El Primer Idiota.

Capítulo 3.

En el que conocemos mejor a la nueva amiga.

 


5 de Agosto de 2019.

 

 

El primer día de clases siempre es aburrido y nada interesante; tuve mis primeras horas con maestros que ya conocía así que fue algo parecido al semestre pasado. Para la hora del almuerzo estaba buscando a Poliana con la esperanza de que no se hubiera quedado dormida en algún lugar ya que no atendía el teléfono.

Caminé por su salón que ya estaba vacío pero para mi suerte cuando llegué a la cafetería ella estaba sentada en una mesa comiendo su almuerzo.

—¿Por qué no me avisaste que estabas aquí?—me senté a lado de ella.

—Olvidé mi celular—le dio una mordida a su sándwich y comenzó a hablar con la boca llena—. Además de que le dije a Virginia en la mañana que te dijera que te vería aquí.

—No la he visto en todo el día.

Faltó a las primeras clases y no la he visto desde el día del campamento. Es raro que falte porque es una de las mejores alumnas y curiosamente siempre he compartido la mayoría de mis clases con ella. 

—Qué raro, la vi salir de la casa antes que yo—se encogió de hombros.

Comencé a comer un poco más tranquilo hasta que a lado de nuestra mesa pasó Pamela, una chica de mi grado, y me sonrió como saludo.

—¿Ya vas a empezar?—Poliana me estaba mirando atenta.

—¿Qué?

—A estar detrás de otra chica que no te va a dar ni la hora—se quejó.

—¿Por qué dices eso?

Sí, nunca puede gustarme alguien a quien yo no le guste también, tengo una mala suerte para eso pero algún día eso cambiará, tengo fe en eso.

—Siempre pones esa cara de cachorrito cuando ves a alguien que te gusta—me apuntó con el dedo—. ¿Quién es la chica ahora?

—No hago eso y por el momento no me gusta nadie.

No me gusta Pamela, sí, se me hace muy linda ya que antes de que terminara el semestre pasado hicimos un trabajo en equipo y fue divertido estar con ella. Pero solo eso, no significa que de inmediato me guste...

Está bien, me gusta un poco, solo un poco.

—Siempre te gusta alguien, aunque sea un poco—odio que me conozca tan bien.

¿No puedo ser ese tipo de persona a quien es muy difícil de leer?

—Esta vez no, si me gustara alguien te lo habría dicho.

Poli dice que soy un "dolor en el culo" cuando me gusta alguien ya que solo me la paso hablando de ella, yo digo que es mentira, no soy tan fastidioso.

A veces es un poco desesperante que crean que porque alguien se me hace muy bonita inmediatamente me guste.

Aunque sí, Pam es muy linda y su personalidad también.

—Ha pasado mucho tiempo desde que te gusta alguien que incluso por un momento creí que te gustaba Virginia—Poliana comentó.

—¡No! ¿Por qué dices eso?

Cuando ella me gustó Poli y yo no nos conocíamos y cuando nos hicimos amigos nunca vi la necesidad de contarle. Creo que era un dato innecesario.

—Cuando nos la presentaron primero pusiste tu cara de bobo y luego tu cara de bobo amargado cuando comenzó a hablar—terminó de comer su sándwich—. Pero no te preocupes ella ya me contó de que hablaron en el campamento.

Algo me dice que no es muy buena idea que las dos sean mis amigas, de seguro van a compartir todos mis secretos. Así que no sé que tan bueno sea decirle a Poliana sobre que me llegó a gustar Virginia, si le termina diciendo creo que haría las cosas incómodas.

—Si te digo algo, ¿no le dirás a nadie?

No puedo quedarme mucho tiempo sin decirle algo, le daré el voto de confianza esperando que no corra a decirle a alguien más.

—Probablemente no, ¿qué es?

Un probablemente me sirve.

—¿Recuerdas que te dije que había encontrado a la "indicada" cuando entré a esta escuela?

—¿Estamos hablando de la primera semana de clases o la segunda?

Entiendan que no me gusta alguien de una semana a otra, o sea sí llegó a pasar pero solo fue una vez.

—De la primera semana, la segunda solo fue una confusión y me volvió a gustar la chica de la primera semana.

—Sí, lo recuerdo pero te dejó de gustar al final del semestre—comenzó a leer la etiqueta de su jugo como si fuera el final de la historia, esto le está aburriendo.

Siempre le aburren mis historias así que probablemente en la mayoría no me preste atención, espero que este sea el caso.

—Sí... esa chica era Virginia—me volteó a ver.

—¿Nuestra Virginia?

—¿Desde cuando es nuestra?

—No lo puedo creer—me dio una sonrisa burlona—. No es para nada tu tipo.

—Si la hubieras conocido cuando entró a la escuela hubieras dicho que éramos el uno para el otro.

Lo sé porque yo lo dije.

—Lo dudo mucho, ella es genial y tú eres tú. Además de cada chica que te gusta dices que son el uno para el otro cuando no hay nada de compatibilidad.

Eso es una total mentira.

—Eres una mala novia.

—Soy una mala novia pero una excelente mejor amiga, por eso solo somos amigos—tomó de su jugo—. Además no puedes seguir diciéndome novia enfrente de la chica que te gusta.

Lo dijo en un tono burlón. Debí de saber que estas eran las consecuencias de contarle esto.

—Virginia ya no me gusta.

—Ya lo sé, pero amo fastidiar.

 

 

(...)

 

 

Estaba con Poliana en su cuarto perdiendo el tiempo, no quería llegar a casa solo a acostarme y hacer tarea, mejor lo hago en compañía de mi mejor amiga teñida. Además de que no podemos estar en otro lado por culpa de que le guste ocultarle las cosas a su hermano mayor, no sé hasta cuando será vigente el castigo de que solo nos podemos ver en su casa.

Alguien tocó la puerta y luego Virginia entró al cuarto.

—¿Puedo esconderme aquí?—preguntó cerrando la puerta.



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En el texto hay: humor, primeramor, romancejuvenil

Editado: 06.02.2021

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