El Primer Idiota.

Capítulo 10. (Parte 2)

odos llegamos al lugar de la fiesta en un completo silencio y cuando atravesamos el jardín del salón dos personas nos recibieron en la entrada.

Eran un hombre y una mujer de no más de 50 años, con un porte muy elegante y sobre todo serio. Supe que eran los padres de Virginia con solo mirar el cabello de la mujer, era muy parecido por no decir idéntico al tono del cabello de Vir.

—Feliz cumpleaños, hija—el señor abrazó a Virginia, pero esto no es emotivo, es muy serio y es raro ver a Virginia en una escena así cuando siempre es muy cariñosa con las personas.

Ella que es toda felicidad y entusiasmo ahora mismo es seriedad y tranquilidad.

—Feliz cumpleaños, papá—dijo y se separaron, luego le dio un corto abrazo a su mamá—. Él es mi amigo Jorge.

Les di un saludo corto con un apretón de manos a ambos y también felicité a su papá, obviamente sin el abrazo.

Sus padres se excusaron con que tenían que ir a saludar a otras personas y su abuela los siguió. Al fin nos dejaron solos y eso creo nos dio alivio a ambos.

—Pareces sorprendido—dijo caminando hacia una mesa vacía.

—Lo estoy. La seriedad de tus padres me da miedo. 

—Nunca han sido muy expresivos, pero son buenos.  No te preocupes por ellos, hay que disfrutar toda la comida que están a punto de servir.

Tiene razón, Vir me trajo para ser su apoyo, no para estar incómodo y sé que con sus genialidades esta terminará siendo una buena tarde. No la más genial de mi vida pero si algo entretenida.

Escogimos una mesa que estuviera un poco apartada de la gente y empezamos a comer de todo lo que los meseros nos ofrecían. Luego su prima Mina se nos unió.

—¿Hiciste enojar a la abuela?—dijo sentándose a lado de ella sin siquiera saludarme.

—No que yo sepa, ¿por qué?

—Está toda histérica.

—No es novedad. Está un poco nerviosa con que todo salga bien.

Seguimos hablando entre los tres, claro que fue una plática más aburrida que las que tenía con Vir cuando estábamos solos pero claro que ella no puede decir las cosas que quiere cuando esta con sus amigos.

Por momentos la abuela de ambas iba a decirles que sonrieran más pero que no soltaran carcajadas y que se sentaran más derechas.  Hasta hoy no había encontrado algo similar en la relación de Mina y Virginia, pero ahora veo que al menos comparten la inconformidad con su abuela ya que en cuanto ella se iba las dos se quejaban, eso era gracioso.

De hecho Mina ya no me desagrada tanto, aquí y ahora en comparación con su demás familia parece ser tolerable, al menos ya no hace como que no existo.

Pasamos varias horas así hasta que los papás de Virginia nos hicieron señas discretas para que nos acercáramos y Mina desapareció por algún rincón del lugar.

Fuimos con ellos y estaban con una pareja y un chico de unos 18 años le calculo, el cual solo estaba mirando a Virginia desde que estábamos sentados, pude notarlo.

—Virginia, Jorge, ellos son nuestros socios, los Ventura. Él es su hijo Ramón—su papá nos dijo—, ella es nuestra hija, Virginia y su amigo, Jorge.

Ambos saludamos a las tres personas y las parejas comenzaron a hablar entre si de negocios y cosas empresariales que mi cerebro no pudo entender del todo pero parece que Virginia si ya que reía o asentía con la cabeza ocasionalmente. Y para no quedar como tonto, cuando ella lo hacía yo también lo hacía

El tal Ramón no despegaba su mirada de Virginia, el chico ya ni siquiera esta siendo discreto, aunque parece que soy el único que se ha dado cuenta.

Después de esa incómoda plática volvimos a caminar al rededor del salón platicando de cualquier cosa, de vez en cuando Virginia saludaba a personas y me presentaba, no era aburrido al menos, debo de admitir que hay algunas personas que son más divertidas.

Fuimos a buscar algo a la mesa de postres hasta que su abuela se nos acercó y aunque intentó susurrar escuché todo claramente.

—Ya no comas tanto Gina, no se ve bien.

Virginia solo asintió y fue caminando a la mesa donde antes estábamos, yo la seguí. Creo que ahora si le había afectado el comentario ya que estábamos en completo silencio, y eso al rededor de Virginia no es nada normal, sé que al menos me hubiera hecho un tema de conversación sobre el mantel.

—¿Estás bien, Vir?—tuve que preguntar.

—Sí—intentó sonreír pero luego hizo una mueca—. Estaré bien, solo no me siento yo misma, incluso esta ropa es incómoda.

—Pero sé que eres tú misma, además te ves bien con esa ropa.

Intenté hacerle un cumplido pero creo que no fue de mucha ayuda ya que aún seguía seria.

—Sí... parece que a todos les gusta más esta versión de mí.

—No es eso a lo que me refería—no soy muy bueno subiendo el ánimo.

No soy bueno dando palabras para motivar a alguien, más bien siempre arruino esta clase de momentos.

—Sé que si te referías a eso, sé que la mayoría lo hace inconscientemente, Samuel me trata diferente cuando viene acá y ahora incluso tú no me has dejado de mirar ahora que me comporto y visto "decentemente". Aunque eso es algo absurdo, ¿quién decide que es decente y qué no? Solo creo que todo esto es basura—parece que por primera vez en todo el fin de semana dijo todo lo que se le cruzaba por la mente.

Creo que más de la mitad de las personas de este lugar no hemos parado de mirar a Virginia porque ella es hermosa. Entiendo que se sienta así pero honestamente prefiero a Virginia cuando habla sobre cualquier cosa, ella hace que hablar sobre caracoles sea el tema más interesante del mundo, nunca puedo aburrirme con ella.

No preferiría otra versión de Virginia que ella misma.

No sabía que decir, nada me parece correcto en este momento, mi pausa solo hace que este momento se haga más incómodo.

—Voy al baño—dijo y se levantó rápidamente antes de que pudiera decirle algo.

Tal vez fue lo mejor, yo no estoy siendo de mucha ayuda y de seguro solo necesita despejarse un poco.



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En el texto hay: humor, primeramor, romancejuvenil

Editado: 06.02.2021

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