En donde empieza la confusión.
30 de Agosto de 2019.
Llegamos al pequeño pueblo de Virginia por la tarde, aunque debo de decir que a pesar de que no se ve tan amplio hay muchos negocios, casas bonitas y grandes, además de que hay gente por todos lados, tiene lugares y tiendas, muchas tiendas. Samuel había dicho que los padres de Virginia eran dueños de casi todos los negocios y lo confirmo, su apellido está por todos lados.
Bueno, eso es solo lo que puedo apreciar desde el taxi en que venimos. Realmente no hay mucho tiempo para pasear por las calles.
Bajamos del taxi en una esquina donde las casas eran más grandes que las que ya había visto por aquí, estoy un poco impresionado.
—¿Ya llegamos?—le pregunté ya que no sabía cuál de todas era la casa, solo estábamos parados aún.
—Sí y no—contestó y comenzó a caminar con su pequeña maleta donde llevaba sus cosas para el fin de semana—. Bajamos una cuadra antes para que mi abuela no viera el taxi. No le gusta que viaje en ellos pero no quería un chofer, son aburridos.
Durante el camino desde la estación de autobuses Virginia fue hablando todo el tiempo con el taxista, ella encontraba cualquier tema y él le seguía la corriente.
No pregunte nada más y caminamos por un par de minutos hasta que llegamos a una casa más grande que las otras y menos colorida, solo era blanca pero al menos tenía un gran jardín verde. Aunque tampoco tenía algún tipo de flor. Podría decir que la casa se ve aburrida en comparación con todas las de este vecindario.
Entramos y todo se veía más grande desde adentro. No era como una mansión o algo así pero sí una gran casa donde el color blanco era el determinante.
De no sé de que parte de este lugar salió una señora algo grande pero vestida de manera muy elegante, la verdad es que intimida un poco.
—Ya llegaron—se acercó y abrazó a Virginia. Solo que fue un abrazo muy corto, más como un saludo.
—Hola, abuela—ella le dijo.
Samuel había dicho que la abuela de Vir era algo difícil, pero no se ve así ya que nos recibió amablemente y nos guió hasta lo que parece ser su sala de estar. Incluso tenía preparado té y galletitas para nosotros.
—¿Dónde están mamá y papá?—Virginia preguntó después de que su abuela cuestionara como había sido nuestro viaje.
La verdad es que fue un camino de dos horas y nada incómodo. Tal vez lo digo porque me quede dormido esas dos horas mientras Virginia solo iba viendo por la ventana.
—Salieron por unos negocios, pero llegan mañana por la mañana.
Comenzaron a hablar de algunos arreglos de la fiesta que tenían pendiente para mañana mientras que yo estaba analizando su gran sala. Era muy simple, solo muebles que parecían costosos y algunos adornos pero, como el cuarto de Virginia, el lugar no tiene alguna foto de su familia o decoración lo cual para mí es raro, la casa de mis padres tiene fotos en cada rincón de la casa y proyectos escolares de kínder, como los dibujos que hacía con mis manos y pintura de zapatos.
A mis padres les encanta guardar todo eso.
Después de esa larga conversación subimos y Virginia y su abuela me dejaron en lo que sería mi cuarto por estos días, aún no era tan noche como para ir a dormir pero podría entretenerme en algo por aquí.
Comencé a husmear en toda la habitación y luego decidí sacar algo de ropa de mi maleta, pero me di cuenta de que tenía la bolsa de Virginia conmigo ya que me ofrecí a ayudarla cuando bajamos del taxi.
Tal vez la necesite así que salí a buscar su cuarto, ella me había dicho que estaba al final del pasillo así que fui por ahí.
No había marcas especiales en las puertas para identificar las habitaciones, creí que al menos en su habitación habría un cartel con su nombre o algo pero en serio la casa parece sacada de una película, no hay objetos personales ni nada.
Logré encontrar su cuarto ya que la puerta estaba abierta pero me detuve al ver que su abuela estaba adentro, no quisiera interrumpir su conversación, parece algo seria por el tono de voz de la señora Flores.
—Tienes que elegir un vestido adecuado para mañana y también tienes que cortar tu cabello, sabes que abajo de la cintura es algo vulgar. ¿Has seguido tu dieta?—escuché accidentalmente como su abuela le decía.
No sé a donde fue la amable señora que nos había recibido ya que eso sonó algo tosco. Tal vez ahora si entienda lo que dijo Sam.
—Perdón, he tenido pendientes de la escuela, pero mañana temprano lo haré.
—Está bien, tienes que estar presentable, mañana vendrán muchos nuevos socios para tus padres y su única hija tiene que ser un ejemplo a seguir para los demás.
—Lo sé, abuela.
—Buenas noches, Gina.
Supongo que ese fue el fin de la conversación y corrí a esconderme atrás de un mueble del pasillo para que la señora no me viera. Cuando vi que bajó las escaleras me dirigí nuevamente al cuarto de Virginia.
Que yo sepa Virginia odia que le digan de otra manera que no sea Vir, y su abuela le acaba de decir uno de los apodos que claramente dijo que nunca le dijera.
—¿Gina?—entré a la habitación.
—Le gusta decirme así—volteó a verme—. Pero es la única que lo hace así que se lo permito. Por favor, nunca lo hagas.
—Vine a traerte tu bolsa—se la tendí.
—Gracias—me sonrió—. ¿Ya tan rápido estás aburrido?
—¿Se nota mucho?
Comencé a husmear en su cuarto y la verdad es que no era tan diferente al que tiene en la ciudad, solo su cama de aquí es más grande y tiene una ventana más amplia. Además de que aquí no tiene su clásica repisa de CD's.
—Perdón, tal vez tenías planes más interesantes para este fin de semana—dijo apenada.
—Claro que no, mi fin de semana iba a basarse en molestar a Lia y dormir. Digamos que me salvaste de la pereza.