El primer amor de Lara

cap 9



 

Capítulo 9  

 

—¡Christian, ya basta! Sé que la cagué en grande, no tienes que recordármelo a cada segundo —Dante se dejó caer en el sofá. Estaba enojado consigo mismo ¿Cómo había podido olvidar el cumpleaños de su chispitas?—. Suficiente tengo con ser ignorado por Lara —susurró de manera amarga.

—¡Es que aún no entiendo dónde diablos tenías la cabeza! —exclamó su mejor amigo levantándose de su asiento— No, espera. Apuesto que la tenías entre las piernas de Alexandra.

—¡Cállate, maldita sea!

Christian caminó —levantando los brazos en señal de frustración— hacia su cocina para sacar un par de cervezas del refrigerador. Tal vez su amigo tenía razón, no había hecho más que increparle su ausencia en el cumpleaños de Lara desde que el idiota de anteojos había llegado a su departamento. Dante se veía realmente arrepentido y había tratado de hablar con la pequeña, pero increíblemente para él y todos los que los conocían, Lara se había negado rotundamente y llevaba varios días ignorando las llamadas y mensajes de Dante.

—¡Maldita sea! ¡Hasta había comprado su regalo! ¡Ahora tengo dos entradas para el concierto de esos monos chinos!

—El grupo se llama BTS, y son coreanos, no chinos. Dos países diferentes —dijo volviendo a la sala  entregando una cerveza a su amigo.

—Como sea —Dante miró mal a su amigo que se carcajeaba a sus costillas.

Era un reverendo idiota ¿cómo había podido olvidar un día tan especial? Había estado preocupado de eso desde hace más de un mes, le había rogado casi de rodillas a Nathan que hablara con su  madre para poder conseguir las dichosas entradas que valían un ojo de la cara y además estaban agotadas. La madre de su amigo tenía una tienda de modas muy famosa y conocía a quienes traían a esos chinos al país. Todo, trabajo perdido porque él se fue de viaje con Alexandra y había olvidado que Lara cumplía quince años.

Su proyecto final había sido aprobado, el mismo que le había asegurado un trabajo apenas se graduara ya que uno de sus profesores compartió su proyecto y el de Nathan con el dueño de una de las empresas constructoras más reconocidas del país. Su jefe, en el restaurante donde trabajaba, estaba tan feliz por él que le dio tres días libres, Nathan le ofreció la casa que su familia tenía a las afueras de la ciudad, no lo pensó dos veces, necesitaba descansar. Fue natural pedirle a Alexandra que fuera con él, aunque solo llevaban unas semanas, ella era su novia, Tampoco era descabellado que se hubiera olvidado del mundo estando con ella, Dante reconocía que se estaba enamorando de esa chica. Pero igualmente, nunca debió olvidar el cumpleaños de la niña que para él era la luz de sus ojos.

—Te esperó todo el día —Dante se recostó en el sofá y cerró los ojos, ya ni siquiera hizo callar a Christian, en realidad, quería saber—. Aunque vinieron sus amigas de la escuela y un par de chicos ¡que por cierto!, uno de ellos de veía muy interesado en ella —Dante frunció el ceño al escuchar eso—. Lara esperaba que llegaras. Durante el día estuvo contenta, pero por la tarde cuando vio que no ibas a aparecer  hacía lo imposible por retener las lágrimas.

—Al menos tú estuviste ahí.

—No era a mi a quien quería y lo sabes.

—Lara te quiere mucho, Christian.

—No tanto como a ti — No de la misma manera que a ti. Pensó. El día del cumpleaños de Lara, Christian se había dado cuenta de algo.

Lara estaba enamorada de Dante. Aunque esa niña era muy buena para ocultar sus sentimientos —reconocía que hasta ahora ni siquiera lo había sospechado— ese día simplemente no lo logró. Era probable que no solo él, sino todos los que estaban en la casa se hubieran dado cuenta.

Conocía a su amigo y sabía que quería a esa pequeña con todo su corazón, pero para Dante, Lara era como su hermana, estaba seguro que los sentimientos de su preciosura no eran correspondidos. Además de la diferencia de edad, él sabía que su amigo estaba cayendo por Alexandra. Sólo era cuestión de tiempo para que Lara consiguiera un corazón roto.





 

Lara sonrió —de mala gana— a las bromas de las chicas mientras ellas  reían a carcajadas. Pero es que ella, no estaba para chistes y bromas, de hecho, lo único que quería era estar en su habitación, enterrada entre sus mantas y dormir hasta el siguiente año.

Es que todo lo que estaba pasando la tenía agotada. Era como si todas las cosas malas se hubiesen puesto de acuerdo para aparecer de una vez.



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En el texto hay: decepciones, primer amor, amigo enamorado

Editado: 11.05.2019

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