El primer amor nunca funciona

Puedo hacerte gay

Debido a las tareas, los estudios de Hye para el examen de ingreso a la universidad y otros inconvenientes, la cita doble fue aplazada a finales de junio. El día en que nos reuniríamos sería por la mañana, en una estación del metro. Le pedí a mi madre que me despertara temprano para que pudiera darme tiempo de arreglarme y llegar temprano al lugar acordado. 

Acordamos finalmente por mensajes a ir a un parque de patrimonios culturales, no recuerdo del todo bien su nombre, sólo sé que estaba en Corea del sur el lugar donde vivíamos (así que supongo no tardaríamos demasiado), tampoco sabía cómo llegar, las únicas que sabían el camino y andar en el tren eran Shin y Hye.

Llegué a la estación de trenes acordada 5 minutos tarde, creí que sería el único retardado, pero no, sólo estaban ahí Hye y Shin.

—Hola chicas.

—Buenos días, Lee—. Ambas hicieron una espontánea reverencia.

Busqué con la mirada a Jung, parecía que todavía no había llegado.

—¿Y Jung?

—Me dijo que iba tardar un poco en llegar porque acompañó a su padre al banco— Shin respondió y posteriormente sacó su celular para ver la hora.

—Creí que no vendría— suspiré aliviado.

Hye soltó una risilla.

En el lapso del tiempo en que lo esperábamos conversaba con Shin sobre asuntos de la escuela o sobre nuestro hogar, nada fuera de lo común, cosas de las que solemos hablar diario. Hye de vez en cuando opinaba.

Jung llamó a Shin por teléfono, por lo que alcancé a escuchar, dijo que nos veríamos debajo del reloj de la estación y caminamos hasta ahí, él colgó en el instante en que volteó a vernos.

Verlo sin uniforme fue tan... ¡wow! ¿Acaso existía un Jung sin uniforme? Esa apariencia tan informal que llevaba el día de hoy me dejó boquiabierto; unos jeans de mezclilla clara, junto a una remera blanca y una chaqueta del mismo color, combinado con rosa pastel y negro.

—¿Cuánto tiempo esperaron?

—No mucho— respondí.

—Ahora a esperar otro metro— dijo Hye y su vista fue a dar a los vagones.

—No tardan en pasar, Sunbae— Respondió Shin con una sonrisa.

En efecto, el metro pasó en tan poco tiempo e iba lleno, aun así, nos subimos, no esperamos otro. 

Cada pareja nos sostuvimos de los tubos del tren en cada costado de una puerta. Hablé con Hye en todo el camino o bien, ella habló de sí misma y algunas veces me cedía la palabra, aunque debo mencionar que era interrumpido en menos de dos minutos. Estaba acostumbrado a que ella fuera así. 

Hablaba sobre sus pretendientes y sobre sus ex novios, no sé por qué no me sorprendía que no fuera su primera pareja. No tengo idea en qué punto dejé de prestarle atención y mi mirada fue a dar únicamente en Shin y Jung; ellos parecían divertirse conversando de cosas triviales, nunca había visto a Jung liberar pequeñas risas silenciosas al hablar. Como anhelaba esa felicidad. Tal vez Jung y yo podríamos ser así.

Tuve el vago sentimiento de que tal vez empezaba a desencantarme Hye.

Perdóname Hye, por mirar a Jung el resto del tiempo que estuvimos en el primer tren y por no prestar atención en tus anécdotas; no sé cuándo comenzaron a parecerme aburridas, ni tampoco cuándo Jung comenzó a formar parte de la mayoría de mis pensamientos. Realmente lo siento.

Cuando bajamos, subimos algunas escaleras más, teníamos que trasbordar, según Hye. Nos perdimos un par de veces y cuando Shin y Jung tomaron el liderazgo del equipo pudimos volver a retomar el camino. Hye se notaba un poco molesta por sus errores. 

Ese metro que tomamos también estaba lleno, no atascándose de personas, por lo que tuvimos que ir parados un par de estaciones. 

—¿Cuántas estaciones más faltan para llegar? —. Dirigí mi pregunta a Hye.

—Creo que tenemos que bajar en tres estaciones más adelante.

—Shin, ¿Cuántas estaciones faltan?

—Unas tres— Shin me respondió con una sonrisa.

Mientras el tren avanzaba, me cerqué a Jung con el fin de hablar con él al menos por unos minutos. Le dediqué una sonrisa y rodeé sus hombros con uno de mis brazos.

—Jung, tanto tiempo.

—¿Qué quieres? Quita tu brazo o nos vamos a caer los dos.

—No te preocupes— me sostuve de un tubo—. Nadie se caerá porque me estoy sosteniendo.

Jung rodó los ojos y después desposó un suspiro

—Como digas.

—Que lindos se ven juntos— comentó Shin.

—¿Verdad que sí? — bromeé.

—Como amigos— aclaró Hye y procuró no vernos.

—No nos vemos bien...

—Song sería el pasivo de la relación.

—Sabía que mi Lee sería el activo.

—¡No soy un pasivo! —Jun refunfuñó y apartó mi mano de su hombro, posteriormente acomodó sus lentes y me miró con el ceño fruncido— ¡No hagas cosas que tengan doble sentido! ¿Sabes que pueden sacarnos del metro por tu estúpida culpa?

—calm down! Even if you have a bad character, I love you.

Con mi mano que recién Jung había apartado, di caricias suaves en su pecho mientras le veía. Lo hacía bromeando, pero temía que él no lo tomara así y pensara que lo estaba ofendiendo. Jung miró los movimientos de mi mano, noté como toda su cara fue dominada con rapidez de un matiz rojizo y en cuestión de segundos apartó mi mano, retrocediendo tan solo un par de pasos. 

Todos miramos su reacción, Shin soltó una carcajada y Hye solo miró por la ventana.

—¡¿Qué crees que haces?!— exclamó Jung sin haberse deshecho del color de su rostro y me señaló—. ¡No soy gay!

—I can make you gay.

Jung reaccionó aún más rápido que yo, soltó una patada hacia el frente y logró darme en la entrepierna; por ende, mis piernas temblaron gracias al ardor que sentía y las ganas de vomitar no faltaron. Caí al suelo de rodillas y procuré no soltar alguna lágrima frente a todos. No quería manchar el barbijo o tener que quitarme los lentes oscuros que llevaba puestos.

—¡Lee!




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