El Primer Idiota.

Capítulo 25.

En el que los celos están presentes.

 


4 de Noviembre de 2019.

 

 

Había salido prácticamente corriendo de la escuela porque quería alcanzar a Virginia. El día de su fiesta ya no habíamos podido hablar y el fin de semana tampoco así que es ahora o nunca.

Llegué a la salida y traté de buscarla con la mirada, estaba a punto de rendirme y marcharme a casa pero volteé y ella venía apenas saliendo así que me acerqué.

—Creo que nos debemos una conversación—dije en cuanto llegué.

—Lo sé, cuando salí fui a esperarte afuera de tu salón.

Pensé que me estaría evitando y por eso vine hasta acá corriendo, creo que la subestimé un poco.

—Entonces te acompaño a casa.

Asintió con la cabeza y empezamos a caminar hacía la parada del bus.

Estábamos sumergidos en un gran silencio, lo cual es muy raro porque con Virginia no me pasa eso. La vi de reojo y solo iba mirando al piso, parecía incómoda.

¿Y si yo la hice sentir así?

Tal vez ahora sabe que me gusta y por eso me ha estado evitando y actuando incómoda a mi alrededor, muy probablemente sea eso, principalmente porque de seguro no le gusto. De hecho si lo pienso un poco, todo esto pasó desde que la besé.

Tomamos el transporte aún en silencio y ya no sabía que hacer, estaba sentado a lado de ella y a pesar de todo lo que nos rodeaba, el silencio y la distancia entre los dos era enorme.

Tuve el fin de semana para pensar bien lo que diría, pero de la nada todo eso se borró. Principalmente porque pensaba decirle que me gusta pero ahora no lo sé y no quisiera confesárselo si es que la haré sentir más incómoda.

—Lo siento—dije sin pensar.

—¿Por qué?—me miró, por primera vez, confundida.

Bueno, aquí vamos.

—Desde que te besé siento que nuestra amistad se ha ido debilitando, así que siento si te hice sentir incómoda con eso.

Creo que no fue la mejor opción tener esta conversación en el transporte público, hay una señora frente a nosotros que nos está mirando disimuladamente.

Vir frunció el ceño y devolvió la mirada a sus pies.

Guardamos silencio por unos minutos más y luego comenzó a hablar.

—Supongo que tienes razón con que nos alejamos después de que me besaras—dijo aunque creo que más para sí misma.

—Sé que me viste besar a Pamela al día siguiente—era un punto que quería aclarar—, pero ella me besó y no supe que hacer. No quiero que pienses que estaba jugando con las dos.

—Sé que no serías capaz de eso—sonrió débilmente—. Pero es algo bueno que ella te besara, ¿no? Te gusta.

—Me gustaba. Ya no.

No contestó nada más porque llegamos a la calle de la casa de Vir y tuvimos que bajar. Una vez que lo hicimos comenzamos a caminar hacia la casa.

—Te he echado de menos—dije cortando el silencio—, a ti y a tus particulares temas de conversación.

Esta vez me dio una sonrisa real.

—Y yo a ti.

Ya estábamos frente a su casa y aunque fuera el momento de despedirme no quería irme. Por un lado quería decirle todo lo que sentía, pero por el otro no quería romper más nuestra amistad.

—¿Podemos omitir lo de los últimos días y volver a comportarnos normalmente?—preguntó recargada en el marco de la puerta de su casa.

—Me gustaría eso.

Sí, quiero que las cosas vuelvan a ser como antes, pero no hay manera de que pueda olvidar el beso que nos dimos. Nunca me voy a arrepentir de eso. Me hubiera gustado que las cosas resultaran diferentes, pero supongo que ella no piensa de la misma manera.

—¿Quieres pasar a ver una película?—preguntó.

Estaba a punto de aceptar pero la puerta se abrió a sus espaldas y su prima, Mina, estaba parada justo ahí con una cara no muy agradable.

—¡Ahí estás!—la señaló con el dedo—. Estoy muy enojada contigo en este momento, ¿ocultarme a mí que en realidad eres menos aburrida de lo que pensaba?

Virginia la miró con horror, creo que se le había olvidado hablar con su prima de lo que habló con sus padres.

—¡He estado buscando a alguien que me instruya en cuanto a chicos y mi única prima me ha estado ocultando que sabe mucho del tema!—Mina continuó hablando, creo que ya encontré que tienen en común: hablan demasiado—. Además de eso, pusiste un enorme drama en la familia que hizo rabiar demasiado a la abuela, no sé si amarte u odiarte.

—¿Lo siento?—Virginia se rió, pero creo que fue más por nerviosismo.

—Tienes mucho que contarme—Mina dijo y entró a la casa.

—Supongo que la película quedará pendiente—dije metiendo mis manos a mis bolsillos.

—Supongo que sí. 
 

 

6 de Noviembre de 2019. 


 

Al fin había llegado la hora del almuerzo. Las clases de hoy habían sido bastantes pesadas. Me encontraba con un mal humor a causa de mis maestros que al parecer decidieron coordinarse para aplicar exámenes sorpresa en todas las materias.

Solo quería ir a casa a dormir pero por desgracia aún me faltaba aún un largo día en la escuela.

Decidí comprar un sándwich de la cafetería aunque no supiera cuanto tiempo llevaba ahí, la comida no es muy buena pero peor es nada.

Fui directo a la mesa donde Poliana y Virginia estaban platicando animadamente.

—Estoy tan enamorada de él que no sé qué hacer—alcancé a escuchar a Vir.

—¿De quién estás enamorada?—dije tomando mi lugar a lado de Poli.

Ninguna de las dos me contestó, pero no dejé de ver a Virginia así que decidió responderme.

—Sigue siendo un secreto—se encogió de hombros.

—Sigo sin entender por qué tanto misterio—le di una mordida a mi sándwich.

Mi humor acaba de empeorar, pero sé que no debo pagarlo con ellas. Además este sándwich es horrible.



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Editado: 06.02.2021

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