El primer amor nunca funciona

Protestar ciegamente

Lee Ryan es como de esos estúpidos perros persistentes que no te hacen caso hasta que les dejas en claro a golpes, pero esa vez no fue necesario recurrir a la violencia para que él entendiera que no debe seguirme a mi casa. Tenía miedo que sus intenciones fueran malas, tal vez quería incendiar mi casa, difamarme ante mis padres o decirle frente a mi hermano que gusto de Dong Sunbae. En verdad dudo, y mucho que sus intenciones fueran buenas.

No pude conciliar el sueño tan fácil debido a que pensaba en todo lo que había ocurrido en mi cita con Dong Sunbae. Todavía me dolían los testículos y no me arrepiento de haberle restregado el ramillete de rosas en su cara de norteamericano guapo. Tampoco voy a olvidar como Sunbae prefirió mi hombro antes que el del estúpido Lee Ryan. 

Miré mi mano con ayuda de la luz de la luna que atravesaba por hueco de separación entre las dos cortinas. En realidad, era delgada y no me había dado cuenta.

***

Estudié el para el examen de química el fin de semana —a pesar de saber que podría pasarlo con los ojos cerrados— y terminé la mayoría de los proyectos que los profesores dejaron durante la ausencia de Lee Ryan.

Para ser honestos, adoro ver como entrega las cosas a destiempo y que los profesores se lo rechacen la mayoría de las veces.

Tan pronto como entré al aula de clases al día siguiente, la profesora de Química entró seguido con una pila de hojas. Todo el salón guardó silencio, no obstante, entre los murmullos de antes, la voz del idiota de Lee Ryan no se escuchaba detrás mío ¿había faltado? Volteé discretamente mi cabeza, buscándolo; definitivamente había faltado.

—Traigo los exámenes impresos para no demorar en ir al almacén del instituto. Quiero que guarden sus cuadernos y su bolsa con lápices. Sólo quiero ver afuera una marca textos y su bolígrafo de color negro o azul, no aceptaré otro color.

Aclaró la profesora.

De pronto se escucharon tres golpes en la puerta y la profesora dirigió su mirada hacia esa dirección una fracción de segundo. Era Lee Ryan acomodándose el cabello con su mano sana, mientras aguardaba. La profesora no se molestó en atenderlo y repartió cierta cantidad de exámenes por fila.

—¿Puedo pasar? — abrió la puerta Lee Ryan y se asomó, preguntando.

—¿Por qué tan tarde? — preguntó ella.

—I'm so sorry.

Él intentó entrar al aula, sin embargo, la profesora lo detuvo.

—No te di permiso de entrar.

—Miss, es a primera vez que llego tarde a su clase, please let me take the exam.

La profesora arrugó su nariz, parecía que se moría por sancionarlo al igual que yo.

—Que sea la última vez...

Lee Ryan caminó hacia su butaca sonriendo con determinación. No tenía un examen y Shin Woo le entregó uno.

—Sabía que llegarías tarde y te guardé el tuyo, Lee— murmuró Shin.

—Gracias.

—A quien vea hablar durante el examen, voltear hacia un costado, aunque lo haga por dos segundos o le encuentre un material distinto al que les pedí, le voy a cancelar el examen y voy a bajarle dos puntos. Voy a caminar entre las filas, no quiero que sus mochilas estorben.

—Pero que exigente es— murmuró Lee Ryan detrás mío—. Habla, habla y habla ¿cuándo va dar tiempo para el examen?

—Cállate— susurré.

—¿Para qué? No le entregué el cuaderno ni el proyecto, tampoco estudié, esa perra no tiene de dónde quitarme puntos.

En verdad me molestaba que fuera así de despreocupado y más de esa clase de estudiante que se toma la molestia de pedirte todos los apuntes, para copiarlos junto al proyecto, como si a ti no te hubiera costado nada tomarte el tiempo de hacer tus trabajos y presentar un trabajo de calidad. Odio ese tipo de alumno.

Desde que había llegado la profesora, habían pasado aproximadamente la mitad de la primera hora de su clase de lo contrario, la irritante voz de la profesora aún se escuchaba entre todo el silencio.

—Tendrán 15 minutos para que terminen su examen.

Y todo el salón se quejó, pero la maestra justificó el tiempo del examen diciendo que todos los temas los vimos y aprendimos a la perfección.

—Profesora, esto es el colmo, muchos de nosotros no estudiamos— protestó Lee Ryan.

—Lee Ryan, aparte de llegar tarde, protesta sobre el examen. Si no lo quiere hacer no está obligado.

—Yo no tengo la culpa que se haya tardado media hora en.…

Contestó Lee Ryan y antes de que pudiera terminar su frase, cubrí su boca con mi mano derecha.

—¿Quieres callarte ya? No vamos a poder hacer el examen por tus estupideces.

Lee Ryan apartó mi mano y suspiró

—Miss, ¿de qué color es el bolígrafo que tenemos que usar?

—Negro, acabo de decirles.

—Gracias profesora, por su tiempo.

En el examen venían temas simples. Mi materia favorita y en la que mejor me desempeño es en Biología, sin embargo, que el examen fuera de Química no significaba que no fuera a desempeñarme o a saber menos. 




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