El primer amor nunca funciona

Mi hermano Jiang, un gran fan de mi rival de amor

Sé que fui nombrado recientemente vicepresidente del consejo estudiantil, pero, ser rechazado por mi primer amor fue humillante. Mi padre recientemente recibió sus vacaciones y decidimos acompañarlo a la playa durante una semana. Nos quedaríamos en una pequeña casa que mis padres rentaron durante una semana.

No importaba cuanto tiempo estuviéramos ahí, todavía sentía como si hubiera sido ayer lo del festival. 

Recibía llamadas de Lee Ryan casi diario y ninguna vez atreví a responder. ¿Qué tanto habrá querido con urgencia para llamarme diario? No quería hablar con él, no tenía cara para hacerlo. Tal vez lo que quería era burlarse de mi fracaso. 

La mayoría de mi tiempo en esa playa lo pasaba cerca de la orilla del mar. Quería pensar las cosas solo y reflexionar sobre mis sentimientos; quería llegar al instituto y que mi atracción por Dong Sunbae no existiera más. 

Antes de partir a la playa, hablé por mensajes con el consejo estudiantil; les mentí, les dije que mi padre estaba grave y faltaría una semana para cuidarlo.

Dong Sunbae ni siquiera me llamó ni una sola vez. ¿Nuestra amistad y el interés que tenía en mí eran falsos? Empezaba a hacerme la idea de que ella era igual de hipócrita que el resto de mis compañeros. 

Una de las mañanas, cuando los primeros rayos del sol pintaban el horizonte del cielo que parecía tocar el mar, salí a correr tanto como pude. La arena estaba húmeda, mis pies se hundían en ella y alentaban mi paso. Una voz familiar escuché que a lo lejos gritaba mi nombre de pila y algunas veces mi nombre completo. Me detuve.

Miré hacia atrás y vi la silueta de un hombre más alto que yo. No pude ver su cara a tal distancia porque los rayos del sol me lo impedían y cuando se detuvo frente mío noté que era mi hermano mayor.

—¿Jiang? — pregunté a pesar de saber la respuesta.

Jiang asintió y colocó su mano sobre mi hombro.

—¿Qué haces aquí? —nuevamente pregunté y mi atención fue a dar hacia su mano.

—No, ¿qué se supone qué haces tú aquí, pequeño? — devolvió mi pregunta.

—Me ejercitaba— mentí.

—Ah, claro, desde siempre Song Jung se ha preocupado por su condición física— respondió sarcástico.

Es verdad, no tenía una buena condición física y por eso le fue fácil encontrarme tan rápido. Lo admito, no creo haber corrido tan lejos, quizá sólo trotaba.

—¡Cállate! — aparté su mano— Regresa adentro.

—Regresemos adentro— corrigió—. No voy a regresar solo.

No respondí con una palabra más que con un gesto de fastidio, traté de alejarme de él, no obstante, me fue imposible cuando rodeó mis hombros con su largo brazo. 

—¿Qué tienes? No quieres regresar con tu hermano ¿quieres estar solo? Creo que la pregunta sobra.

—Sí, estás en lo correcto, Jiang— traté de apartar su brazo y él me apegó aún más.

—¿Qué tienes?

—¡No tengo nada! ¡Suéltame! ¡Estoy oliendo tu axila!

—Estás raro desde el viernes.

Jiang levantó su mano y revolvió mi cabello con su puño con algo de fuerza— ¿Te están molestando, mocoso? ¿Quién es? Iré yo mismo a darle una paliza. Sólo yo puedo molestarte.

—¡Agh! ¡Jiang! — sus acciones me enfurecían tan rápido como el movimiento de las olas del mar. Lo empujé con todas mis fuerzas y así fue como logré apartarlo de mí.

Jiang me miró con el ceño fruncido. Estaba molesto por el bruto empujón que le había dado, sin embargo, no creo que lo estuviera tanto como yo por su entrometida y chocante presencia. 

No quise hablar por mucho tiempo más con él. Caminé del lado contrario a donde él veía y no dije nada más. Creí que caminaba solo, pero ese tonto con el que compartía muchas similitudes, me seguía en silencio.

—¿Por qué estás siguiéndome? —pregunté con cierto enfado y me detuve. 

—Te hostigaré hasta que me digas lo que te pasa. 

No tuve otra alternativa más que acceder a sus caprichos. Solté un pesado suspiro. No estaba listo del todo para que alguien de mi familia supiera mi mal de amor.

—Mira Jiang, si te voy a contar es porque me forzaste. No confío del todo en ti, pero esta vez haré una excepción, así que no le digas a nuestros padres ¿entendido?

Jiang asintió con la cabeza y se sentó en la arena. Su mirada fue suficiente para pedirme que me sentara al lado suyo y le contara mis problemas. No solo era la primera vez que contaba sobre mi primer amor y cómo había sido rechazado por una chica por primera vez, también había sentido por primera vez esa confianza que Jiang trataba de emitir con esos ojos. 

—¿Por dónde empiezo? — pregunté con melancolía, evitando el contacto visual con él.

—Por el principio— Jiang sonrió—. Quiero saber cómo comenzó todo.

Retiré los lentes de mi rostro, como si así fuera a dolerme menos contarle mi historia, y solté otro suspiro.

—Creo que todo empezó desde que entramos a la preparatoria. Desde ese entonces me ha costado mantener mi promedio con facilidad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.