El presente de los miedos

Capítulo 29

—Sí, lo admito. Mi antiguo yo estuvo muy enamorado de tu antigua tú.

 

—Nunca pude haberlo imaginado, de verdad. Creo que antes era demasiado tontorrona para darme cuenta. Acabo de descubrir que mi abuela tiene razón.

 

Liam sonrió.

 

—Quería decírtelo, pero nunca fui capaz de hacerlo. La vez que más cerca estuve fue el día que me enteré que tú y David...

 

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo e imité que sufría una arcada.

 

—No me lo recuerdes. Fue horrible. ¡Ay! Me muero de la vergüenza. No sé en qué estaba pensando cuando me acosté con él.

 

Aunque yo estaba divertida, Liam no lo parecía tanto.

 

—Ni yo —dijo acompañado de un suspiro.

 

Guardé silencio mientras continuábamos bailando al ritmo de la música. De repente la situación pasó de ser agradable a ser algo incómoda. ¿Cuánto iba a durar la canción?

 

—Respecto a lo de la chica... sí, admitiré que sí. Estuve con una chica por el simple hecho de que se parecía a ti. En mi defensa diré que fue poco después de irme de Baltimore.

 

No sabía qué decir a aquello. Me parecía algo perturbador, pero no era agradable que se lo dijera. Simplemente esbocé una sonrisa y me mantuve callada hasta que la canción finalizó.

 

—Voy a buscar a Elliot.

 

—Vale...

 

Antes de que terminara de hablar, yo ya me había dado media vuelta y andaba observando a ver si le localizaba. A lo lejos vi a Lana y Zane, que comenzaban a intentar llamar la atención de todos mediante un micrófono que hacía que sus voces se escucharan por todo el lugar.

 

—Sí, sí, probando, probando... ¿Se me escucha? —dijo Zane.

 

Todas las personas se mantuvieron pendientes de lo que quería decir la pareja. Yo, aprovechando la quietud del tumulto, encontré a Elliot de espaldas junto a Grace, Shelby y Brodie. Me aproximé hasta ellos y le di un pellizco en el trasero. Se giró extrañado y cuando me vio, no hizo nada. Solo volvió la mirada a sus amigos.

 

—Hoy es un bonito día para nosotros y todos los que estáis aquí sois personas importantes que no queríamos por nada del mundo que se perdiera este acontecimiento —habló Zane agarrando la mano de su novia—. Estamos muy agradecidos. Pero eso no es lo que quiero decir en este momento.

 

Busqué la mano de Elliot para tomarla, pero se rehusaba a ello.

 

—¿Qué te pasa? —murmuré.

 

—Shh.

 

Bufé por su tan borde contestación y me crucé de brazos.

 

—Queremos aprovechar este día tan feliz para haceros partícipes de nuestro compromiso. Estoy orgulloso de decir esto: la chica que tengo a mi lado ya no es mi novia, si no mi prometida, y próximamente mi esposa, mi mujer.

 

Aunque estaba algo mal, no pude contener la emoción que me hizo saber aquella noticia. Todos, incluidos Elliot y yo, comenzamos a aplaudir.

 

—Te amo, Lana Dunne.

 

Lana chilló emocionada.

 

—Te amo, Zane Dillon.

 

Y mientras ambos se besaban, todos aumentamos nuestros aplausos y vítores. Brodie estaba especialmente animado, pues comenzó a gritar cosas que provocó que todos los presentes riéramos.

 

—Y ahora damos paso a nuestra canción para que todos podamos bailarla —habló Lana—. Stay with me.

 

Inmediatamente, la voz de Sam Smith comenzó a sonar mientras todas las parejas se agarraban y comenzaban a contornearse rítmicamente.




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