El primer amor de Lara

capítulo 1

morena? —respondió otro lo que hizo a Jenny sonreír—, lástima que sea de primero, nunca me ha gustado cambiar pañales —Lara ocultó las ganas de reír por el comentario de los chicos, su mejor amiga la miró con ojos asesinos advirtiéndole que cerrara la boca.

Ambas recorrieron los pasillos del instituto hasta llegar a la salida en absoluto silencio, Jen parecía molesta por el comentario de los chicos, su amiga siempre había sido… adelantada, había dado su primer beso a los doce años y a los quince ya había tenido dos novios.

—Vamos Jen, deja la mala cara —codeo a su mejor amiga—. Te invito un helado.

—Esos tipos son unos idiotas —masculino la morena. Esta vez no fue capaz de reprimir su risa y soltó ligeras carcajadas, su amiga la empujó molesta haciéndola tambalearse.

Lara realmente se asustó cuando perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer, cerró los ojos fuertemente y se preparó para el golpe pero en vez de chocar contra el piso lo hizo contra alguien. Unos brazos la rodearon por los hombros, sintió un escalofrío recorrerla entera y sabía que solo había una persona en el mundo que podía hacerla sentir eso.

Levantó la mirada y se encontró con la sonrisa más hermosa del mundo, esa que le hacía temblar las piernas y encoger el estómago.

—Uno de estos días vas a terminar con un hueso roto —Dante trató de fingir un tono molesto pero la verdad es que le parecía gracioso que cada vez que veía a Lara terminaba salvándola de romperse algo.

—Pero siempre vas a estar ahí para salvarme ¿verdad? —sonrió aun más por la cara de ángel que Lara le ofrecía, sus hermosos ojos celestes brillaban con la más absoluta inocencia y sus pecas adornaban lo alto de sus pómulos y nariz, como chispas de chocolate sobre una galleta.

—Siempre, chispitas…

—¡No me llames así! —realmente odiaba ese sobrenombre, sus pecas eran algo que odiaba y que fuera precisamente Dante quien la molestara por ellas lo hacía aún peor.

Dante solo sonrió y apretó sus mejillas. Un carraspeo llamó su atención, ahí estaba Jenny, la mejor amiga de Lara no terminaba de agradarle, esa chica era demasiado… desinhibida para su gusto y mayor aun para su edad, no tenía nada que ver con la personalidad de Lara, realmente no entendía por qué eran amigas.

—Ya que yo no tengo un vecino caliente que venga por mi, me voy —Jenny los miró de arriba abajo molesta. Lara era su mejor amiga y realmente la quería pero cada vez que veía a ese chico mayor y guapo tratarla como una princesa sentía que la bilis le recorría el esófago. Envidia. Aunque Jen no le había puesto nombre a lo que sentía, era precisamente eso; envidia.

Ese horrible sentimiento la embargaba cada vez que veía a la madre de Lara preocuparse por ella mientras su madre ni se paraba a preguntarle cómo estaba, cuando veía al padre de su amiga llegar con regalos para ella cada vez que venía a visitarla mientras el suyo se fue y nunca más supo de él, cuando veía a su padrastro tratarla como si fuera su hija mientras el novio de su madre… él…

—Jen… —Lara tocó el brazo de su amiga preocupada por su repentino silencio y la forma en la que los miraba.

—Vámonos, chispitas. Te invito una hamburguesa —Dante interrumpió a Lara antes de que invitara a su amiga a venir con ellos, esa chica definitivamente no le gustaba.

Rodeó a Lara por los hombros mientras ella seguía mirando a Jenny hacia atrás.

Jenny los vio alejarse hacia el auto que Dante había dejado estacionado a sólo unos metros de la puerta del colegio. Sí, definitivamente lo que más odiaba era ver como ese chico guapo la trataba como una princesa.

 

 

 

Dante comenzó a reír por la mirada asesina que le dirigía. Era un tonto, un grandísimo tonto.

—¿Qué pasa, chispitas? —sí, definitivamente un grandísimo tonto, pero con esa sonrisa inocente con la que la miraba hacia que no importara el hecho que le había comprado una cajita feliz.

—Una cajita feliz ¿es en serio? —Dante solo asintió agrandando su sonrisa— ¿tan bien se siente molestarme?

—No sabes cuanto chispitas —le sacó la lengua en un gesto totalmente infantil, Dante explotó en carcajadas llamando la atención de las personas que estaban en otras mesas, Lara bajó la vista avergonzada —no le gustaba llamar la atención—, comenzó a murmurar entre dientes lo idiota que era Dante a veces lo que solo causó que el chico riera más fuerte, golpeó una de sus piernas por debajo de la mesa y por fin se detuvo, el chico alzó las manos en señal de paz y comenzó a comer aguantando las ganas de reír, Lara aún regañando entre dientes le dio una mordida a su hamburguesa.



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En el texto hay: decepciones, primer amor, amigo enamorado

Editado: 11.05.2019

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