El invierno había llegado y no lo hizo solo; el consejo estudiantil actual, decidió hacer un festival antes de las muy cortas vacaciones de año nuevo, eso implicaba tener que quedarme de acuerdo con los del club de biología sobre lo que haríamos.
Al parecer todavía no había algún plan aun faltando una semana para ello, me extrañaba que la anticipación de Jung estuviera retrasada y más por algo así como esto. Tal vez estaba ocupado con el consejo estudiantil. El lunes que llegué al salón del club, estaba caliente, algo hogareño; habían puesto una calefacción portátil y las chicas que recién se habían unido al club este año, estaban decorando el salón. Estábamos casi todos ahí dentro, pocos minutos después entró Jung con una pila de papeles.
—Buen día—Jung hizo una reverencia.
—Hi— saludé sonriente.
—Buenos días—dijeron el resto de los presentes e hicieron una reverencia.
Jung no se detuvo a ver cuántos faltaban en el aula, normalmente lo hacía, porque le enfadaba que faltaran. Supongo que ya habrá más tiempo después para fijarse en esos detalles.
Ese nerd se acercó a la pizarra de corcho y comenzó a pegar las hojas con los pinchos que estaban en una pequeña caja que reposaba sobre el escritorio. Todos guardamos silencio, prestamos atención durante algunos minutos en lo que él hacía.
—Pongan atención, tengo varias ideas para poder hacer en el festival.
Tomó una vara del escritorio y acomodó sus lentes, después prosiguió a explicar.
—Tengo 5 ideas, sólo una se quedará para el evento, a menos que tengan una mejor. Son las siguientes: Número uno, hacer el mismo evento del festival de primavera pasado, pensaba descartarlo, pero a muchos estudiantes les encantó la idea. Número dos, podemos hacer un registro civil. Número tres, hacer alguna clase de rifa. Número cuatro, hacer alguna carrera en la que puedan inscribirse todos los alumnos, sin discriminar sus grados.
Gu Seon-jin se acercó a Jung y señaló las hojas, desconcertado.
—¿Por qué tantas hojas?
—Es lo que podríamos hacer si escogemos determinada opción.
—Inteligente forma de perder el tiempo— comenté burlón y señalé el plan del registro civil—. Me parece interesante esta opción, ¿qué les parece?
Una de las chicas de primer año sonrió y habló con entusiasmo y deleite en sus palabras, se acercó a mí y bailaba a su vez.
—¡Buena idea! ¡Tan romántico! —exclamaba Yon con entusiasmo— ¡Tan especial! Una perfecta forma para confesarte indirectamente a la persona que te gusta, incluso ¡atrevida! Una boda antes del noviazgo.
Poco después, Soo, la mejor amiga de Yon, se acercó tanto a su mejor amiga como a Jung y con un pesimismo, comentó:
—Yon, eres tan ilusa.
—¡Sí! Quiero tener un novio, que me consienta y que sepa cuando estoy mal sin necesidad de que se lo diga.
—Los hombres son tan tontos que ninguno se va dar cuenta de tus estados de ánimo tan cambiantes, sin ofender.
—¡Oye! — protestamos todos los chicos del club.
—¿Ustedes lo hacen con sus novias? —preguntó Soo.
Afirmé inseguro de mis palabras y seguido de mi respuesta, Jung negó la pregunta. Las dos chicas de primer año quedaron perplejas ante la respuesta de Jung y esto las llevó a preguntarle el porqué, con la excusa de "eres bastante lindo". La respuesta del presidente del club fue pesimista y nada diferente a sus inseguridades.
Antes de que llevaran más lejos el tema, interrumpí.
—Créanme, no es nada lindo ver a Jung enojado.
Jung suspiró y arrancó las hojas que había pegado, así pegando unas nuevas. Cuando terminó de pegarlas, acomodó sus lentes y nuevamente señaló con la varita; si nosotros hacíamos un registro civil, tendríamos que comprar flores naturales y caracterizar al club de Biología o quizá parte del jardín. También conseguiríamos vestuarios para ello. A las chicas les pareció bien la idea, pero querían algo mucho más romántico. Más que un registro civil, quisieron hacer un altar y nadie estuvo en contra de su idea.
Para que nuestro proyecto fuera más fácil de realizar, me encargaría de conseguir los trajes, mi madre tenía muchos vestidos de novia que utilizó en algunos AMV y el armario de mi padre estaba repleto de trajes. Geum Min Ho, un chico del mismo grado al de nosotros, ayudaría a conseguir los decretos. Las chicas de primer año, le ayudarían a Jung con los adornos florales. Y, por último, Gwang Yeong y Gu Seong-jin irían al consejo estudiantil a que les confirmaran el proyecto.
Ese día regresé a casa tan pronto como me fue posible, sin esperar a nadie a la hora de la salida o tan siquiera aguardé algún autobús. Simplemente corrí.
Me entusiasmaba nuestro proyecto para el festival. Mi madre no daría algún concierto durante el resto del año hasta el siguiente verano, así que prácticamente estaría en casa. Tras llegar a casa busqué a mi madre por casi todas las habitaciones, la encontré al final en el jardín trasero.
—¡Madre!
—¿Qué pasa?
—Tengo que contarte algo.