldición se tratase un velo de muerte empezaría a azotar a la familia Milfiore, una larga serie de muertes incidentales y por enfermedades repentinas, empezando por la mujer de Diavolo, quien cargaba a su 4to hijo con 8 meses de embarazo.
En el funeral que se llevaría a cabo, solo los miembros más cercanos de la familia Milfiore asistirían, excluyéndole el acceso a la hermana mayor de Violetta, la mismísima emperatriz.
La mirada de Diavolo se volvería sombría tras ese día, cerrándose a sí mismo mientras se hundía en su depresión, Aquella desgarradora escena hizo que Enrique viese a su hermano como un ser humano vulnerable por primera vez.
Pero lo peor estaba por venir...
Las muertes solo empezarían con Violetta, posteriormente los siguientes en morir serían los amigos cercanos de la familia, después los hijos más jóvenes.
En 3 años desde la muerte de Violetta, los Milfiore perderían a todos sus herederos y llegarían incluso a ser acusados de estar malditos.
Diavolo ni siquiera pestañeo cuando escucho la noticia de las muertes de sus hijos, aquel hombre había perdido totalmente la voluntad, así seria, hasta ese día.
2 años después...
Dentro de la gran capital del imperio Kyrien, Diavolo se abriría paso por los amplios pasillos del palacio, pues una noticia estremecedora había llegado a sus oídos.
Tras ordenar que se le abriesen las puertas al recibidor principal, una imagen impactante se presentaría ante él, una mujer de cabellos largos y brillantes en un matiz lavanda oscuro, quien arrodillada en el suelo se le ve abrazando a un niño.
Al Verla Diavolo ve un espejismo por un momento, de una mujer con las mismas características, de ojos violetas y un par de pequeños lunares en su mejilla quien le sonreía gentilmente.
El Hombre rápidamente recupera sus sentidos viendo a la mujer frente a él, una mujer imponente de ojos azul lavanda, tez aria y una expresión de profundo rencor hacia el hombre.
—El Patriarca de la familia Milfiore, saluda a la luna de nuestro imperio, su majestad Alexandria Vox Kyrien —Aclama arrodillándose en su presencia.
—Diavolo, parece ser que los dioses pueden mostrar compasión incluso de un bastardo como tu —Aclama la mujer quien es escoltada por sus guardias fuera de la habitación —No malgastes esta nueva oportunidad, o te aseguro que hare todo en mi poder para destruirte.
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Editado: 16.05.2024