Lo entendí. Kim Young Mi era demasiado buena con sus palabras. Tal vez no gané hoy y terminé pisoteado, pero la próxima vez no será así. Pensé en sus palabras mientras aguardaba a Hye en la entrada, tampoco quería que me afectara mucho su discurso, así que prontamente lo dejé de lado cuando quien se supone que era o es mi novia, volvió.
—Gracias por esperar por mí, creí que te habías ido.
—Tuve una conversación interesante con Kim mientras esperaba.
Hye se acercó lentamente a mí y su semblante cambió por completo a uno completamente serio. Nos miramos a los ojos en silencio por un corto período y ella deshizo esa tensa atmósfera de una forma no muy agradable.
—Quiero hablar sobre nuestra relación.
¡Finalmente llegó el momento! Aunque ahora me estaba arrepintiendo de tanto haber esperado terminarla, no porque no quisiera hacerlo, sino porque sentía que el discurso de Kim era mal augurio y ahora estaba inseguro de mis acciones.
—Sobre el beso, quiero explicarte sobre eso— murmuré.
—Sí, lo vi todo, desde el inicio hasta el final, incluso cuando entraron al aula. Me enfadé demasiado contigo y me sentía devastada por lo que hiciste. No es algo que pueda perdonar tan fácil, Lee Ryan. No es algo igual de grave que la primera vez que me hiciste enojar. Quizá mi error fue perdonarte si te inscribías en el club de Biología. Quizá debí escucharte primero y debí dejar que estuvieras conmigo en el club de fotografía.
—No, de hecho, no me arrepiento.
—¿Me dejas terminar? Sé que no eres del tipo de hombre que engaña a su novia. He salido con muchos chicos y conozco muchas personalidades y mañas que tienen al salir con una mujer, así que puedo afirmar eso, que no eres capaz de engañarme. Te daré otra oportunidad Lee Ryan.
—¿Otra oportunidad? No quiero otra oportunidad. No le veo futuro a nuestra relación desde hace mucho tiempo y no lo besé porque quisiera terminarte.
—¿Entonces cuál es el problema? ¿Por qué no quieres seguir conmigo?
Ahí fue el momento en donde dejé salir todo lo que tenía reprimido contra ella. Fueron tantas cosas que tenía en mente, que hubo un momento en mis reproches en donde olvidé el coreano y comencé a hablar en inglés; era momento de que ella dejara de hablar de sí misma y entendiera como yo me sentía. Ni siquiera me detuve para dejarla responder.
Cuando creí que había vaciado toda mi mente de todas sus injusticias, Hye estaba llorando en silencio y su maquillaje se corría por lo largo de sus rosadas mejillas. Me ponía bastante mal verla así, sin embargo, no iba a ir y decirle cuanto lo lamentaba, llorarle en sus pies y decirle que me arrepentía de todo lo que anteriormente le dije, no definitivamente no lo haría ni, aunque me pagaran.
Lo único que me nació hacer fue brindarle un abrazo. Estaré muy decepcionado y enfadado con ella, pero, aun le guardaba cierto afecto, porque fue importante para mí, porque ella fue mi primer amor, porque sin su ayuda, nunca hubiera conocido a Jung, ni hubiera reconocido en tan poco tiempo cuánto puede gustarme un chico.