En el que el primer idiota encuentra al amor de su vida, de nuevo.
26 de Julio de 2019.
Escucho mi celular vibrar pero el sueño puede más conmigo.
Así sucede unas cuatro veces, ¿o con esta son cinco?
No lo sé pero quien sea que este llamando puede meterse su celular por donde l...
El celular vuelve a sonar y con eso se acaba mi paciencia y mis ganas de seguir durmiendo.
—¿¡Quién habla!?—contesté el celular un poco alterado, pues es que ¿quién llama a alguien en vacaciones a las 6 de la mañana?
—Jorge, ¿me acabas de gritar?—claro, la única persona que duerme lo suficiente en el día como para no tener sueño por la madrugada, ese grito me costará caro.
—Eh, claro que no amor—me levanté de la cama. Tengo la costumbre de decirle a Poliana, mi mejor amiga, "amor" solo por fastidiar—. Solo me sorprendió que llamaras muy temprano.
—Recuerdas que llego el lunes, ¿verdad?
¿Este lunes? Miré el calendario de mi celular y sí, efectivamente en dos semanas volvemos a clases, lo cual significa que Poliana iniciará clases aquí y se mudará con su hermano.
Poli vive como a dos horas de la ciudad en un pequeño pueblo donde fácilmente los taxis pueden ser caballos. Su familia es muy sobre protectora así que recibía educación en casa, no sé como este año logró convencer a su familia de que la dejaran aplicar a la preparatoria de mi ciudad.
No es que la protejan por solo tener 15 años ni por ser la menor de cuatro hermanos, sino porque es narcoléptica.
—Claro, claro que lo recuerdo.
—Bueno pues, mis papás piensan que me quedaré el fin de semana con mi abuela y luego llegaré a la ciudad. Pero como mi abuela es la más decente de la familia pues me dejó ir a quedarme en tu casa, llego hoy.
—No te he invitado.
—Me invité sola—de seguro tiene en su cara la sonrisa inocente con la que convence a todos.
—¿Tus hermanos lo saben?
Comenzó a reír.
—Claro que no. Si no tendríamos a Samuel detrás de nosotros todo el tiempo.
Samuel es el hermano de Poliana, de hecho con él vivirá mientras estudia aquí. Es el más sobre protector con ella pero fue la condición para que viniera aquí.
—Tampoco mis hermanas saben, así que tendrás que quedarte callado.
Sus hermanas también viven en la ciudad pero Ana—quien es la mayor—ya tiene una familia así que ella consideró que sería raro invadir su espacio; Diana y Triana viven juntas y no cabe ni un alma en su pequeño departamento. Samuel fue el único que dejó que Poliana se quedara. Claro que con estrictas reglas pero peor es nada.
—Poli... si cualquiera de ellos se da cuenta de lo que haces no dejarán que te acerques a mí—comencé a caminar al rededor de la habitación—. Tanto tinte no te deja pensar con claridad.
Poli es rubia teñida, no sé porque si el castaño le queda bien, aunque eso me da oportunidad de burlarme de ella cada que puedo.
—Tranquilo hombre, tú déjamelo todo a mí, tú preocúpate por organizar una fiesta. Escuché que tus papás no estarán y tu prima llegó hace unos días.
Es verdad.
Desde hace un mes estamos viviendo juntos mis dos hermanos y mi prima Lia en la casa de mis tíos que viven en Houston que justamente son sus padres. Hace unos días se nos unió la hermana gemela de mi prima, o sea mi otra prima Abigail. Claro que nuestros padres nos vigilan constantemente pero hoy se irán de vacaciones con nuestros tíos.
La verdad es que pensé que no sobreviviríamos después de la primera semana. Resulta que nadie en esta casa sabe usar una lavadora... no una tostadora, ni una máquina de palomitas.
Eso último es una larga historia.
—¿Cómo sabes...
—Nos vemos en unas horas—me interrumpió—. Chao.
Yo no pienso organizar ninguna fiesta, la última que hicimos no salió nada bien.
(...)
Estaba desayunando tranquilamente hasta que sentí un golpe en mi cabeza.
—Poli me llamó—Iván, mi hermano mayor se apareció y se robó mi cereal.
—¿Y?—pregunté sobándome la cabeza.
—Llega hoy y quiere una fiesta.
—Curiosamente me dijo lo mismo—no me sorprende que haya corrido a decirle a mi hermano. Como no me vio tan convencido decidió obviamente decirle a Iván quien es el hermano de en medio, de hecho es el más fiestero de los tres.
No sé donde se habrá medito mi otro hermano, Luis. Es el mayor de todos así que por desgracia soy el menor y el que menos voto tiene en la casa. No es como que nos llevemos tantos años de diferencia, Luis tiene 21, Iván 19 y yo 17.
—¿Alguien dijo fiesta?—Abigail asomó su cabeza desde la puerta de la cocina—. Hace mucho que no voy a una fiesta.
—Hay que hacer una entonces—Iván y ella chocaron los puños en cuanto llegó a la mesa.
Abigail e Iván juntos son un desastre.
—No gracias, no quiero limpiar—dije sirviéndome más cereal ya que Iván nunca me lo devolvió.
—No seas aguado—dijo Abigail mientras robaba mi nuevo cereal. Nunca me dejan desayunar tranquilo—. Una fiesta suena bien, son los últimos momentos que tendremos libres.
—¿Olvidas que tu copia también vive en esta casa y odia a las multitudes?
A veces su gemela Lia puede ser muy distinta a ella en cuanto a personalidad, de hecho a veces parece venir de otra familia.
—Ella necesita una fiesta, será divertido.
—Además de que puede venir la chica que te gusta... ¿esta semana es Pamela?—Iván preguntó.
—No, ya lo superé.
Aunque Gabriela es muy linda y podría venir si le mando mensaje.
Tengo una gran habilidad súper innecesaria que ahora que lo pienso puede ser más como un defecto; me puede gustar una chica muy rápido y por ello mis hermanos siempre me molestan por ello, pero igual de rápido me deja de gustar.