El Primero de los Grises

3 - Shin y Alara – 3

Alara despertó exactamente donde quería estar, entre los brazos de Shin. Este dormía profundamente sin soltarla. Su respiración era cálida y tranquila, lo único que quería era acariciar su pecho, pero tenía puesta una ajustada calza. Lo apretó con fuerza sin intenciones de despertarlo, pero tuvo que ponerse de pie al escuchar un sonido en su puerta. Alara encontró a Shia del otro lado, la mandaloriana se asomó para notar a Shin dormido en su cama.
“Debes ser maravillosa, Alara… Es la primera vez que lo veo dormir.” Dijo jocosa la mandaloriana. “No quería despertarte, pero tenemos noticias para nuestro jefe.”
“No sé si quiero despertarlo, ayer me dijo que no duerme hace años.” Dijo pensante Alara mientras acomodaba su túnica con mucho cuidado.
“¿Por qué se acostaron vestidos?” Preguntó con curiosidad Shia para que Alara se sonroje. “Ah, olvidé que eres una jedi…” Agregó con malicia. “Vitti va a hacerse un festín contigo.”
“Yo… ahora lo despierto.” Dijo apenada Alara para cerrar la puerta en la cara de Shia.
Alara se acercó a Shin para apoyar la mano en su pecho con mucho cariño, lo acarició un rato pensando en lo bello que era, incluso ahora que no tenía su espectacular barba y sus hermosos cabellos largos. Dijo su nombre un par de veces para que se despierte. Shin se sentó para mirarla con detenimiento.
“Buenos días…” Dijo apenada.
“Ah, pensé que eras un sueño.” Dijo sonriente Shin, que la apretó con fuerza para besar su frente.
“Tu mandaloriana vino a buscarte…” Dijo apenada Alara. “Le pareció divertido que estuviera vestida.”
“Ignora a esa guarra, Alara.” Dijo divertido Shin para saltar de la cama y hacerla con la Fuerza. “Solo has lo que sientas correcto.”
“Yo… yo sé que… no soy adepta a estas cosas… Ayúdame…” Dijo apenada Alara.
Shin la atrapó en sus brazos para dar una vuelta.
“No te preocupes por nada, preciosa.” Dijo contento.
Alara estaba en un sueño.
“Tengo que hacerte el desayuno…” Agregó mientras la miraba de cerca. “¿Por qué no te das un baño mientras cocino?”
“Está bien… No te vayas lejos.” Dijo apenada Alara mientras revisaba la habitación de Shin.
Alara encontró la ducha y se bañó con prestancia para salir en busca de su compañero. Lo encontró poniendo la mesa con su telequinesis mientras hablaba con sus amigos. Alara miró con curiosidad a todos, ya que eran un particular grupo.
“Alara quería que visite Bosan, así que yo me haré cargo.” Decía divertido Shin.
“Creo que te están buscando a ti, pero…” Dijo pensante Shia. “Buenos días, Alara. Espero que hayas tenido una gran noche.”
“Dormí muy bien…” Dijo apenada Alara mientras el desayuno se servía frente a ella. “Puedo imaginarme a Syo regañándote, Shin… Este no es el uso apropiado te tus habilidades.”
“Ah, mis disculpas, maestra.” Dijo jocoso Shin. “Por suerte no soy un jedi.”
“Solo decía…” Dijo contenta Alara. “Tienes un grupo… peculiar de amigos.”
“Ah, los siths no tenemos amigos, tenemos herramientas.” Dijo jocoso Shin mientras se sentaba a su lado. “Somos amigos hace poco.”
“Ah… entiendo, este era tu… ¿Equipo?” Dijo pensante Alara.
“Exacto, solo faltan Vitti y Mirana.” Dijo divertida Shia. “Yo soy la vanguardia, Artrisa la tiradora… Artemios es el traga libros.”
“Archivista, me gusta mi título.” Dijo divertido el purasangre. “¿Puedo hablar con tu maestra?”
“¿Por qué no podrías hacerlo?” Preguntó divertido Shin.
“¿Qué clase de sombra eres, Alara? Shin dice que le enseñaste todos sus trucos…” Dijo pensante Artemios.
“Siempre has sido mejor que yo, Shin…” Dijo divertida Alara. “Aprendí mucho de…”
“La espía, era una de las Espadas, Alara.” Dijo sonriente Shin.
“Todo lo demás lo desarrollé copiándome de ti o lo aprendí en los holocrons de la Gran Maestra Shan.” Agregó para probar un pequeño pastelito que Shin había hecho.
