El primer amor nunca funciona

El primer amor nunca funciona

¡Había sido mi primer beso! Tímido desde un comienzo, pero lindo, único y duradero dentro de mis pensamientos, aunque por fuera sólo durara menos de 5 minutos, quizá fueron sólo un par de segundos. 

El tiempo se había detenido, no me importó que era lo que decían los murmullos de los presentes o si Jung reaccionaría de mala forma. 

Aquel primerizo beso fue interrumpido debido al empujón de parte de Jung; dada la circunstancia en la que ambos estábamos metidos, su mirada fue ocultada entre sus claros y castaños cabellos lacios; éste lucía tiernamente sonrojado. 

Jung salió corriendo del lugar.

Entre la multitud estaba mi novia, quien estaba al pie de la puerta; lucía completamente roja de la furia; se dio la vuelta y salió de mi vista tan pronto como fue posible.

Dong Hye jamás me había hecho sentir la desesperada necesidad de atreverme a besarla, ni tampoco sumirme en la melancolía cuando me evadía por más de una semana, o encontrar la felicidad con tan solo conversar un rato, sin tener que salir y comprar cosas, sobre todo, jamás me había hecho sentir yo mismo a su lado como cuando paso el tiempo con Jung en el salón del club.

—¿Acaban de ver eso? — una chica alzó la voz— Creo que Dong Sunbae gustaba de alguno de los dos.

—Es homofóbica— aseguró cualquier chico.

—No, Lee Ryan es su novio, ¿no lo sabías? — respondió otra chica.

Shin estaba viéndome, sus brazos estaban cruzados, sus labios torcidos y su ceño fruncido, a su vez negaba con la cabeza. 

Había cometido un grave error del que no me nacía arrepentirme por el momento.

Todos esperaban a que saliera detrás de Hye y lo único que hice fue ver a Shin, como si estuviera esperando su aprobación para hacer lo que todos querían que hiciera.

—¿Qué estás mirando...? — dijo Shin notoriamente enfurecida— Ve por tu novia, acabas de romperle el corazón.

—Pero...

—¿Eres sordo o no entiendes?

Suspiré pesadamente, me di la vuelta y caminé en dirección a la salida. Busqué a Hye por más de media hora y no la encontré. Quizá se había ido. Pensé en llamarla cuando el evento terminara. En el camino encontré a Shin conversando con sus amigas. Tras acercarme, ellas se fueron y ambos quedamos solos.

—Tenemos que hablar— dijo Shin con seriedad

Ambos caminamos hacia el jardín del instituto, en las mismas bancas donde hace tiempo ella había descubierto mis sentimientos por ese chico nerd al que detesté por un corto período.

Fue un largo momento silencioso, no supe exactamente que decir al respecto del tema.

—Lo lamento— murmuré.

—¿Qué lamentas?

—Lo que pasó.

—No soy a quien le debes las disculpas. Acabas de serle infiel al demonio de tu novia, que irónico. Creí que ella sería la que iba a engañarte, pero no.

—But I'm not cheating on her!

—¿Entonces cómo se le llama a lo que hiciste con Jung?, No me digas que "besarlo" porque es más que eso. No tienes idea de lo que debe estar sintiendo Dong Sunbae; ella será un demonio, ¡pero tiene sentimientos al igual que tú! Esta bastante mal lo que acabas de hacerle, que decepción, Lee.

—¡¿Decepción?! ¿Alguna jodida vez te preguntaste cómo era conmigo?

—Sí, sé cómo es contigo, tú eres el que se está volviendo la misma asquerosa persona que es ella. 

Me levanté de mi lugar y salí del jardín lo más pronto posible, no tenía otro motivo para estar en el instituto por hoy, así que regresé a casa. En el camino estuve pensando todo lo que pasó, ¿por qué era un verdadero problema para todos que mi felicidad fuera mi primer beso? Lo entiendo, está mal lo que hice, ¿pero era igual de malo como todo lo que me hizo Hye?, ¿Por qué de pronto todos se decepcionaron de lo poco que hice y no de lo mucho que ella hizo? 

Estuve solo lo que restó del día, durmiendo dentro de mi habitación, cubriéndome del frío del temprano invierno que comenzaba a adentrarse dentro de mi casa. Mis padres llegaron horas después de que el sol se había ocultado y mi madre me llamó para cenar. Bajé las escaleras con una de mis cobijas puestas entre los hombros y tras sentarme frente al comedor, vi a mi padre.

—¿Cómo te fue con la serie?

—Estamos grabando los últimos capítulos, así que podremos regresar a Estados Unidos cuando termines tu año escolar.

—Ah.

Mi madre llegó al comedor con los platillos, fue colocándolos sobre la mesa de uno en uno y finalmente se sentó.

—¿Y tú, mamá? 

—¿Yo qué?

—¿Qué pasó con el álbum que estabas grabando?

—¡Oh! Vamos por la mitad apenas y pensaba hacer una firma de autógrafos cuando sacáramos el disco.

Mi padre asentía algunas veces a lo que decía mi madre, mientras comía arroz.

—¿Vas a salir? — mi padre dirigió su pregunta hacia mí.

—Uhm... ¿No?




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