El Presagio de las Flores (libro del lirio azul)

Volumen 2: Velada Acto 7

1 día atrás...

Tras caminar varias horas el hombre encuentra una pequeña lapida hecha de ramas, tal y como se encontraba inscrito en la carta de Henry...

—Debí traer una pala...

Tras varias horas bajo el sol Merrick haciendo uso de sus manos y las redes de sus arañas, poco a poco empezó a excavar en la tierra, prometiéndose a sí mismo que si no encontraba nada le dispararía a Henry en una pierna la próxima vez que se vean.

Al llegar el medio día y justo a punto de perder las esperanzas, Merrick hizo un hallazgo importante, un cuerpo momificado y devorado por las lombrices; El cual aún tenía un rostro reconocible...

—Isaac... Dunbar... — espeta el hombre.

En ese momento el hombre pudo conectar todos los hilos dispersos de esta investigación, descubriendo así que debía regresar al ducado de Willburg lo antes posible.

De regreso en el presente Merrick observa con desdén a la persona a quien tenía en frente, tras haber encontrado la tumba del verdadero Isaac Dunbar, no podía saber si la existencia ante él era humano, o alguna criatura que aparenta serlo.

—Llévenselo, tengo muchas preguntas que hacerle — espeta el oficial.

—No pueden hacerme esto, No he cometido ningún crimen — exclama el hombre.

Al tiempo que Isaac era extraído del lugar, Iván abre los ojos, este nunca perdió la conciencia, pero disimulo estar aturdido...

—¿Se encuentra bien Joven Milfiore? —Pregunta Merrick ayudando al joven a levantarse.

—Usted... es el ayudante de la duquesa ¿no? — Señala el joven, molestando al hombre.

—Como sea, fue un golpe bastante fuerte, ¿está seguro que no necesita un médico? — pregunta el oficial.

—Estoy bien, no se preocupe...

Tras ver al joven Merrick rápidamente empezó a notar los rasgos del joven, quien salvo por su rostro y cabello este poseía la misma altura y complexión que Henry Crawford.

Mientras la situación transcurre Iván desempolva su saco y ajusta su corbata, pues a pesar de esta escena la fiesta todavía continuaba en el exterior.

—Eso efectivamente va a generar una pésima imagen de la casa de las flores —Señala el joven —solo espero que retiren a Isaac de manera discreta...

—No puedo creer que aun tras todo lo que ocurrió solo tenga interés en la fiesta —Reclama el oficial.

—He estado trabajando día y noche durante toda la semana para que la velada sea perfecta, música, comida, apenas pude dormir durante los últimos 3 días —reclama el joven —Puedes preguntarle a quien quieras, que esta fiesta sea perfecta es lo único que me importa esta noche.

La declaración del joven fue sumamente superficial, desestimando completamente el valor de los oficiales, no obstante al hacerlo, Iván había establecido una coartada firme y corroborable de lo que había estado haciendo durante los últimos días.

Al encontrase con Henry Crawford Merrick pudo formular un mapa de su personalidad, un hombre que deseaba la salud y felicidad de todos, independientemente de su posición social o su especie, por el contrario, Iván era demasiado frívolo como cualquier joven aristócrata mimado.

—¿Y tu que estas mirando? —Reclama Iván al detective.

—Nada, solo me imaginaba cosas...

Merrick sabía que aún había mucha información que desconoce, en especial de Henry Crawford, así como su relación con todos los acontecimientos de los últimos días; lamentablemente antes de poder decir o hacer algo, un fuerte Grito llama la atención de los presentes.

En el salón principal una situación alarmante se presentó, ante los invitados Isaac había tomado a una mujer como rehén, apuntando un arma contra su rostro.

—Fuera de mi camino — exclama el hombre retrocediendo hacia la puerta principal.

Con la intención de atacar al joven Milfiore, Isaac había llegado con una docena de sus hombres armados, todos ellos con pócimas de fuerza, para derribar la mansión ladrillo por ladrillo de ser necesario.

—Dunbar, baja el arma... —Señala Merrick apuntándole con una pistola de mecha —Solo estas agraviando tus cargos.

—No trates de mentirme... si no quieren que la mate en este lugar más les vale quedarse en su lugar —Aclama el hombre.

Tanto la duquesa como los oficiales se vieron en la necesidad de obedecer para salvaguardar la vida de la Rehén, al tiempo que y como un simple espectador Enrique observa el desarrollo de la escena.

En este punto Isaac sabía que no tenía lugar a donde ir, pues en su vida solo había cometido un crimen lo suficientemente grave para requerir una detención armada.

—"Esto no tiene sentido, ¿acaso desenterraron el cuerpo que deje en Carmire?, maldita sea, debí hacerle caso a esa persona y cremarlo como me lo instruyo" —se reclama internamente —"Pero ¿cómo se habrán enterado?"

En su paranoia el hombre empezó a desviar la mirada en todas direcciones hasta cruzarse con Mimy, quien estaba totalmente aterrorizada por la situación, pero a los ojos de Isaac era evidencia de su culpabilidad.

—¡Así que fuiste tu maldita rata! —Exclama el hombre disparando su arma en la dirección de la joven dríada.

La joven quedo totalmente paralizada, pero antes de ser impactada por el proyectil esta es salvada por el joven Milfiore que se interpuso en su trayectoria.

Al ver lo que había ocurrido la Dríada no puede evitar liberar un grito mientras se derrumba por el pánico, del mismo modo Enrique quien hasta hace un instante había visto esta escena con intriga, es inundado por el miedo.

Arrodillada en el suelo y con lágrimas en sus ojos, la joven ve al joven quien pese a haber recibido un disparo en el pecho no se había desplomado...

—Oye —espeta el joven Milfiore —No llores, harás que se te corra el maquillaje.

Todos los testigos quedaron absortos con la escena desconociendo el motivo de la mirada tranquila del joven, quien en el fondo libera un suspiro mientras espeta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.