“Eso es interesante, ¿Nombra a su esposo en algún momento?” Preguntó con prestancia Artemios.
“Un par de veces… Tuvieron un hijo.” Dijo pensante Alara.
Shin y Artemios parecían interesados.
“Por lo que decía su esposo la salvó del lado oscuro… Sin… sin ofender.” Dijo apenada mirando a Artemios.
“¿Por qué me ofendería?” Preguntó divertido Artemios. “Me hubiera encantado ser un jedi.”
“Habrías sido un gran Archivista, Artemios. No tengo duda…” Dijo divertido Shin.
“Soy un gran Archivista.” Dijo sonriente el sith. “¿Algo más? Somos estudiosos del gran Revan.”
“No mucho, por lo que dice un día simplemente se fue a salvar la galaxia y nadie lo volvió a ver.” Dijo pensante Alara. “¿Cuándo aprendiste a cocinar?” Agregó mirando de cerca a Shin.
“En estos días descubrí que soy un inútil, así que estuve practicando. Ahora tengo que darle de comer a mi novia.” Respondió jocoso.
Alara sonrió divertida.
“Este lugar es muy distinto al resto del planeta.” Dijo pensante.
“Estamos sobre la latitud cero del planeta hay una delgada línea de clima tropical como este.” Dijo pensante Shin.
“Ah, es hermoso…” Dijo pensante Alara. “¿Puedo preguntarte algo?”
“Ya hablamos de esto, Alara. Pregunta lo que quieras.” Respondió al instante Shin.
“¿Cómo encontraste este lugar, estabas espiando a Syo?” Preguntó con curiosidad la jedi.
“Syo era… el líder de las Espadas, Alara. Yo heredé su puesto y fue mi trabajo…”
“¿Era un espía?” Preguntó asombrada Alara.
“Lo era, su misión era encontrarte a ti para mi maestro…” Dijo pensante Shin. “Nunca te anunció, Alara. Syo cayó hace muchos años en un momento oscuro de su vida, terminó en Ziost, en la Academia. Tú lo devolviste a la luz, me lo confesó cuando estábamos peleando.”
“Entiendo…” Agregó apenada Alara. “¿Cómo conociste a Shia?” Preguntó para cambiar de tema.
“Contigo.” Dijo divertido Shin. “Años después la encontré en Aridus y la recluté para mi equipo.”
“En esos momentos estaba persiguiendo un hutt que había traicionado al Imperio. Shin es todo un héroe en ese pueblo, salvó a todos esos pequeños… amigos de un lagarto gigante.” Dijo con cuidado Shia.
“Ah, Shin, eres una delicia.” Dijo divertido Artemios. “Has convertido a Shia en toda una señorita.”
“Cierra la boca, sith.” Dijo ofuscada Shia.
Artemios sonreía divertido.
“Derrotó a Mordo también, el estúpido quiso robarle su máscara.” Agregó con prestancia la mandaloriana.
“¿No usas más tu máscara?” Preguntó con curiosidad Alara.
“La tengo oculta, Shia la quiere para juntar a los clanes, pero tiene que derrotarme para quitármela.” Dijo divertido Shin.
“Prefiero hacerte mi esposo y que seas Mandalore.” Dijo jocosa Shia.
“Ya tengo novia, Shia.” Dijo sonriente Shin.
“Eso vengo escuchando…” Dijo celosa Shia mientras miraba a la sonrojada Alara.
“Ella me preguntó, Shia. Era imposible negarme.” Dijo divertido Shin.
“Es… mío.” Dijo apenada Alara. “¿Es cierto que Mirabella quiso casarte contigo?”
“Me preguntó un par de veces…” Dijo pensante Shin.
“Lira también te amaba…” Dijo apenada Alara. “Tenía que… guardarme estos celos…”
“Eh, la jedi es celosa.” Dijo divertida Shia.
“Toda una novedad.” Aportó jocoso Artemios.
Alara estaba mirando a Artrisa.
“Ella es silenciosa, Alara.” Dijo divertido Shin.
“Serías un gran esposo, Shin.” Dijo con seriedad Artrisa.
“Será silenciosa, pero…” Dijo jocosa Shia.
“Nada.” Interrumpió Shin mientras notaba que ya habían terminado de comer. “Alara, ¿Todavía quieres visitar Bosan?”
“Sí, necesitas hablar con tus padres.” Dijo con firmeza Alara.
“Entendido, iremos en tu nave.” Dijo sonriente Shin. “Voy a bañarme primero.”
Alara vio a Shin partir mientras todo iba hacia el lavabo por su telequinesis, su Fuerza estaba en todos lados.



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Editado: 24.07.2023

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