El primer amor nunca funciona

Culpemos al alcohol por lo que pasará en estos 7 minutos

Un día después de la ceremonia de graduación, las vacaciones comenzaron y el consejo estudiantil organizó una fiesta en un salón externo a la preparatoria Mangjeol para los recién egresados. Cuando se trata de fiestas, soy el primero en anotarse en ellas incluso iría con mi mejor amiga Shin.

No me vestí de gala, no me importaba si la fiesta era con ropa de etiqueta o no, no usaría eso.

Cuando fui por Shin a su casa, sus padres pensaron que era su novio y ambos entre risas les explicamos nuestra grandiosa amistad que no podría ser reemplazada por un noviazgo. Su padre insistió en llevarnos al salón más sin embargo tuve que explicarle que traía conmigo el auto de mi padre y que pensábamos irnos en él. Al principio hubo complicaciones, pero después de mostrarle mi licencia y mi identificación, pudimos irnos tranquilamente al salón.

—Perdona a mis padres Lee, son muy sobreprotectores.

—No te preocupes. Jamás pensé que te sobreprotegerían demasiado.

—Sí... ¿Te ha dicho algo Hye después de que la terminaras?

—En persona no, por estados, publicaciones e historias sí. 

—Que problemática es esa mujer. Sí sigue con eso le diré algo.

—¡No, no le digas nada!, Yo se lo diré.

Estacioné el auto y bajé para poder abrirle la puerta. Ella me sonrió y me hizo el cumplido de que ojalá ella tuviera un novio como yo. Solté una pequeña risa y después de cerrar el auto bajo llave, los dos entramos al salón. El lugar estaba lleno de estudiantes, incluso había algunos que nunca había visto. Escuchamos canciones de todo, también canciones que mi madre había cantado. No me encontré con Hye, escuché que ella llegaría tarde debido a algún problema que tenía.

Bailé algunas canciones con Shin y entre todos los alumnos encontré a Jung arriba del escenario, quien dio un discurso en un lapso de la fiesta. Era la persona a quien estaba buscando desde que llegué al salón, no lo perdí de vista cuando bajó del escenario y lo seguí.

—Así que ahora estás en la cúspide del consejo.

—Sí, ¿te molesta?

—Al contrario—sonreí—. ¿Estás libre?

Creo que era el momento en que debía confesarme. Mi corazón latía demasiado rápido y mi cabeza comenzó a dar vueltas, tenía que decírselo, pero, ¿y Kim? Ella podría enterarse... quizá no era el momento, pero si seguía vacilando esto podría acabarse.

—Sí, ¿necesitas algo, Lee?

—Sí, quería beber contigo.

—No bebo, no voy a poder regresar a casa si lo hago.

—Puedo llevarte a casa, traje mi auto.

—No sabía que manejabas. Es muy generoso de tu parte, pero creo que mejor no.

—Insisto, sé dónde queda tu casa.

—Quizá beba más al rato, por el momento quiero disfrutar la fiesta.

Me había alejado de Shin desde hace un rato sin haberme dado cuenta, aunque ella estaba con sus amigas cuando volví a verla y yo estaba siguiendo a Jung. No fue tan complicado como otras veces tener una conversación con él y divertirme a su lado durante toda la noche. Mi felicidad era casi igual a la de año nuevo.

Cuando pasó de la media noche, no había demasiados en el salón. El recién graduado Gwang Yeong tomó una botella vacía y reunió a todos con el fin de jugar con el objeto. Claramente fui uno de los primeros en unirme a su juego y le insistí mucho a Jung para que él también jugara con todos nosotros; después de tantas súplicas y súplicas, él se animó. Me senté al lado de Jung y el juego comenzó dentro de poco. 

Algunas veces la botella me señalaba, generalmente señalaba más a Jung que a mí, por lo que él y otros compañeros que con frecuencia la boca de la botella les apuntaba habían terminado bastante ebrios. Ah, es verdad, el juego era similar a verdad o reto, sólo que, si no accedías a decir una verdad o a cumplir un reto, tenías que beber un vaso de cerveza

—¡Esta es la última ronda antes de irme! — Yeong dijo eufóricamente y giró la botella.

La botella había quedado apuntando a Shin, quien estaba al otro lado de Jung y ella automáticamente colocó la boca de la botella apuntando a Jung.

—Creo que le ha tocado a Song.

—¿Otra vez...?

Jung dejó caer su cabeza sobre mi hombro y todos comenzaron a reírse.

—¿Verdad o reto, Song Hoobae? — Preguntó Yeong— ¡Reto? ¡Bien! 

—¡Pero si es que no ha decidido nada! — protesté.

—Tranquilo, Lee, te incluiré en el reto. ¿Qué les parece 7 minutos en el cielo, Lee y Jung? ¡El público decide!

Y fue así, todos entre risas exigían esa absurda idea, así que no tuvimos otra alternativa más que encerrarnos bajo llave en la bóveda con la que contaba el salón y mientras permanecíamos adentro, Yeong gritó algo como "¡No lo vayan a manchar!". Finalmente estaba solo con Jung, no estaba al tope mi ebriedad en ese entonces, así que era consciente de mí mismo, no obstante, ¿quién decía que no podía aprovecharme de esto? Mientras mis pasos eran dirigidos hacia él, Jung retrocedió toda la distancia que quedaba entre él, la puerta y un estante. Jung estaba acorralado y cubrí la salida con mi brazo. 




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