El primer amor de Lara

cap 8

Capítulo 8

 

Lara sonreía, desde la entrada de la cocina, porque Jenny se veía muy entretenida —sentada en el sofá de la sala— hablando con Jason y eso le alegraba. La morena había estado un tanto enfadada cuando vio a esos tres chicos desearle feliz cumpleaños y comenzar a ayudar a las demás chicas, hasta estuvo a punto de irse, pero Jason le pidió ayudarlo con los platos y comenzaron a hablar, ahora se veía muy contenta de tener toda la atención del chico para ella.

—Ella… es muy importante para ti ¿verdad? —la voz de Peter le hizo desviar la vista y enfocarla en él. Sabía que esos chicos estaban acostumbrados a fiestas de cumpleaños alocadas y casi estaba segura que una tarde-noche comiendo pizza casera, viendo series no era su idea de celebración, por lo mismo agradecía que hubiesen venido.

Aunque no estaba segura cómo se habían enterado de que era su cumpleaños.

—Jen es mi mejor amiga —se encogió de hombros.

—Lamento lo de hace un rato, no sabía que tus padres se habían separado.

—No lo hicieron. Bueno… técnicamente sí —suspiró al ver la cara de confusión de Peter—. Me refiero a que nunca estuvieron casados, dejaron de ser novios cuando yo tenía cerca de un año así que nunca los vi juntos, desde que recuerdo ellos se han tratado como amigos y cuando mamá comenzó a salir con Hans yo tenía cuatro años.

—Ya veo. Una familia moderna, ojalá mis padres fueran igual —Lara notó cierta tristeza en el tono de voz del chico y se sintió realmente mal.

Estuvo a punto de tomar su mano para reconfortarlo de alguna forma pero dio un pequeño y agudo grito cuando unas manos se cernieron en su cintura desde atrás, se vio rodeada por unos fuertes brazos y un duro pecho pegado a su espalda.

—Feliz cumpleaños, preciosura —susurró el intruso en su oído en un tono bajo y lujurioso antes de dejar un suave beso tras su oreja.

—Eres un tonto, Christian. Me asustaste —ya todos los que estaban en la sala –alertados por el grito de Lara–  miraban con atención al hombre que tenía a la cumpleañera entre sus brazos y se reía de su reacción.

—Ya solo nos quedan tres años de espera para poder vivir nuestro amor, preciosura ¿no estás feliz? —Lara se sintió nerviosa de que todos los presentes los miraran intensamente, y le sorprendió la expresión en el rostro de Peter. Trató de zafarse de los brazos de Christian pero solo logró que apretase su agarre.

—Quita tus garras de mi hija, playboy de cuarta.

—Vamos, suegro, yo se que me ama —Roger alejó a ese intento de hombre de su hija y la abrazó.

Al mismo tiempo que el mejor amigo de Dante comenzó con sus bromas sobre su edad, empezó a llamar suegro a su padre,  ganándose golpes y regaños, aunque estaba segura que eran más un broma, a su padre le agradaba más Christian que Dante.

Lara se sentía avergonzada de la actitud de Christian y su padre, ambos la estaban avergonzado. Todos miraban confundidos la estúpida discusión entre el pervertido amigo de Dante y su padre.

El resto de la tarde pasó entre risas de parte de las chicas y bromas de los chicos, los adultos —que habían estado alejados— se unieron más tarde para cantar el cumpleaños y partir el pastel. Lara a estaba muy contenta por todas las personas que le deseaban que sus quince años fueran felices y también por los regalos que le dieron, pero había algo que la tenía triste. Dante no había ido y tampoco la había llamado, desde que lo conocía era la primera vez que eso pasaba, siempre llegaba a su casa muy temprano con un regalo para ella y se quedaba con ella por casi todo el día, era de las cosas que le gustaban de él, su preocupación y dedicación.

—¿Qué sucede princesa? —Roger notó la expresión triste en su hija, sabía –o al menos intuía– el motivo de ella y eso lo molestó— ¿Hay algo que no te gusta?

—¡No! Todo es… genial, es solo que… Dante no vino y, ni siquiera ha llamado. Yo creo que… se olvidó de mi cumpleaños —tuvo que pestañear varias veces para disipar las lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos. No podía llorar, no frente a todos, eso sería vergonzoso.

Christian —que estaba junto a Roger— escuchó lo dicho por Lara y apretó las manos en puños. Así como todos los que sabían la manera en que Dante siempre estaba al pendiente de la dulce chica de ojos celestes, estaba sorprendido que ese día no hubiese aparecido por ningún lado, ya eran casi las diez de la noche. Aunque los demás estaban preocupados porque no sabían la razón del extraño comportamiento de Dante él, lo que estaba, era molesto. Su amigo ya hace varios días que estaba distante de Lara y él sospechaba, que la razón para eso era cierta chica que por estos días tenía embobado al idiota de anteojos.



#44182 en Novela romántica
#29055 en Otros
#2377 en No ficción

En el texto hay: decepciones, primer amor, amigo enamorado

Editado: 11.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.